La angustia no es una emoción agradable. Si se nos dice que debemos sufrirla quisiéramos que fuera el menor tiempo posible. Por lo tanto, si se nos dice que debemos sufrirla por un tiempo indeterminado la preocupación es mayor. Cuando se habla de un evento profético del tiempo del fin llamado tiempo de angustia es explicable que se genere temor en nosotros.
Aunque debemos tomar muy en serio esta profecía, así como todos los acontecimientos finales, no es precisamente temor lo que debemos sentir, sino debería generarse en nosotros el compromiso de estar preparados para sobrellevar exitosamente la prueba. Además de estar preparados espiritualmente para este momento, debemos también conocer la verdad presente para diferenciar las señales y poder ser conducidos por el Espíritu Santo.
Así como la profecía de las siete iglesias señala el devenir de la iglesia remanente, los siete sellos presentan los aspectos exteriores a la iglesia que influyeron sobre su marcha, desde el tiempo de la iglesia apostólica a nuestros días, y hasta la segunda venida del Señor. Dios, también en este asunto, no nos ha dejado en tinieblas con respecto a lo que vendrá; por el contrario, nos ha mostrado lo que ocurrirá en el tiempo y dejará al descubierto al poder satánico en su lucha con la iglesia de Dios.
Esto es una prueba más del interés y amor de Dios por la iglesia, pues quien va descubriendo cada sello para nosotros no es otro que el Hijo de Dios (razón por la que se nos muestra una amplia y compleja visión sobre acontecimientos ocurridos en el trono de Dios), mostrando que mantiene el control sobre este mundo, que, aunque parezca un caballo desbocado corriendo hacia su propia destrucción, solamente se le permite avanzar hasta donde la Providencia así lo ha determinado. Esa es nuestra confianza, allí radica nuestra fe. Esta visión del trono de Dios también nos ayuda a comprender la importancia que el supremo sacrificio de Cristo en la cruz, así como entender el impacto que su triunfo en la cruz ha tenido sobre otras inteligencias celestiales y universales.
El tratado intenta vincular las profecías de las siete iglesias y la de los siete sellos y alcanzar una comprensión mayor sobre el devenir de la historia, pero solamente para comprender que si la profecía se cumplió en el pasado significa que también se cumplirá en el futuro, porque la boca de Jehová así lo ha hablado.
Este documento es un estudio sobre el don de profecía, uno de los dones espirituales más importantes según el autor. El estudio analiza la definición bíblica de profecía, algunos profetas importantes a lo largo de la historia, cómo identificar a un verdadero profeta, la función de la profecía para el tiempo del fin, y manifiesta que Ellen G. White ejerció legítimamente este don.
En tres tratados precedentes hemos presentado la explicación de la profecía del sueño de la estatua que tuvo el rey Nabucodonosor II, sueño que fue interpretado por Daniel, el sueño de Daniel que ve a 4 terribles bestias surgiendo de un mar agitado y la visión del carnero y el macho cabrío que fue presentada a Daniel. Estos mensajes dados por Dios, al rey y al profeta, tenían como propósito señalar que el Altísimo gobierna el destino de las naciones y que otorga a cada una de ellas un tiempo en la historia.
Este gobierno omnímodo de Dios queda evidenciado al estudiar estas profecías desde un punto de la historia que nos permite comprobar su matemático cumplimiento. Lo que para nosotros hoy es historia comprobada, para el profeta era una luz que alumbraba el devenir de los acontecimientos anticipando lo que ocurriría durante unos 25 siglos. No sorprende, por lo tanto, la perplejidad del rey y del profeta al recibir de Dios los propósitos para naciones que, en algún caso, no habían aún surgido como aparentes líderes de la lucha por el poder.
Revisaremos ahora estas profecías desde la perspectiva de demostrar qué poder se esconde detrás de la mezcla de hierro y barro de la estatua de Nabucodonosor o bajo el símbolo de un cuerno pequeño, pero grandilocuente. Este es un estudio duro de asimilar para quienes hemos nacido espiritualmente dentro del cristianismo nominal, por lo que suplico la gracia del lector de no anticipar conclusiones en contra de este estudio sin haber analizado las pruebas de identificación de este poder. Los psicólogos sostienen que para evitar que un paradigma (una forma aceptada de la realidad) me impida ver algo diferente o contrario, debo suspender el juicio, que es uno de los mecanismos de la mente. Por favor, hágalo… lo tuve que hacer hace más de 40 años cuando estudié este tema por primera vez. Por las características de este estudio repetiremos algo del material base de los tratados mencionados para facilitar su comprensión.
En el tratado inmediatamente anterior hemos presentado la explicación de la profecía del sueño de la estatua que tuvo el rey Nabucodonosor II, sueño que fue interpretado por Daniel. Este mensaje dado al rey por Dios tenía como propósito señalar que el Altísimo gobierna el destino de las naciones y que otorga a cada una de ellas un tiempo en la historia.
Este gobierno omnímodo de Dios, por lo tanto, por encima de los limitados poderes de los reyes, puede verse en algunos episodios de la vida del profeta que han quedado para nosotros como un complemento de lo que la profecía señala. Trataremos un poco sobre esto en el material complementario, vinculándolo siempre con el control y dirección de Dios sobre los acontecimientos mundiales.
Por asuntos relacionados al método trataremos el tema del cuerno pequeño (que forma parte de esta visión) en un documento posterior a este, cuando debamos relacionarlo con otras revelaciones que son temáticamente coincidentes. Por lo tanto, haremos solamente una breve referencia que nos servirá de soporte cuando lo ampliemos en el tratado correspondiente que lleva su nombre.
Durante el desarrollo de este estudio estableceremos la relación entre esta visión y el sueño de la estatua de Nabucodonosor y mostraremos como se complementan entre sí. Podríamos decir que la visión de las 4 bestias enriquece el contenido del sueño mencionado y permite confirmar la validez de la interpretación profética que hemos presentado en el tratado precedente. Le ruego que lea, si así lo desea, el tratado 47 antes de este para comprender mejor la relación entre ambos.
El documento presenta un estudio sobre el bautismo cristiano. Se divide en una introducción general, una estructura del tratado teológico con mapas, el propósito del tratado, un desarrollo del tema con varias secciones, y material complementario. El autor busca proveer conocimiento bíblico a los miembros de la iglesia para que puedan enseñar a otros.
El mundo parece funcionar como si cada día trajese asegurado, para cada persona, que el día de mañana seguirá siendo más o menos como el de hoy, con las diferencias propias de las actividades programadas. Muy pocas personas piensan que el mañana podría no existir para ellos y que lo que están haciendo o dejando de hacer hoy puede marcar su destino eterno. Existimos en un mundo que vive aceleradamente y que busca el placer desenfrenadamente y que no toma en cuenta su destino futuro… y parece que tampoco le interesa. No sé cuántos tendrían esa actitud si supieran que su caso está en un juicio para el que no se han preparado, y que además supieran por anticipado, como por lo general sabe el culpable que va a un juicio, que será condenado. Pero en realidad es lo que está ocurriendo.
Como hemos estudiado en un tratado precedente nos hallamos en medio del desarrollo del juicio investigador, que precede a la segunda venida de Cristo, que pondrá fin al mundo que hoy conocemos, para recuperar lo que perdimos en el Edén, la vida eterna y la felicidad que esto conlleva. En paralelo con este evento celestial se realiza el sellamiento de los hijos de Dios. Ya mencionamos que como cristianos no debemos tener temor al juicio si nuestra vida está escondida en Cristo Jesús y estamos viviendo conforme a lo que es Señor espera de nosotros. Pero algunos tenemos temor de los acontecimientos finales, aquellos que ocurrirán cerca del fin del tiempo de gracia (antes y después) pues nos vemos sin la suficiente preparación espiritual o por que la edad ha menguado nuestras fuerzas físicas como para resistir el tiempo de prueba.
En este tratado nos preocuparemos de alejar un poco nuestros temores, que parecen naturales, frente a estos acontecimientos pero sobre todo exhortarnos a desarrollar la musculatura espiritual (por decirlo de alguna manera) para estar preparado para ese momento y para disfrutar del gozo que significará estar entre los sellados para vida eterna. Por la naturaleza del tema y la relación con otros tratados será necesaria alguna repetición en las citas que presentaremos.
La teoría de la evolución parece haber triunfado. El público en general que ignora que es una teoría (es decir algo que no ha sido probado por el método científico) la da por real, soportada por la ciencia y sostenida por las mentes científicas (aparentemente) más brillantes.
El concepto creacionista, además de ser sostenido por una minoría, muy respetable, pero minoría al fin, es considerado un modelo basado solamente en el fundamentalismo religioso, un modelo que no puede considerarse seriamente desde el punto de vista científico. Esto es evidentemente incorrecto, ya que existen muy respetados científicos creacionistas (entre ellos algunos adventistas) que pueden sustentar sus opiniones sobre argumentos también científicos, sin abandonar sus posiciones de fe. En adición, algunos aparentes creacionistas han dado su brazo a torcer y esbozan teorías tratando de conciliar los millones de años de la teoría evolucionista de los orígenes y el relato bíblico de la creación. Flaco favor le hacen al relato sagrado.
El relato de la creación es considerado por la mayoría de las religiones cristianas, incluyendo la iglesia romana, como una fábula con un trasfondo espiritual, llegando el papa Juan Pablo II a declarar formalmente (ex cathedra, es decir haciendo uso de su supuesta infalibilidad) que la iglesia acepta que el hombre desciende del mono. Entre las iglesias evangélicas las concesiones a la ciencia evolucionista cada vez aleja más a las iglesias de un concepto creacionista de los orígenes, aunque es justo decir que la feligresía de estas denominaciones no parece aceptar dichas concesiones, al menos en su gran mayoría.
Surgen además teorías sobre que en realidad han sido los Ovnis los que trajeron a la tierra a “nuestros primeros padres alienígenas” y estas teorías absurdas tienen más crédito que la Santa Palabra de Dios. Existe inclusive alguna iglesia “cristiana” que espera la segunda venida de Cristo en algún platillo volador o similar.
Intentamos presentar en este tratado, un estudio sobre el sustento de la posición creacionista que la Iglesia Adventista del Séptimo Día sostiene y predica. No intento redactar un tratado científico pues no me siento en capacidad de ello, pero sí presentar algunos argumentos científicos que me parecen proveer un sustento razonable a nuestra posición creacionista. Espero que los argumentos teológicos presentados aquí le ayuden a defender una posición bíblica y los argumentos científicos a responder satisfactoriamente a algunos de los supuestos de la ciencia evolucionista.
Así como la profecía de las siete iglesias señala el devenir de la iglesia remanente, los siete sellos presentan los aspectos exteriores a la iglesia que influyeron sobre su marcha, desde el tiempo de la iglesia apostólica a nuestros días, y hasta la segunda venida del Señor. Dios, también en este asunto, no nos ha dejado en tinieblas con respecto a lo que vendrá; por el contrario, nos ha mostrado lo que ocurrirá en el tiempo y dejará al descubierto al poder satánico en su lucha con la iglesia de Dios.
