El autor recuerda a cientos de estudiantes que ha conocido durante muchos años enseñando en la Universidad Privada de Tacna. Relata la historia de un estudiante que venía de Moquegua y asistía a todas las clases, y cuando le preguntaron por qué eligió esa universidad, respondió que le dijeron que era una muy buena opción. El autor concluye que tanto estudiantes como profesores continúan creciendo en la UPT.