Esto es una prueba más del interés y amor de Dios por la iglesia, pues quien va descubriendo cada sello para nosotros no es otro que el Hijo de Dios (razón por la que se nos muestra una amplia y compleja visión sobre acontecimientos ocurridos en el trono de Dios), mostrando que mantiene el control sobre este mundo, que, aunque parezca un caballo desbocado corriendo hacia su propia destrucción, solamente se le permite avanzar hasta donde la Providencia así lo ha determinado. Esa es nuestra confianza, allí radica nuestra fe. Esta visión del trono de Dios también nos ayuda a comprender la importancia que el supremo sacrificio de Cristo en la cruz, así como entender el impacto que su triunfo en la cruz ha tenido sobre otras inteligencias celestiales y universales.
El tratado intenta vincular las profecías de las siete iglesias y la de los siete sellos y alcanzar una comprensión mayor sobre el devenir de la historia, pero solamente para comprender que si la profecía se cumplió en el pasado significa que también se cumplirá en el futuro, porque la boca de Jehová así lo ha hablado.
Este documento es un estudio sobre el don de profecía, uno de los dones espirituales más importantes según el autor. El estudio analiza la definición bíblica de profecía, algunos profetas importantes a lo largo de la historia, cómo identificar a un verdadero profeta, la función de la profecía para el tiempo del fin, y manifiesta que Ellen G. White ejerció legítimamente este don.
En tres tratados precedentes hemos presentado la explicación de la profecía del sueño de la estatua que tuvo el rey Nabucodonosor II, sueño que fue interpretado por Daniel, el sueño de Daniel que ve a 4 terribles bestias surgiendo de un mar agitado y la visión del carnero y el macho cabrío que fue presentada a Daniel. Estos mensajes dados por Dios, al rey y al profeta, tenían como propósito señalar que el Altísimo gobierna el destino de las naciones y que otorga a cada una de ellas un tiempo en la historia.
Este gobierno omnímodo de Dios queda evidenciado al estudiar estas profecías desde un punto de la historia que nos permite comprobar su matemático cumplimiento. Lo que para nosotros hoy es historia comprobada, para el profeta era una luz que alumbraba el devenir de los acontecimientos anticipando lo que ocurriría durante unos 25 siglos. No sorprende, por lo tanto, la perplejidad del rey y del profeta al recibir de Dios los propósitos para naciones que, en algún caso, no habían aún surgido como aparentes líderes de la lucha por el poder.
Revisaremos ahora estas profecías desde la perspectiva de demostrar qué poder se esconde detrás de la mezcla de hierro y barro de la estatua de Nabucodonosor o bajo el símbolo de un cuerno pequeño, pero grandilocuente. Este es un estudio duro de asimilar para quienes hemos nacido espiritualmente dentro del cristianismo nominal, por lo que suplico la gracia del lector de no anticipar conclusiones en contra de este estudio sin haber analizado las pruebas de identificación de este poder. Los psicólogos sostienen que para evitar que un paradigma (una forma aceptada de la realidad) me impida ver algo diferente o contrario, debo suspender el juicio, que es uno de los mecanismos de la mente. Por favor, hágalo… lo tuve que hacer hace más de 40 años cuando estudié este tema por primera vez. Por las características de este estudio repetiremos algo del material base de los tratados mencionados para facilitar su comprensión.
En el tratado inmediatamente anterior hemos presentado la explicación de la profecía del sueño de la estatua que tuvo el rey Nabucodonosor II, sueño que fue interpretado por Daniel. Este mensaje dado al rey por Dios tenía como propósito señalar que el Altísimo gobierna el destino de las naciones y que otorga a cada una de ellas un tiempo en la historia.
Este gobierno omnímodo de Dios, por lo tanto, por encima de los limitados poderes de los reyes, puede verse en algunos episodios de la vida del profeta que han quedado para nosotros como un complemento de lo que la profecía señala. Trataremos un poco sobre esto en el material complementario, vinculándolo siempre con el control y dirección de Dios sobre los acontecimientos mundiales.
Por asuntos relacionados al método trataremos el tema del cuerno pequeño (que forma parte de esta visión) en un documento posterior a este, cuando debamos relacionarlo con otras revelaciones que son temáticamente coincidentes. Por lo tanto, haremos solamente una breve referencia que nos servirá de soporte cuando lo ampliemos en el tratado correspondiente que lleva su nombre.
Durante el desarrollo de este estudio estableceremos la relación entre esta visión y el sueño de la estatua de Nabucodonosor y mostraremos como se complementan entre sí. Podríamos decir que la visión de las 4 bestias enriquece el contenido del sueño mencionado y permite confirmar la validez de la interpretación profética que hemos presentado en el tratado precedente. Le ruego que lea, si así lo desea, el tratado 47 antes de este para comprender mejor la relación entre ambos.
El documento presenta un estudio sobre el bautismo cristiano. Se divide en una introducción general, una estructura del tratado teológico con mapas, el propósito del tratado, un desarrollo del tema con varias secciones, y material complementario. El autor busca proveer conocimiento bíblico a los miembros de la iglesia para que puedan enseñar a otros.
El mundo parece funcionar como si cada día trajese asegurado, para cada persona, que el día de mañana seguirá siendo más o menos como el de hoy, con las diferencias propias de las actividades programadas. Muy pocas personas piensan que el mañana podría no existir para ellos y que lo que están haciendo o dejando de hacer hoy puede marcar su destino eterno. Existimos en un mundo que vive aceleradamente y que busca el placer desenfrenadamente y que no toma en cuenta su destino futuro… y parece que tampoco le interesa. No sé cuántos tendrían esa actitud si supieran que su caso está en un juicio para el que no se han preparado, y que además supieran por anticipado, como por lo general sabe el culpable que va a un juicio, que será condenado. Pero en realidad es lo que está ocurriendo.
Como hemos estudiado en un tratado precedente nos hallamos en medio del desarrollo del juicio investigador, que precede a la segunda venida de Cristo, que pondrá fin al mundo que hoy conocemos, para recuperar lo que perdimos en el Edén, la vida eterna y la felicidad que esto conlleva. En paralelo con este evento celestial se realiza el sellamiento de los hijos de Dios. Ya mencionamos que como cristianos no debemos tener temor al juicio si nuestra vida está escondida en Cristo Jesús y estamos viviendo conforme a lo que es Señor espera de nosotros. Pero algunos tenemos temor de los acontecimientos finales, aquellos que ocurrirán cerca del fin del tiempo de gracia (antes y después) pues nos vemos sin la suficiente preparación espiritual o por que la edad ha menguado nuestras fuerzas físicas como para resistir el tiempo de prueba.
En este tratado nos preocuparemos de alejar un poco nuestros temores, que parecen naturales, frente a estos acontecimientos pero sobre todo exhortarnos a desarrollar la musculatura espiritual (por decirlo de alguna manera) para estar preparado para ese momento y para disfrutar del gozo que significará estar entre los sellados para vida eterna. Por la naturaleza del tema y la relación con otros tratados será necesaria alguna repetición en las citas que presentaremos.
La teoría de la evolución parece haber triunfado. El público en general que ignora que es una teoría (es decir algo que no ha sido probado por el método científico) la da por real, soportada por la ciencia y sostenida por las mentes científicas (aparentemente) más brillantes.
El concepto creacionista, además de ser sostenido por una minoría, muy respetable, pero minoría al fin, es considerado un modelo basado solamente en el fundamentalismo religioso, un modelo que no puede considerarse seriamente desde el punto de vista científico. Esto es evidentemente incorrecto, ya que existen muy respetados científicos creacionistas (entre ellos algunos adventistas) que pueden sustentar sus opiniones sobre argumentos también científicos, sin abandonar sus posiciones de fe. En adición, algunos aparentes creacionistas han dado su brazo a torcer y esbozan teorías tratando de conciliar los millones de años de la teoría evolucionista de los orígenes y el relato bíblico de la creación. Flaco favor le hacen al relato sagrado.
El relato de la creación es considerado por la mayoría de las religiones cristianas, incluyendo la iglesia romana, como una fábula con un trasfondo espiritual, llegando el papa Juan Pablo II a declarar formalmente (ex cathedra, es decir haciendo uso de su supuesta infalibilidad) que la iglesia acepta que el hombre desciende del mono. Entre las iglesias evangélicas las concesiones a la ciencia evolucionista cada vez aleja más a las iglesias de un concepto creacionista de los orígenes, aunque es justo decir que la feligresía de estas denominaciones no parece aceptar dichas concesiones, al menos en su gran mayoría.
Surgen además teorías sobre que en realidad han sido los Ovnis los que trajeron a la tierra a “nuestros primeros padres alienígenas” y estas teorías absurdas tienen más crédito que la Santa Palabra de Dios. Existe inclusive alguna iglesia “cristiana” que espera la segunda venida de Cristo en algún platillo volador o similar.
Intentamos presentar en este tratado, un estudio sobre el sustento de la posición creacionista que la Iglesia Adventista del Séptimo Día sostiene y predica. No intento redactar un tratado científico pues no me siento en capacidad de ello, pero sí presentar algunos argumentos científicos que me parecen proveer un sustento razonable a nuestra posición creacionista. Espero que los argumentos teológicos presentados aquí le ayuden a defender una posición bíblica y los argumentos científicos a responder satisfactoriamente a algunos de los supuestos de la ciencia evolucionista.
Este documento es un estudio sobre la adoración a Dios según las Escrituras. Explora temas como la idolatría, el culto a criaturas en lugar de al Creador, las formas apropiadas de adoración y cómo esta se relaciona con la escatología.
Los dones espirituales han sido dados por Dios para el desarrollo personal y de la iglesia. Un don, como su propio significado lo indica, es un regalo inmerecido, por lo que aquél que lo recibe no tiene ningún mérito en poseerlo, aunque a algunos no nos guste reconocerlo. Por el contrario, la recepción del don le convierte en deudor con Quien se lo otorga, pues Dios espera que se use fundamentalmente para el avance de su causa. Debe haber pocas cosas peores, como veremos, que un don desperdiciado o no aplicado.
Es importante, para el caso de los dones espirituales, entender el propósito del Dador y la responsabilidad que se genera en el receptor, así como la bendición que el don debe significar para el desarrollo de la iglesia y la culminación de la tarea de dar el mensaje. Lo que no debe ser el don es un medio de alcanzar notoriedad, exacerbar las emociones o provocar el asombro y el homenaje de los que sean impresionados cuando perciban sus efectos.
Vivimos en la época en la que todo se considera relativo y donde cualquiera que acepta algún absoluto es criticado por tener una mente inflexible o por ser fundamentalista. Esta tendencia a relativizar todo (decimos cosas como: esta es “mi verdad”) ha alcanzado todos los terrenos, inclusive el religioso, donde se cuestiona la fe como obsoleta o pasada de moda, o como anticientífica.
Por supuesto, esta tendencia hace que la Biblia, el libro sagrado de los cristianos, sea percibido como un documento o conjunto de documentos de interés histórico, cultural, uno más entre muchos otros volúmenes que nos permiten recuperar parte de la historia antigua. En el mejor de los casos, algunos que se consideran cristianos le reconocen la validez de un libro devocional con algunas verdades interesantes, pero con otras muchas igualmente cuestionables.
Algunos cristianos, aparentemente muy bien preparados, incluso con doctorados en teología en universidades también cristianas, diseccionan el Sagrado Volumen y se atreven a definir qué partes son inspiradas y cuáles otras no, mientras que otros que no pueden entender los milagros dicen que todas estas manifestaciones no pueden haber existido y que su relato es poco menos que parte de una mitología cristiana. Note que hablo de cristianos y no de ateos o anticristianos.
Un estudio profundo sobre la mayordomía de los tesoros, esto es, la responsabilidad ante Dios de los miembros de iglesia de sostener al ministerio y a la iglesia con sus recursos económicos.
Durante el estudio de la Divinidad, en especial cuando tratamos de Dios el Hijo (que también tiene una importante relación con el tema de Dios el Padre) dejamos para un estudio posterior analizar algunos personajes que aparecen asociados con las teofanías como el Arcángel Miguel, el Angel del Pacto y sobre todo el Ángel de Jehová.
Tratar este punto es de suma importancia para entender la forma en que las Tres Personas de la Deidad participan en el plan de salvación, así como para identificar con mayor precisión quién de Ellos es Jehová, el Dios que se manifiesta visiblemente en el Antiguo Testamento.
Analizar estos conceptos permitirá eliminar algunos errores teológicos que nos han llegado desde fuera, a muchos de nosotros por nuestra extracción inicial católica, y en otros casos por las múltiples asociaciones indebidas que se hace cuando se analiza al Dios del Antiguo Testamento.
Expondremos también con la mayor claridad posible el concepto de qué es un Arcángel y su relación con una mayor comprensión del rol de la Segunda Persona de la Divinidad.
Como alguna vez he mencionado en otro tratado, vivimos en una época donde la gente mayoritariamente cree en lo espiritual, pero al mismo tiempo no es religiosa. Parece un contrasentido… pero no lo es. Esta espiritualidad que flota en el ambiente no se basa tampoco en el sólido fundamento de la Palabra de Dios sino en fuentes espiritualistas. La gente cree en auras, en curaciones por colores u olores, baños de florecimiento, centros energéticos y piedras que acumulan poder, creen que deben mantener una relación con el cosmos, la madre tierra como si estos fueran seres vivos… en fin, muchos conceptos contradictorios entre sí, pero aceptados como un todo, sin atisbo de uso de la lógica.
Esta distorsión, aplicada a los ángeles también es tremenda; aunque se han escrito infinidad de libros sobre el tema el concepto bíblico de estos seres espirituales no aparece correctamente presentado. Distorsiones sobre el origen, naturaleza, rectitud, sexo y sexualidad de los ángeles son comunes en la literatura secular y la gente que no basa su sabiduría en un “así dice Jehová” no puede tener sino confusión sobre el tema.
Un estudio profundo sobre la forma en la que Jesús enseñó a su Iglesia a preservar tanto el compromiso personal de los fieles con Dios como la imagen del Cuerpo de Cristo.
Hemos tratado en el estudio anterior el juicio investigador y su importancia para cada uno de nosotros, así como para la vindicación de Dios frente al universo no caído. Dios ha sido atacado durante milenios por el enemigo de nuestras almas por tratar al pecador arrepentido con excesiva benevolencia, mostrando esto como una debilidad de su justicia. Dios debía demostrar que puede ser “el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” “a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados”. El juicio debe demostrar ante los seres no caídos de un universo perfecto que Dios puede ser justo y salvar a los pecadores arrepentidos que han confiado en la salvación que se alcanza mediante la fe en la sangre de Cristo Jesús.
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Romanos 3: 21-26
Aunque se han mencionado tangencialmente los registros celestiales en los que se basa el juicio en sus diferentes etapas intentaremos definir qué “libros fueron abiertos” cuando “el Juez se sentó“ y se inició el juicio en los cielos, así como lo que ellos contienen y cómo el juicio alterará el contenido final de ellos. Aunque esto último puede haber quedado sugerido al estudiar el juicio investigador, haremos algunas precisiones sobre este aspecto, incluyendo con lo que ocurrirá con ellos durante el milenio y los momentos finales del pecado en el universo (un par de temas que trataremos en detalle en el estudio del milenio).
Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.
Daniel 7: 10
Hemos tratado con amplitud en el estudio precedente el tema de la segunda venida de Jesús, mencionando su inminencia, aunque sin estudiar las señales que las Sagradas Escrituras presentan para anunciar su llegada. El estudio anterior demuestra que el Señor viene para recoger a los suyos, aquellos con los que desea pasar toda la eternidad, pues han sido files a Él.
Ahora intentaremos presentar algunas señales que indican que la venida está cercana, que los acontecimientos previstos para anticipar su llegada, así como aquellos que ocurrirían al mismo tiempo que ella, parecen ser una realidad en nuestros tiempos.
Los cristianos que observamos atentamente lo que ocurre a nuestro alrededor no podemos menos que concluir que el mundo está alcanzando los niveles de condenación, y que la intervención final de Dios está cerca de producirse. Aunque no concordamos con aquellos que establecen fechas para la ocurrencia de este evento, sí creemos que están dadas las condiciones para que los acontecimientos nos conduzcan prontamente al fin de todas las cosas.
Este documento es un estudio extenso sobre la importancia de la fe en Jesucristo para alcanzar la justificación y salvación. Explora temas como la condición del pecador, la solución divina, la naturaleza de la fe, la relación entre la fe y las obras, y la historia de la doctrina de la justificación por la fe en diferentes religiones e iglesias.
El rito de la Cena del Señor que Jesús estableció aquella noche de jueves, víspera de la Pascua, ha recibido siempre la atención de los estudiosos de las Escrituras y de quienes como nosotros encuentran en esa celebración una fuente de inspiración. Considero que el análisis de las últimas horas de Jesús con sus discípulos antes de su pasión puede ayudarnos a comprender el mensaje de amor que está atado al sacrificio del Hijo de Dios por nosotros.
Es importante también el estudio de este tema pues gran parte de la cristiandad tiene un concepto erróneo de lo que la Cena del Señor significa, no sólo en cuanto a los emblemas del pan y el vino, sino sobre el significado de las dos partes del rito; especialmente teniendo en cuenta que para la iglesia popular la primera parte del rito ha sido quitado a los feligreses y solamente es practicado, en contadas ocasiones, por la jerarquía. El rito de humildad, tiene un importante significado teológico para la salvación mientras que la cena tiene un mensaje para el último tiempo.
Como en cada doctrina el centro del mensaje de la Cena es Jesús, aquí además en su faceta de Maestro y Siervo de siervos para mostrarnos que la verdadera grandeza se alcanza cuando nos damos a los demás por amor, cuando se demuestra que el amor es más dar que recibir.
Por lo general la cristiandad reconoce la existencia de un día de reposo o día de adoración. A pesar de esta evidente, pero también aparente coincidencia, las diferentes confesiones religiosas cristianas no se ponen de acuerdo en dos conceptos fundamentales:
a. El día dedicado al reposo
b. Las implicancias de lo que significa guardar el día
En ambos conceptos las doctrinas y prácticas muestran una muy marcada diferencia, aún entre aquellas que coinciden en el día o tienen similares ideas sobre cómo guardarlo. En todos los casos, sin embargo, las diferencias se han generado al aceptar como verdaderas las opiniones de los hombres en lugar de lo que la Palabra de Dios sostiene inequívocamente.
Existe, por supuesto, aún dentro de estas confesiones cristianas una gran proporción de su feligresía que entiende muy poco acerca de la importancia del día de reposo, y que por lo tanto, el nivel de seguimiento de estos conceptos teológicos, aunque dispar, es también escaso.
Este tratado intenta presentar por un lado la importancia del día sábado como parte de la Ley de Dios, sino además la relación entre el sábado y la adoración, tema que será motivo de otro tratado.
La muerte nos parece, a la mayoría de los seres humanos, un enemigo invencible. Intentamos convencernos a nosotros mismos que hay algo natural en la muerte, que es algo que debemos esperar y que no nos queda más remedio que enfrentarla (más vale tarde que temprano, pensamos). Para muchos este enemigo parece mofarse de nuestros sueños y muchas veces arranca de raíz nuestras más preciadas esperanzas. La muerte retira de nuestros brazos a nuestros seres amados y genera en nuestras mentes desconcierto, pues a veces no estamos preparados para enfrentar la vida sin quien nos ha sido arrebatado por este enemigo.
Si así fuera la vida, solamente estos cortos años en la tierra, parecería que el azar se burla de nuestros anhelos de felicidad y se goza en despedazar nuestros sueños. Para el cristiano, que cree en la vida eterna y que sabe que los suyos le serán devueltos, si fueron fieles, cuando el Señor venga por segunda vez, la perspectiva de la muerte adquiere otro significado. Es seguro que habrá dolor, pero también esperanza…
La mitología de los pueblos antiguos hablaba de un lugar del que no hay retorno, y para muchos estos sigue siendo un modo de pensar. Aunque la mayoría de los cristianos cree en que la vida es más que estos pocos años que pasamos en la tierra, también la mayoría de ellos cree que los que han muerto sigue viviendo en entidades descarnadas. El concepto de la resurrección no es entendido por muchos que sin embargo creen en Jesús como el Salvador del mundo. También ocurría algo semejante en el tiempo de Jesús.
Cuando hemos estudiado las Sagradas Escrituras con personas no adventistas, más bien con personas con una formación católica (de donde yo también provine) llega un momento en que ellas se preocupan cuando caen en cuenta que la Biblia con la que les enseñamos, generalmente la Reina Valera, tiene menos libros que la Biblia católica que ellos tienen en casa o usan.
Algunas personas piensan que somos los protestantes los que hemos retirado algunos libros de la Escritura, y consecuentemente piensan que ha sido hecho a propósito para no aceptar algunas doctrinas que no nos agradan (teológicamente hablando). Es más, uno ya puede encontrar páginas en Internet que explican “por qué Lutero retiró libros de la Biblia”, sí… como lo oye (o como lo lee, mejor dicho). Es importante destacar por qué existe esta diferencia y cómo afecta el mensaje del Libro Sagrado.
Para esto será importante revisar los libros (y adiciones a otros libros que todos reconocemos como inspirados) para entender varias cosas:
a. Quiénes son los autores y quiénes pretendieron ser (en algunos casos)
b. En qué época realmente escribieron
c. Qué tan históricos son los acontecimientos y personajes que participan en el contenido de algunos de ellos (los que tienen un componente histórico)
d. Qué compatibilidad teológica tienen sus mensajes o doctrinas en relación con el resto de la Biblia (tal vez la más importante de estas 4 preguntas)
Si podemos definir estas cosas con suficiente precisión podemos definir si alguien quitó u otros añadieron. Acompáñeme a analizar este tema.
El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define el término vicario o vicaria de la siguiente manera: Que tiene las veces, poder y facultades de otra persona o la sustituye. Por lo tanto, la muerte vicaria sería una muerte en sustitución por otro, pero que provocaría los mismos resultados en aquel sujeto a quien sustituye. Dicho esto, comentaremos algo sobre los aspectos teológicos de este asunto.
Algunos conceptos de la teología cristiana resultan, por sí mismos, suficientemente lógicos, aún para las mentes más liberales. Algunos de los mandamientos, es especial aquellos que tratan con delitos como matar o hurtar están en todas legislaciones en todo tipo de sociedades. Conceptos como la bondad, la misericordia y otras virtudes son comúnmente aceptadas (como algo positivo), aunque no todas, ni por todos.
Sin embargo, el concepto de la muerte vicaria de Cristo en la cruz no parece del todo lógico. Suponer que la muerte de un hombre, en una de las ejecuciones consideradas como entre las más terribles, la cruz, hace unos dos mil años me libra a mí, un hombre del siglo XXI (aunque nací el siglo pasado… que raro suena decirlo), de la condenación de mi pecado es sorprendente. No parece resistir el análisis científico.
La muerte vicaria o sustitutiva es uno de los misterios más apasionantes de las Sagradas Escrituras. Es apasionante por la importancia para su vida y la mía, lo es porque es el gozne de un conflicto de los siglos entre el bien y el mal, y porque el amor manifestado en este sacrificio supera todo entendimiento y nos hace postrarnos de rodillas y dar gloria a Dios por su misericordia para con nuestra raza.
Debo señalar además que para entender este concepto no se requiere una inteligencia superior, sino que es algo que debe ser aceptado por fe. Se percibe mejor su naturaleza cuando se usa el corazón por encima de la razón (dije por encima, no sin la razón…).
Siempre ha sido un intento inútil del hombre, en todas las edades, develar lo que el futuro le presentará. Aún conocer el futuro inmediato parece estar más allá de nuestras capacidades, pero cuando se intenta penetrar en largos periodos en el futuro la posibilidad de acierto se desvanece y la historia parece deleitarse en acabar con los más inteligentes pronósticos.
Para el estudioso de la Santa Biblia la posibilidad de abrir el arcano (misterio, cosa oculta y muy difícil de conocer) del tiempo es algo que solamente corresponde a Dios, que tiene el poder de controlar los acontecimientos y establecer el rumbo de los imperios y las naciones. Nada escapa a la presciencia divina, y en el extraño devenir de las luchas del hombre por la supremacía, en los aparentemente confusos episodios de la historia puede verse la mano de Dios llevando todo a su destino prefijado.
El libro del profeta Daniel es tal vez el libro profético más importante del Antiguo Testamento y su contenido ha estimulado las mentes de los estudiosos durante siglos, aunque recién en los últimos tres se ha comprendido con mayor amplitud que nunca su mensaje. La profecía vinculada al sueño de la estatua de Nabucodonosor impresiona por la simpleza del sueño y sus detalles en contraste con lo abarcante de su interpretación, tan abarcante como para predecir lo que ocurriría durante 26 siglos… y seguimos contando. Un sueño que adelantaba la existencia de imperios que aún no estaban ni en el germen de su existencia, poniendo límites a las acciones de los más grandes y poderosos gobernantes de la historia.
Visitemos con la alas de la imaginación la corte del más importante rey del imperio neobabilónico y maravillémonos del mensaje profético dado al joven Daniel.
La inerpretación del Evangelio de san Lucas.pdfadyesp
El piadoso Lucas era antioqueño por nacimiento y por oficio médico y en la sabiduría helénica fue un grande erudito, así como en la ordenanza judía iba sobrado. Luego cuando había resucitado Cristo de entre los muertos, él junto con Cleofás iba de camino a Emaús y se encontraron con Jesús. Mas tarde Lucas se convirtió en compañero de viaje y seguidor del maravilloso apóstol Pablo, y solo quince años después de la ascensión de Cristo, san Lucas escribió Su evangelio con todo detalle.
Este documento es un estudio sobre la adoración a Dios según las Escrituras. Explora temas como la idolatría, el culto a criaturas en lugar de al Creador, las formas apropiadas de adoración y cómo esta se relaciona con la escatología.
Los dones espirituales han sido dados por Dios para el desarrollo personal y de la iglesia. Un don, como su propio significado lo indica, es un regalo inmerecido, por lo que aquél que lo recibe no tiene ningún mérito en poseerlo, aunque a algunos no nos guste reconocerlo. Por el contrario, la recepción del don le convierte en deudor con Quien se lo otorga, pues Dios espera que se use fundamentalmente para el avance de su causa. Debe haber pocas cosas peores, como veremos, que un don desperdiciado o no aplicado.
Es importante, para el caso de los dones espirituales, entender el propósito del Dador y la responsabilidad que se genera en el receptor, así como la bendición que el don debe significar para el desarrollo de la iglesia y la culminación de la tarea de dar el mensaje. Lo que no debe ser el don es un medio de alcanzar notoriedad, exacerbar las emociones o provocar el asombro y el homenaje de los que sean impresionados cuando perciban sus efectos.
Vivimos en la época en la que todo se considera relativo y donde cualquiera que acepta algún absoluto es criticado por tener una mente inflexible o por ser fundamentalista. Esta tendencia a relativizar todo (decimos cosas como: esta es “mi verdad”) ha alcanzado todos los terrenos, inclusive el religioso, donde se cuestiona la fe como obsoleta o pasada de moda, o como anticientífica.
Por supuesto, esta tendencia hace que la Biblia, el libro sagrado de los cristianos, sea percibido como un documento o conjunto de documentos de interés histórico, cultural, uno más entre muchos otros volúmenes que nos permiten recuperar parte de la historia antigua. En el mejor de los casos, algunos que se consideran cristianos le reconocen la validez de un libro devocional con algunas verdades interesantes, pero con otras muchas igualmente cuestionables.
Algunos cristianos, aparentemente muy bien preparados, incluso con doctorados en teología en universidades también cristianas, diseccionan el Sagrado Volumen y se atreven a definir qué partes son inspiradas y cuáles otras no, mientras que otros que no pueden entender los milagros dicen que todas estas manifestaciones no pueden haber existido y que su relato es poco menos que parte de una mitología cristiana. Note que hablo de cristianos y no de ateos o anticristianos.
Un estudio profundo sobre la mayordomía de los tesoros, esto es, la responsabilidad ante Dios de los miembros de iglesia de sostener al ministerio y a la iglesia con sus recursos económicos.
Durante el estudio de la Divinidad, en especial cuando tratamos de Dios el Hijo (que también tiene una importante relación con el tema de Dios el Padre) dejamos para un estudio posterior analizar algunos personajes que aparecen asociados con las teofanías como el Arcángel Miguel, el Angel del Pacto y sobre todo el Ángel de Jehová.
Tratar este punto es de suma importancia para entender la forma en que las Tres Personas de la Deidad participan en el plan de salvación, así como para identificar con mayor precisión quién de Ellos es Jehová, el Dios que se manifiesta visiblemente en el Antiguo Testamento.
Analizar estos conceptos permitirá eliminar algunos errores teológicos que nos han llegado desde fuera, a muchos de nosotros por nuestra extracción inicial católica, y en otros casos por las múltiples asociaciones indebidas que se hace cuando se analiza al Dios del Antiguo Testamento.
Expondremos también con la mayor claridad posible el concepto de qué es un Arcángel y su relación con una mayor comprensión del rol de la Segunda Persona de la Divinidad.
Como alguna vez he mencionado en otro tratado, vivimos en una época donde la gente mayoritariamente cree en lo espiritual, pero al mismo tiempo no es religiosa. Parece un contrasentido… pero no lo es. Esta espiritualidad que flota en el ambiente no se basa tampoco en el sólido fundamento de la Palabra de Dios sino en fuentes espiritualistas. La gente cree en auras, en curaciones por colores u olores, baños de florecimiento, centros energéticos y piedras que acumulan poder, creen que deben mantener una relación con el cosmos, la madre tierra como si estos fueran seres vivos… en fin, muchos conceptos contradictorios entre sí, pero aceptados como un todo, sin atisbo de uso de la lógica.
Esta distorsión, aplicada a los ángeles también es tremenda; aunque se han escrito infinidad de libros sobre el tema el concepto bíblico de estos seres espirituales no aparece correctamente presentado. Distorsiones sobre el origen, naturaleza, rectitud, sexo y sexualidad de los ángeles son comunes en la literatura secular y la gente que no basa su sabiduría en un “así dice Jehová” no puede tener sino confusión sobre el tema.
Un estudio profundo sobre la forma en la que Jesús enseñó a su Iglesia a preservar tanto el compromiso personal de los fieles con Dios como la imagen del Cuerpo de Cristo.
Hemos tratado en el estudio anterior el juicio investigador y su importancia para cada uno de nosotros, así como para la vindicación de Dios frente al universo no caído. Dios ha sido atacado durante milenios por el enemigo de nuestras almas por tratar al pecador arrepentido con excesiva benevolencia, mostrando esto como una debilidad de su justicia. Dios debía demostrar que puede ser “el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” “a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados”. El juicio debe demostrar ante los seres no caídos de un universo perfecto que Dios puede ser justo y salvar a los pecadores arrepentidos que han confiado en la salvación que se alcanza mediante la fe en la sangre de Cristo Jesús.
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Romanos 3: 21-26
Aunque se han mencionado tangencialmente los registros celestiales en los que se basa el juicio en sus diferentes etapas intentaremos definir qué “libros fueron abiertos” cuando “el Juez se sentó“ y se inició el juicio en los cielos, así como lo que ellos contienen y cómo el juicio alterará el contenido final de ellos. Aunque esto último puede haber quedado sugerido al estudiar el juicio investigador, haremos algunas precisiones sobre este aspecto, incluyendo con lo que ocurrirá con ellos durante el milenio y los momentos finales del pecado en el universo (un par de temas que trataremos en detalle en el estudio del milenio).
Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.
Daniel 7: 10
Hemos tratado con amplitud en el estudio precedente el tema de la segunda venida de Jesús, mencionando su inminencia, aunque sin estudiar las señales que las Sagradas Escrituras presentan para anunciar su llegada. El estudio anterior demuestra que el Señor viene para recoger a los suyos, aquellos con los que desea pasar toda la eternidad, pues han sido files a Él.
Ahora intentaremos presentar algunas señales que indican que la venida está cercana, que los acontecimientos previstos para anticipar su llegada, así como aquellos que ocurrirían al mismo tiempo que ella, parecen ser una realidad en nuestros tiempos.
Los cristianos que observamos atentamente lo que ocurre a nuestro alrededor no podemos menos que concluir que el mundo está alcanzando los niveles de condenación, y que la intervención final de Dios está cerca de producirse. Aunque no concordamos con aquellos que establecen fechas para la ocurrencia de este evento, sí creemos que están dadas las condiciones para que los acontecimientos nos conduzcan prontamente al fin de todas las cosas.
Este documento es un estudio extenso sobre la importancia de la fe en Jesucristo para alcanzar la justificación y salvación. Explora temas como la condición del pecador, la solución divina, la naturaleza de la fe, la relación entre la fe y las obras, y la historia de la doctrina de la justificación por la fe en diferentes religiones e iglesias.
El rito de la Cena del Señor que Jesús estableció aquella noche de jueves, víspera de la Pascua, ha recibido siempre la atención de los estudiosos de las Escrituras y de quienes como nosotros encuentran en esa celebración una fuente de inspiración. Considero que el análisis de las últimas horas de Jesús con sus discípulos antes de su pasión puede ayudarnos a comprender el mensaje de amor que está atado al sacrificio del Hijo de Dios por nosotros.
Es importante también el estudio de este tema pues gran parte de la cristiandad tiene un concepto erróneo de lo que la Cena del Señor significa, no sólo en cuanto a los emblemas del pan y el vino, sino sobre el significado de las dos partes del rito; especialmente teniendo en cuenta que para la iglesia popular la primera parte del rito ha sido quitado a los feligreses y solamente es practicado, en contadas ocasiones, por la jerarquía. El rito de humildad, tiene un importante significado teológico para la salvación mientras que la cena tiene un mensaje para el último tiempo.
Como en cada doctrina el centro del mensaje de la Cena es Jesús, aquí además en su faceta de Maestro y Siervo de siervos para mostrarnos que la verdadera grandeza se alcanza cuando nos damos a los demás por amor, cuando se demuestra que el amor es más dar que recibir.
Por lo general la cristiandad reconoce la existencia de un día de reposo o día de adoración. A pesar de esta evidente, pero también aparente coincidencia, las diferentes confesiones religiosas cristianas no se ponen de acuerdo en dos conceptos fundamentales:
a. El día dedicado al reposo
b. Las implicancias de lo que significa guardar el día
En ambos conceptos las doctrinas y prácticas muestran una muy marcada diferencia, aún entre aquellas que coinciden en el día o tienen similares ideas sobre cómo guardarlo. En todos los casos, sin embargo, las diferencias se han generado al aceptar como verdaderas las opiniones de los hombres en lugar de lo que la Palabra de Dios sostiene inequívocamente.
Existe, por supuesto, aún dentro de estas confesiones cristianas una gran proporción de su feligresía que entiende muy poco acerca de la importancia del día de reposo, y que por lo tanto, el nivel de seguimiento de estos conceptos teológicos, aunque dispar, es también escaso.
Este tratado intenta presentar por un lado la importancia del día sábado como parte de la Ley de Dios, sino además la relación entre el sábado y la adoración, tema que será motivo de otro tratado.
La muerte nos parece, a la mayoría de los seres humanos, un enemigo invencible. Intentamos convencernos a nosotros mismos que hay algo natural en la muerte, que es algo que debemos esperar y que no nos queda más remedio que enfrentarla (más vale tarde que temprano, pensamos). Para muchos este enemigo parece mofarse de nuestros sueños y muchas veces arranca de raíz nuestras más preciadas esperanzas. La muerte retira de nuestros brazos a nuestros seres amados y genera en nuestras mentes desconcierto, pues a veces no estamos preparados para enfrentar la vida sin quien nos ha sido arrebatado por este enemigo.
Si así fuera la vida, solamente estos cortos años en la tierra, parecería que el azar se burla de nuestros anhelos de felicidad y se goza en despedazar nuestros sueños. Para el cristiano, que cree en la vida eterna y que sabe que los suyos le serán devueltos, si fueron fieles, cuando el Señor venga por segunda vez, la perspectiva de la muerte adquiere otro significado. Es seguro que habrá dolor, pero también esperanza…
La mitología de los pueblos antiguos hablaba de un lugar del que no hay retorno, y para muchos estos sigue siendo un modo de pensar. Aunque la mayoría de los cristianos cree en que la vida es más que estos pocos años que pasamos en la tierra, también la mayoría de ellos cree que los que han muerto sigue viviendo en entidades descarnadas. El concepto de la resurrección no es entendido por muchos que sin embargo creen en Jesús como el Salvador del mundo. También ocurría algo semejante en el tiempo de Jesús.
Cuando hemos estudiado las Sagradas Escrituras con personas no adventistas, más bien con personas con una formación católica (de donde yo también provine) llega un momento en que ellas se preocupan cuando caen en cuenta que la Biblia con la que les enseñamos, generalmente la Reina Valera, tiene menos libros que la Biblia católica que ellos tienen en casa o usan.
Algunas personas piensan que somos los protestantes los que hemos retirado algunos libros de la Escritura, y consecuentemente piensan que ha sido hecho a propósito para no aceptar algunas doctrinas que no nos agradan (teológicamente hablando). Es más, uno ya puede encontrar páginas en Internet que explican “por qué Lutero retiró libros de la Biblia”, sí… como lo oye (o como lo lee, mejor dicho). Es importante destacar por qué existe esta diferencia y cómo afecta el mensaje del Libro Sagrado.
Para esto será importante revisar los libros (y adiciones a otros libros que todos reconocemos como inspirados) para entender varias cosas:
a. Quiénes son los autores y quiénes pretendieron ser (en algunos casos)
b. En qué época realmente escribieron
c. Qué tan históricos son los acontecimientos y personajes que participan en el contenido de algunos de ellos (los que tienen un componente histórico)
d. Qué compatibilidad teológica tienen sus mensajes o doctrinas en relación con el resto de la Biblia (tal vez la más importante de estas 4 preguntas)
Si podemos definir estas cosas con suficiente precisión podemos definir si alguien quitó u otros añadieron. Acompáñeme a analizar este tema.
El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define el término vicario o vicaria de la siguiente manera: Que tiene las veces, poder y facultades de otra persona o la sustituye. Por lo tanto, la muerte vicaria sería una muerte en sustitución por otro, pero que provocaría los mismos resultados en aquel sujeto a quien sustituye. Dicho esto, comentaremos algo sobre los aspectos teológicos de este asunto.
Algunos conceptos de la teología cristiana resultan, por sí mismos, suficientemente lógicos, aún para las mentes más liberales. Algunos de los mandamientos, es especial aquellos que tratan con delitos como matar o hurtar están en todas legislaciones en todo tipo de sociedades. Conceptos como la bondad, la misericordia y otras virtudes son comúnmente aceptadas (como algo positivo), aunque no todas, ni por todos.
Sin embargo, el concepto de la muerte vicaria de Cristo en la cruz no parece del todo lógico. Suponer que la muerte de un hombre, en una de las ejecuciones consideradas como entre las más terribles, la cruz, hace unos dos mil años me libra a mí, un hombre del siglo XXI (aunque nací el siglo pasado… que raro suena decirlo), de la condenación de mi pecado es sorprendente. No parece resistir el análisis científico.
La muerte vicaria o sustitutiva es uno de los misterios más apasionantes de las Sagradas Escrituras. Es apasionante por la importancia para su vida y la mía, lo es porque es el gozne de un conflicto de los siglos entre el bien y el mal, y porque el amor manifestado en este sacrificio supera todo entendimiento y nos hace postrarnos de rodillas y dar gloria a Dios por su misericordia para con nuestra raza.
Debo señalar además que para entender este concepto no se requiere una inteligencia superior, sino que es algo que debe ser aceptado por fe. Se percibe mejor su naturaleza cuando se usa el corazón por encima de la razón (dije por encima, no sin la razón…).
Siempre ha sido un intento inútil del hombre, en todas las edades, develar lo que el futuro le presentará. Aún conocer el futuro inmediato parece estar más allá de nuestras capacidades, pero cuando se intenta penetrar en largos periodos en el futuro la posibilidad de acierto se desvanece y la historia parece deleitarse en acabar con los más inteligentes pronósticos.
Para el estudioso de la Santa Biblia la posibilidad de abrir el arcano (misterio, cosa oculta y muy difícil de conocer) del tiempo es algo que solamente corresponde a Dios, que tiene el poder de controlar los acontecimientos y establecer el rumbo de los imperios y las naciones. Nada escapa a la presciencia divina, y en el extraño devenir de las luchas del hombre por la supremacía, en los aparentemente confusos episodios de la historia puede verse la mano de Dios llevando todo a su destino prefijado.
El libro del profeta Daniel es tal vez el libro profético más importante del Antiguo Testamento y su contenido ha estimulado las mentes de los estudiosos durante siglos, aunque recién en los últimos tres se ha comprendido con mayor amplitud que nunca su mensaje. La profecía vinculada al sueño de la estatua de Nabucodonosor impresiona por la simpleza del sueño y sus detalles en contraste con lo abarcante de su interpretación, tan abarcante como para predecir lo que ocurriría durante 26 siglos… y seguimos contando. Un sueño que adelantaba la existencia de imperios que aún no estaban ni en el germen de su existencia, poniendo límites a las acciones de los más grandes y poderosos gobernantes de la historia.
Visitemos con la alas de la imaginación la corte del más importante rey del imperio neobabilónico y maravillémonos del mensaje profético dado al joven Daniel.
Similar a 61 El Tiempo de Angustia 23.08.04.pdf (20)
La inerpretación del Evangelio de san Lucas.pdfadyesp
El piadoso Lucas era antioqueño por nacimiento y por oficio médico y en la sabiduría helénica fue un grande erudito, así como en la ordenanza judía iba sobrado. Luego cuando había resucitado Cristo de entre los muertos, él junto con Cleofás iba de camino a Emaús y se encontraron con Jesús. Mas tarde Lucas se convirtió en compañero de viaje y seguidor del maravilloso apóstol Pablo, y solo quince años después de la ascensión de Cristo, san Lucas escribió Su evangelio con todo detalle.
Folleto de las principales oraciones de la iglesia católica.docxSantosGuidoRodrguez
En este pequeño documento recopilamos las principales oraciones de la iglesia católica para estudiarlas y tenerlas en un solo archivo listo para imprimir.
1. Un estudio profundo sobre los acontecimientos
que ocurren desde el final de tiempo de gracia
hasta la segunda venida de nuestro Señor
Jesucristo, así como el fin del mundo actual.
Federico Salvador Wadsworth
Serie: Tratados Teológicos
El Tiempo de
Angustia
2. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 2 de 66
0. Contenido
0. Contenido.......................................................................................................................................... 2
1. Introducción General ......................................................................................................................... 3
2. Estructura del Tratado Teológico ......................................................................................................3
3. Mapa General de Tratados................................................................................................................ 5
4. Mapa del Tratado .............................................................................................................................. 6
5. Propósito del Tratado ........................................................................................................................ 7
6. Desarrollo del tema ........................................................................................................................... 7
6.1. Introducción............................................................................................................................ 7
6.2. Nuestra preparación............................................................................................................... 9
6.3. La teología de la última generación ..................................................................................... 12
6.4. Los momentos anteriores..................................................................................................... 17
6.5. Librados del tiempo de angustia .......................................................................................... 23
6.6. El tiempo de angustia........................................................................................................... 25
6.7. La duración del tiempo de angustia ..................................................................................... 28
6.8. El decreto de muerte............................................................................................................ 29
6.9. El tiempo de angustia de Jacob ........................................................................................... 31
6.10. Las primeras plagas............................................................................................................. 37
6.11. Armagedón y la última plaga................................................................................................ 45
6.12. El engaño casi irresistible..................................................................................................... 54
6.13. La liberación del pueblo de Dios .......................................................................................... 55
6.14. La destrucción de los impíos................................................................................................ 60
7. Material complementario ................................................................................................................. 64
7.1. Un cronograma de los sucesos finales ................................................................................ 64
3. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 3 de 66
1. Introducción General
La búsqueda del conocimiento de Dios y su propósito para el hombre constituye la más apasionante de las
aventuras que la mente humana pueda proponerse. El reto de encontrar en el libro sagrado aquel hilo de oro del
plan de salvación recompensará al estudioso, que podrá comprender la majestuosidad del esfuerzo de Aquél que
“no escatimó ni a su propio hijo” (Romanos 8: 32).
El conjunto de tratados sobre temas bíblicos, del que usted tiene en sus manos uno de los estudios, ha sido
preparado para proveer al miembro laico de la Iglesia Adventista del Séptimo Día del conocimiento requerido para
enseñar a otros acerca de cómo crecer “en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2
Pedro 3: 18) así como para “presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón
de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3: 15).
El autor es miembro regular de la Iglesia Adventista del Séptimo Día desde 1977, anciano de iglesia desde
1979, esposo, padre y abuelo, con el gozo de tener a toda su familia en “la fe que ha sido una vez dada a los
santos” (Judas 1: 3) y que además suscribe totalmente las 28 doctrinas oficiales de la misma.
Reitero que estos tratados han sido preparados para el
miembro de Iglesia, por lo que deberá graduar la dosis de
conocimiento que deba transmitir a aquellos que se encuentren
interesados en conocer a Jesús, a quien el profeta llama el “Deseado
de todas las gentes” (Hageo 2: 7).
Por eso, al mismo tiempo, hemos querido también incluir
material complementario al estudio bíblico que esperamos le permita
ampliar sus actuales conocimientos, así como estar preparado para
profundizar en “cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles” (1
Pedro 1: 12). Su habilidad para introducir estos subtemas en armonía
con los conceptos centrales es clave para favorecer la transferencia
del conocimiento que usted y yo nos proponemos.
Dado que el conocimiento de nuestro Dios y sus propósitos
estarán, por la obra y gracia del Espíritu Santo, siempre en pleno
desarrollo, podrá encontrarse regularmente con actualizaciones de
cada tratado (vea la fecha aa.mm.dd que acompaña al nombre del
archivo). Estas actualizaciones, por supuesto, también corregirán
algunas de las fallas humanas que puedan haber pasado inadvertidas
para el autor. Por otro lado, su bien intencionado propósito de
ayudarnos a mejorar estos temas será siempre bienvenido.
2. Estructura del Tratado Teológico
Al inicio de cada tratado le presentaremos la estructura general del conjunto de estos utilizando un diagrama
de bloques numerado, llamado Mapa General de Tratados. Este gráfico (que aparece en la subsiguiente página)
le permitirá ver dónde encaja el tratado que tiene en sus manos en relación con los otros temas. Para facilitar su
ubicación además de la numeración, este estará marcado en color diferente de los demás. Coleccione los temas,
actualícelos y ordénelos en esta secuencia si le parece útil a su propio desarrollo del conocimiento.
Los números en cada bloque establecen simultáneamente el orden de creación de estos tratados y la
dependencia lógica también entre ellos. Los bloques del número 70 en adelante representan, a su vez, un conjunto
de tratados especiales. Los he agrupado en 6 grandes temas:
1. Religiones comparadas Serie 70.nn
2. Cronologías Serie 75.nn
3. Armonías de los Evangelios Serie 80.nn
4. Genealogías Serie 85.nn
5. Biografías bíblicas Serie 90.nn
6. Historia Serie 95.nn
La lectura de estos temas le dará el marco referencial para entender los tratados más temáticos. Estos otros
temas tienen su propia estructura que guardará relación con la aquí mencionada.
Luego del diagrama del conjunto, encontrará usted un diagrama de bloques del estudio propiamente dicho,
llamado Mapa del Tratado, donde podrá notar lo siguiente:
1. Cada bloque del diagrama indica el versículo o versículos de referencia en la parte inferior y una
breve frase que corresponde con la lógica de su inclusión en el tema.
4. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 4 de 66
2. Notará que hay algunos bloques, con versículos de color diferente, que hacen referencia a parábolas
que ayudan a entender el tema central.
3. Otros bloques, que no contienen versículos, exponen asuntos que podría usted tocar cuando
presente el estudio; asuntos que poseen un trasfondo histórico, geográfico, científico, técnico, entre
otros. Usted encontrará en este estudio alguna información que le ayudará a exponer sobre estos
conceptos.
4. Estos dos tipos de bloques no necesariamente están incluidos en todos los estudios.
5. Las flechas indican la secuencia lógica en la que el autor piensa que estos temas deben ser
presentados. La secuencia está establecida de izquierda a derecha y de arriba a abajo. Sin embargo,
su propia iniciativa y conocimiento de las necesidades de sus oyentes le pueden marcar una ruta
diferente. Déjese guiar en oración por Aquél que no puede errar.
Al finalizar esta fase gráfica usted encontrará el estudio en detalle, que seguirá hasta donde sea posible, la
estructura del diagrama de bloques. Algunos materiales complementarios al estudio se incluirán al final. Le
recomiendo que los lea con anticipación para encontrar el momento exacto para incluirlos en su exposición.
Hasta donde me ha sido posible he presentado la fuente de algunos de estos temas para que pueda
extender su comprensión revisándolos. No pretendo conocer todo lo que estas fuentes tratan sobre el tema, por lo
que lo aliento a profundizar y comentarme cómo mejorar este contenido. He incluido algunas imágenes halladas
en Internet para hacer más amena su lectura, espero le agraden.
La fase escrita del estudio contendrá:
1. Acápites por los subtemas principales.
2. Citas Bíblicas (en color rojo).
3. Citas del Espíritu de Profecía (en color verde).
4. Citas de libros o artículos de diversos autores, destinadas a ampliar su conocimiento sobre el tema
(en color azul).
5. Comentarios de las citas mencionadas; en algunos casos estos se presentarán antes de la cita,
como anticipando la declaración, mientras que en otras se ubicarán después como confirmación del
concepto que se sostiene (en color negro).
6. Mapas, cronogramas, genealogías y otros diagramas cuando corresponda a la exposición del tema.
7. Material complementario agrupado en un acápite que ayuda a comprender algunos de los aspectos
que podrían surgir al tratar el tema central con otras personas. No todos los temas contienen
necesariamente este material.
Cuando no se indique lo contrario las citas de la Santa Biblia corresponden a la versión Reina-Valera 1960,
mi favorita. Alguna vez incluiré otras versiones para comparar o ampliar la comprensión de un texto.
Cuando usted desarrolle un estudio bíblico sobre este tema con personas que no pertenecen a la Iglesia le
recomiendo que use la sección correspondiente al estudio (con los versos incluidos en el diagrama de bloques) sin
presentar las declaraciones del Espíritu de Profecía. Comente los materiales complementarios conforme surjan en
la exposición, así como en la fase de preguntas y respuestas.
He preparado también un archivo que incluye todos los diagramas de bloques de los tratados de manera
que le sirvan de ayudamemoria cuando presente el tema. También he creado un archivo con una copia de todos
los contenidos de los tratados de manera que pueda revisarlos sin abrir cada uno de los documentos, en caso esté
buscando un subtema específico.
Permítame, como hasta ahora, que durante el estudio me dirija a usted en forma personal. Creo que así es
como nuestro Salvador hablaba con aquellos a quienes amaba y deseaba salvar. Seguramente usted hará lo
propio con aquellos que le escuchen con este propósito.
Este es un material gratuito que seguramente ha llegado hasta usted por alguien que lo aprecia y desea
que conozca aún más a Jesús y su maravilloso plan de salvación. Difúndalo de la misma manera, ya que “de gracia
recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10: 8).
5. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 5 de 66
3. Mapa General de Tratados
02
La Divinidad
03
El Padre
04
El Hijo
05
El Espíritu
Santo
01
La Santa Biblia
15
La Encarnación
13
El Ángel
de Jehová
06
La Ley
de Dios
07
El Sábado
09
El Pecado
08
El origen
del pecado
10
La Muerte
34
La Redención
36
Justificación
por la fe
37
Santificación
35
La Conversión
12
La Oración
38
El Bautismo
39
La Iglesia
44
Diezmo &
Ofrendas
26
Los Ángeles
17
La Resurrección
14
El Amor
11
La creación
20
El diluvio
18
La Segunda
Venida
19
Señales de la
Segunda Venida
32
El Don de
Profecía
27
Espiritismo
28
Posesión
demoníaca
21
El Santuario
Celestial
23
La ley
ceremonial
45
El matrimonio
47
La estatua de
Nabucodonosor
48
Las 4 Bestias
43
Disciplina
Eclesiástica
53
El cuerno
pequeño
57
El juicio
investigador
56
Las 70
semanas
58
Los libros
del cielo
30
Los dones
espirituales
31
El don de
lenguas
49
El carnero y el
macho cabrío
59
El sellamiento
62
El milenio
55
El Anticristo
33
Profecías
mesiánicas
60
La Apostasía
final
63
La tierra
nueva
46
Estilo Cristiano
de Vida
54
Los 1260 años
42
Organización
Eclesiástica
50
Las 7 iglesias
51
Los 7 sellos
52
Las 7 trompetas
22
Nuestro Sumo
Sacerdote
61
El Tiempo
de Angustia
40
La Gran
Comisión
29
Los libros
apócrifos
16
Muerte
Vicaria
75
Cronología
85
Genealogía
80
Armonía de los
Evangelios
41
Historia
de la IASD
70
Religiones
Comparadas
90
Biografías
Bíblicas
24
La Adoración
25
La Cena
del Señor
95
Historia
6. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 6 de 66
4. Mapa del Tratado
Tus muertos
vivirán
Isa 26: 19-21
Tiempo de
angustia cual
nunca fue
Dan 12: 1
Silencio como
por media hora
Apo 8: 1
Cualquiera que
os mate
Jua 16: 1-3
Cuán grande es
aquel día
Jer 30: 5-7
Refugio para
el tiempo de
angustia
Sal 9: 5-11
Me libró
porque se
agradó de mí
Sal 18: 2-20
Buscándolo
en el día de
la angustia
Sal 77: 1-9
Siete ángeles
con las siete
plagas
Apo 15: 1
Plagas +
la ira de Dios
Apo 15: 5-8
La primera
plaga
Apo 16: 1, 2
Hambre de la
palabra de
Jehová
Amó 8: 11, 12
Las tres plagas
siguientes
Apo 16: 3-9
El castigo
de los impíos
Zac 14: 12
La quinta plaga
y Babilonia
Apo 16: 10, 11
La Babilonia
mística en
tinieblas
Isa 47: 1-15
Castigo de la
soberbia
Apo 18: 6-23
Por alterar la
Palabra de Dios
Apo 22: 18
Al abrigo del
Altísimo
Sal 91: 1-16
La sexta
plaga
Apo 16: 12-16
La séptima
plaga
Apo 16: 17-21
Señales de la
séptima plaga
Apo 11: 19
Los tesoros
del granizo
Job 38: 22, 23
Librado de toda
angustia
Sal 54: 7
El asolamiento
del
Todopoderoso
Isa 13: 6
Escondidos
en las peñas
Isa 2: 10-12
Cuando se
levante a
castigar la tierra
Isa 2: 20, 21
Los cielos
declararán su
justicia
Sal 50: 6
La diferencia
entre el bueno
y el malo
Mal 3: 18
Cercano el día
de Jehová
Joe 1: 15
Las plagas
no alcanzan a
los santos
Apo 18: 4-10
La indignación
de Jehová
Nah 1: 2-9
Los cielos
encendiéndose
serán deshechos
2 Ped 3: 10-13
Ni su plata
ni su oro
Sof 1: 14-18
Su extraña
operación
Isa 28: 21, 22
Un
cronograma
de los
sucesos finales
7. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 7 de 66
5. Propósito del Tratado
El propósito del tratado es el siguiente:
a. Entender el concepto del tiempo de angustia.
b. Diferenciar el tiempo de angustia del tiempo de angustia previo.
c. Ubicar la ley dominical y el decreto de muerte en el fin del tiempo.
d. Establecer el significado del periodo identificado como la angustia de Jacob.
e. Definir el tiempo de persecución del pueblo de Dios en el fin del tiempo.
f. Vincular el tiempo de angustia con el fin del tiempo de gracia y la segunda venida de Jesús.
g. Analizar el significado y la amplitud de las siete plagas.
h. Entender el concepto de la batalla de Armagedón.
i. Ubicar la resurrección especial de los que murieron durante el mensaje del tercer ángel.
j. Comprender el tema de la liberación del pueblo de Dios.
k. Percibir el nivel de la destrucción del mundo actual al final del tiempo de angustia.
l. Establecer la relación básica con el milenio.
6. Desarrollo del tema
6.1. Introducción
La angustia no es una emoción agradable. Si se nos dice que debemos sufrirla quisiéramos que
fuera el menor tiempo posible. Por lo tanto, si se nos dice que debemos sufrirla por un tiempo indeterminado
la preocupación es mayor. Cuando se habla de un
evento profético del tiempo del fin llamado tiempo de
angustia es explicable que se genere temor en
nosotros.
Aunque debemos tomar muy en serio esta
profecía, así como todos los acontecimientos finales, no
es precisamente temor lo que debemos sentir, sino
debería generarse en nosotros el compromiso de estar
preparados para sobrellevar exitosamente la prueba.
Además de estar preparados espiritualmente para este
momento, debemos también conocer la verdad
presente para diferenciar las señales y poder ser
conducidos por el Espíritu Santo.
Hemos de orar en procura de instrucción
divina, pero al mismo tiempo debiéramos ser
cuidadosos en cuanto a la forma de recibir todo
lo que se considera nueva luz. Debemos estar
alertas, no sea que bajo la apariencia de
escudriñar en procura de nueva luz, Satanás
aparte nuestra mente de Cristo y de las verdades especiales para este tiempo. Se me ha mostrado
que el artificio del enemigo es orientar las mentes para que se ocupen de algún punto oscuro o sin
importancia, algo que no está plenamente revelado o que no es esencial para nuestra salvación...
El Señor nos invita a seguir principios nobles y elevados. Debemos permitir que los principios
del mensaje del tercer ángel se manifiesten claros y distintos. Los grandes pilares de nuestra fe
sostendrán todo el peso que se ponga sobre ellos...
Nuestros hermanos deben dejar de basarse en ideas peculiares animados por el concepto:
“tú debes ver esto como yo lo veo; de lo contrario, no podrás alcanzar la salvación”. ¡Apártese este
egoísmo! La gran obra que se debe hacer es ganar almas para Cristo...
Hay un tiempo de angustia que se aproxima para el pueblo de Dios, pero no hemos de
mantener eso constantemente delante de los nuestros, manejándolos de tal manera que pasen por
un tiempo de angustia de antemano. Ha de haber un zarandeo entre el pueblo de Dios, pero no es
ésta la verdad presente para llevar a las iglesias; el zarandeo será una consecuencia de rechazar la
verdad presentada...
Los ministros no debieran pensar que tienen algunas maravillosas ideas avanzadas y que, a
menos que todos las reciban, serán eliminados con el zarandeo y que surgirá un pueblo que
avanzará y subirá hacia la victoria. Se cumple tan ciertamente el propósito de Satanás cuando los
8. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 8 de 66
hombres se adelantan a Cristo y hacen la obra que él nunca les ha confiado, como cuando
permanecen en el estado laodicense, tibios, sintiéndose ricos y enriquecidos y sin necesidad de
nada. Las dos clases son igualmente piedras de tropiezo.
Algunos apasionados, que tienen el propósito de ser originales y que dedican a eso todas
sus energías, han cometido un grave error al tratar de presentar delante de la gente algo pasmoso,
maravilloso, fascinador, algo que ellos creen que otros no comprenden; pero ellos mismos no saben
de qué están hablando...
Hay quienes son naturalmente combativos. No les preocupa mucho si armonizan con los
hermanos o no. Quieren entrar en controversia; les gustaría luchar por sus ideas particulares, pero
debieran poner esto a un lado, pues eso no desarrolla las virtudes cristianas. Trabajen con todo su
poder para responder a la oración de Cristo de que sus discípulos sean uno, así como él es uno con
el Padre.
Ellen G. White, El Cristo triunfante, 365
Hemos estado estudiando en los últimos tratados los temas referentes al tiempo del fin,
organizándolos, en la medida de lo posible, en el tiempo. Aunque no se puede establecer fechas o
duraciones de los eventos, sí es posible definir la secuencia de estos, así como establecer algunos hitos o
señales que nos permitan identificar algunas importantes decisiones a tomar, así como para comprender
donde nos encontramos en el reloj profético. Conocer la revelación de Dios a través de la Santa Biblia y el
Espíritu de Profecía nos permitirá por un lado, estar preparados y por otro confiados en que el Señor cuidará
de nosotros y los nuestros en el tiempo más difícil, como lo ha prometido.
“No con sólo el pan vivirá el hombre, mas con toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Muchas veces el que sigue a Cristo se ve colocado en donde no puede servir a Dios y llevar adelante
sus empresas mundanales. Tal vez le parezca que la obediencia a algún claro requerimiento de Dios
le privará de sus medios de sostén. Satanás quisiera hacerle creer que debe sacrificar las
convicciones de su conciencia. Pero lo único en que podemos confiar en este mundo es la Palabra
de Dios. “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
Aun en esta vida, no puede beneficiarnos el apartarnos de la voluntad de nuestro Padre celestial.
Cuando aprendamos a conocer el poder de su palabra no seguiremos las sugestiones de Satanás
para obtener alimento o salvarnos la vida. Lo único que preguntaremos será: ¿cuál es la orden de
Dios, y cuál es su promesa? Conociéndolas, obedeceremos la primera y confiaremos en la segunda.
En el último gran conflicto de la controversia con Satanás, los que sean leales a Dios se verán
privados de todo apoyo terrenal. Porque se niegan a violar su ley en obediencia a las potencias
terrenales, se les prohibirá comprar o vender. Finalmente será decretado que se les dé muerte. Pero
al obediente se le hace la promesa: “habitará en las alturas: fortalezas de rocas serán su lugar de
acogimiento; se le dará su pan, y sus aguas serán ciertas”. Los hijos de Dios vivirán por esta
promesa. Serán alimentados cuando la tierra esté asolada por el hambre. “No serán avergonzados
en el mal tiempo; y en los días de hambre serán hartos”. El profeta Habacuc previó este tiempo de
angustia, y sus palabras expresan la fe de la iglesia: “aunque la higuera no florecerá, ni en las vides
habrá frutos; mentirá la obra de la oliva, y los labrados no darán mantenimiento, y las ovejas serán
quitadas de la majada, y no habrá vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me
gozaré en el Dios de mi salud”.
Ellen G. White, El Deseado de Todas las Gentes, 96, 97
Uno de los peligros de este último tiempo es que algunos miembros de iglesia no aceptan las
enseñanzas del Espíritu de Profecía, felizmente pocos las rechazan abiertamente, pero hay muchos que
no se han preocupado de estudiar su mensaje, en especial para el tiempo del fin. La instrucción dada por
el Señor a su iglesia, mediante la Pluma Inspirada, es dejada de lado y muchos quedarán sin preparación
cuando más lo necesiten. En realidad, quienes rechazan al débil instrumento que Dios utilizó para darnos
su poderoso mensaje para este tiempo, no se dan cuenta que rechazan realmente al Espíritu Santo.
Vi el estado de algunos que se adherían a la verdad presente pero que no hacían caso de
las visiones -la forma que el Señor había escogido para enseñar, en algunos casos, a los que erraban
en la verdad bíblica. Vi que los que atacaban las visiones no atacaban al gusano -al débil instrumento
mediante el cual hablaba Dios- sino al Espíritu Santo. Vi que era una cosa pequeña hablar contra el
instrumento, pero que era peligroso menospreciar las palabras de Dios. Vi que si ellos estaban en
error y Dios quería mostrarles sus errores por medio de visiones, y ellos desdeñaban las enseñanzas
de Dios por medio de visiones, quedarían abandonados para que siguieran sus propios caminos y
corrieran en la senda del error y pensaran que estaban en lo correcto hasta que se dieran cuenta
demasiado tarde. Entonces, en el tiempo de angustia, los oí clamar a Dios en agonía: “¿por qué no
nos mostraste nuestro error para que pudiéramos haber hecho lo correcto y hubiéramos estado listos
para este tiempo?” Entonces un ángel los señaló y dijo: “mi Padre enseñó, pero no quisisteis ser
9. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 9 de 66
enseñados. Habló mediante visiones, pero desdeñasteis su voz y él os abandonó a vuestros propios
caminos para que estuvierais satisfechos con vuestras propias obras”.
Ellen G. White, Mensajes Selectos, Tomo I, 45
6.2. Nuestra preparación
Para los últimos momentos de esta tierra, mientras aún se extiende la misericordia de Dios, mientras
el tiempo de gracia continúa, debemos ser sabios en el uso del tiempo para prepararnos. Nuestra fe debe
ser robustecida, “una fe capaz de soportar el cansancio, la demora y el hambre, una fe que no desmaye a
pesar de las pruebas más duras”. Debemos confiar desde hoy
en sus promesas para que cuando las circunstancias más
adversas nos rodeen podamos aferrarnos a ellas.
Los tiempos de apuro y angustia que nos esperan
requieren una fe capaz de soportar el cansancio, la demora y el
hambre, una fe que no desmaye a pesar de las pruebas más
duras. El tiempo de gracia les es concedido a todos a fin de que
se preparen para aquel momento. Jacob prevaleció porque fué
perseverante y resuelto. Su victoria es prueba evidente del
poder de la oración importuna. Todos los que se aferren a las
promesas de Dios como lo hizo él, y que sean tan sinceros como
él lo fué, tendrán tan buen éxito como él. Los que no están
dispuestos a negarse a sí mismos, a luchar desesperadamente
ante Dios y a orar mucho y con empeño para obtener su
bendición, no lo conseguirán. ¡Cuán pocos cristianos saben lo
que es luchar con Dios! ¡Cuán pocos son los que jamás
suspiraron por Dios con ardor hasta tener como en tensión todas
las facultades del alma! Cuando olas de indecible desesperación
envuelven al suplicante, ¡cuán raro es verle atenerse con fe
inquebrantable a las promesas de Dios!
Los que sólo ejercitan poca fe, están en mayor peligro de
caer bajo el dominio de los engaños satánicos y del decreto que
violentará las conciencias. Y aun en caso de soportar la prueba,
en el tiempo de angustia se verán sumidos en mayor aflicción porque no se habrán acostumbrado a
confiar en Dios. Las lecciones de fe que hayan descuidado, tendrán que aprenderlas bajo el terrible
peso del desaliento.
Deberíamos aprender ahora a conocer a Dios, poniendo a prueba sus promesas. Los ángeles
toman nota de cada oración ferviente y sincera. Sería mejor sacrificar nuestros propios gustos antes
que descuidar la comunión con Dios. La mayor pobreza y la más absoluta abnegación, con la
aprobación divina, valen más que las riquezas, los honores, las comodidades y amistades sin ella.
Debemos darnos tiempo para orar. Si nos dejamos absorber por los intereses mundanos, el Señor
puede darnos ese tiempo que necesitamos, quitándonos nuestros ídolos, ya sean éstos oro, casas
o tierras feraces.
La juventud no se dejaría seducir por el pecado si se negase a entrar en otro camino que
aquel sobre el cual pudiera pedir la bendición de Dios. Si los que proclaman la última solemne
amonestación al mundo rogasen por la bendición de Dios, no con frialdad e indolencia, sino con
fervor y fe como lo hizo Jacob, encontrarían muchas ocasiones en que podrían decir: “vi a Dios cara
a cara, y fué librada mi alma”. Génesis 32: 30. Serían considerados como príncipes en el cielo, con
poder para prevalecer con Dios y los hombres.
El “tiempo de angustia, cual nunca fué después que hubo gente” se iniciará pronto; y para
entonces necesitaremos tener una experiencia que hoy por hoy no poseemos y que muchos no
pueden lograr debido a su indolencia. Sucede muchas veces que los peligros que se esperan no
resultan tan grandes como uno se los había imaginado; pero éste no es el caso respecto de la crisis
que nos espera. La imaginación más fecunda no alcanza a darse cuenta de la magnitud de tan
dolorosa prueba. En aquel tiempo de tribulación, cada alma deberá sostenerse por sí sola ante Dios.
“Si Noé, Daniel y Job estuvieren” en el país, “¡vivo yo! dice Jehová el Señor, que ni a hijo ni a hija
podrán ellos librar por su justicia; tan sólo a sus propias almas librarán”. Ezequiel 14: 20 (VM).
Ahora, mientras que nuestro gran Sumo Sacerdote está haciendo propiciación por nosotros,
debemos tratar de llegar a la perfección en Cristo. Nuestro Salvador no pudo ser inducido a ceder a
la tentación ni siquiera en pensamiento. Satanás encuentra en los corazones humanos algún asidero
en que hacerse firme; es tal vez algún deseo pecaminoso que se acaricia, por medio del cual la
10. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 10 de 66
tentación se fortalece. Pero Cristo declaró al hablar de sí mismo: “viene el príncipe de este mundo;
mas no tiene nada en mí”. Juan 14: 30. Satanás no pudo encontrar nada en el Hijo de Dios que le
permitiese ganar la victoria. Cristo guardó los mandamientos de su Padre y no hubo en él ningún
pecado de que Satanás pudiese sacar ventaja. Esta es la condición en que deben encontrarse los
que han de poder subsistir en el tiempo de angustia [esta es una cita impresionante, por favor
recuérdela cuando estemos en el siguiente acápite].
En esta vida es donde debemos separarnos del pecado por la fe en la sangre expiatoria de
Cristo. Nuestro amado Salvador nos invita a que nos unamos a él, a que unamos nuestra flaqueza
con su fortaleza, nuestra ignorancia con su sabiduría, nuestra indignidad con sus méritos. La
providencia de Dios es la escuela en la cual debemos aprender a tener la mansedumbre y humildad
de Jesús. El Señor nos está presentando siempre, no el camino que escogeríamos y que nos
parecería más fácil y agradable, sino el verdadero, el que lleva a los fines verdaderos de la vida. De
nosotros está, pues, que cooperemos con los factores que Dios emplea, en la tarea de conformar
nuestros caracteres con el modelo divino. Nadie puede descuidar o aplazar esta obra sin grave
peligro para su alma.
El apóstol San Juan, estando en visión, oyó una gran voz que exclamaba en el cielo: “¡ay de
los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo grande ira,
sabiendo que tiene poco tiempo”. Apocalipsis 12: 12. Espantosas son las escenas que provocaron
esta exclamación de la voz celestial. La ira de Satanás crece a medida que se va acercando el fin,
y su obra de engaño y destrucción culminará durante el tiempo de angustia.
Ellen G. White, El Conflicto de los Siglos, 679-681
Dios nos ha anunciado los acontecimientos futuros para que estemos preparados “para resistir la
tempestad de oposición e ira”. La preparación no implica “permanecer sentados en tranquila expectación
de la venidera tormenta, consolándose con el pensamiento de que el Señor protegerá a sus fieles en el día
de la tribulación. Hemos de ser como hombres que aguardan a su Señor, no en ociosa expectativa, sino
trabajando fervientemente, con fe inquebrantable”.
Dios ha revelado lo que ha de acontecer en los postreros días, a fin de que su pueblo esté
preparado para resistir la tempestad de oposición e ira. Aquellos a quienes se les ha anunciado los
sucesos que les esperan, no han de permanecer sentados en tranquila expectación de la venidera
tormenta, consolándose con el pensamiento de que el Señor protegerá a sus fieles en el día de la
tribulación. Hemos de ser como hombres que aguardan a su Señor, no en ociosa expectativa, sino
trabajando fervientemente, con fe inquebrantable. No es ahora el momento de permitir que nuestras
mentes se enfrasquen en cosas de menor importancia. Mientras los hombres están durmiendo,
Satanás arregla activamente los asuntos de tal manera que el pueblo de Dios no obtenga ni
misericordia ni justicia. El movimiento dominical se está abriendo paso en las tinieblas. Los dirigentes
están ocultando el fin verdadero, y muchos de los que se unen al movimiento no ven hacia dónde
tiende la corriente que se hace sentir por debajo. Los fines que profesan son benignos y
aparentemente cristianos; pero cuando hablen, se revelará el espíritu del dragón.
“Ciertamente la ira del hombre te alabará -dice el salmista-: tú reprimirás el resto de las iras”.
Salmos 76: 10. Dios quiere que la verdad probadora se destaque al frente y llegue a ser tema de
examen y de discusión, aunque sea por el desprecio que se le imponga. Deben agitarse los espíritus.
Toda controversia, todo oprobio y toda calumnia serán para Dios el medio de provocar investigación
y despertar las mentes que de otra manera dormitarían.
Como pueblo no hemos hecho la obra que Dios nos ha confiado. No estamos listos para la
crisis que nos impondrá la promulgación de la ley dominical. Es deber nuestro, mientras vemos las
señales de que se acerca el peligro, levantarnos y obrar. Nadie se quede sentado en serena
expectación del mal, consolándose con la creencia de que esta obra debe ir adelante porque la
profecía lo ha predicho, y que el Señor protegerá a su pueblo. No estamos haciendo la voluntad de
Dios si permanecemos quietos sin hacer nada para preservar la libertad de conciencia. Deben
ascender a Dios oraciones fervientes y eficaces para que esta calamidad sea diferida hasta que
podamos realizar la obra que durante tanto tiempo ha sido descuidada. Elévense oraciones muy
fervientes; y luego trabajemos en armonía con nuestras oraciones. Puede parecer que Satanás
triunfa y que la verdad está abrumada por la mentira y el error. Pero Dios quiere que recordemos
cómo en lo pasado él salvó a su pueblo de sus enemigos. Siempre eligió para manifestar su poder
los momentos de extrema necesidad, cuando no parecían tener posibilidad de verse librados de la
acción de Satanás. La necesidad del hombre es la oportunidad de Dios.
Hermanos míos, ¿comprendéis que vuestra propia salvación, como también el destino de
otras almas, depende de los preparativos que hagáis para la prueba que nos espera? ¿Tenéis el
celo intenso, la piedad y la devoción que os capacitarán para subsistir cuando hayáis de hacer frente
11. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 11 de 66
a la oposición? Si alguna vez Dios habló por mí, llegará el momento cuando seréis llevados ante
concilios, y se criticará severamente todo punto de la verdad que sostenéis. El tiempo que tan
pródigamente se desperdicia ahora, debiera dedicarse al encargo que Dios nos ha hecho de
prepararnos para la crisis inminente.
Ellen G. White, Consejos para la Iglesia, 610-613
Hace poco tiempo un hermano me comentaba que deberíamos almacenar una gran cantidad de
provisiones, e irlas reciclando, para el tiempo final. Le dije que no era una buena idea, aunque racionalmente
parezca buena, pues hay citas específicas del Espíritu de Profecía, como la siguiente, que la desaconseja
totalmente. Debemos depositar toda nuestra confianza en el Señor y sus promesas.
El Señor me ha mostrado repetidas veces que sería contrario a la Biblia el hacer cualquier
provisión para nuestras necesidades temporales durante el tiempo de angustia. Vi que si los santos
guardaran alimentos almacenados o en el campo en el tiempo de angustia, cuando hubiese en la
tierra guerra, hambre y pestilencia, manos violentas se los arrebatarían y extraños segarían sus
campos. Será entonces tiempo en que habremos de confiar por completo en Dios, y él nos sostendrá.
Vi que nuestro pan y nuestras aguas nos estarán asegurados en aquel tiempo, y no sufriremos
escasez ni hambre, porque Dios puede preparar mesa para nosotros en el desierto. Si fuese
necesario, mandaría cuervos para que nos alimentasen, como alimentó a Elías, o haría bajar maná
del cielo, como lo hizo en favor de los israelitas.
En el tiempo de angustia, de nada les valdrán a los santos las casas ni las tierras, porque
entonces tendrán que huir delante de turbas enfurecidas, y en aquel entonces no podrán deshacerse
de sus bienes para hacer progresar la causa de la verdad presente. Me fue mostrado que la voluntad
de Dios es que, antes que venga el tiempo de angustia, los santos se libren de cuanto los estorbe y
hagan pacto con Dios por medio de sacrificio. Si ponen sus propiedades sobre el altar y preguntan
fervorosamente a Dios cuál es su deber, les enseñará cuándo habrán de deshacerse de aquellas
cosas. Entonces estarán libres en el tiempo de angustia y no habrá trabas que los detengan.
Ellen G. White, Consejos para la Iglesia, 509, 510
Estamos en un época donde nuestros caracteres deben ser analizados por nosotros mismos
para aceptar nuestras deficiencias y actuar en concordancia, pues ellos están siendo evaluados,
incluidos nuestros pensamientos, por el cielo. Es tiempo de alejar nuestras mentes de las cosas
terrenales y fijarlas en los asuntos que son eternos. Comparémonos con el ejemplo perfecto: Jesús.
Vi a un ángel de pie con una balanza en la mano, que pesaba los pensamientos y el interés
del pueblo de Dios, especialmente de los jóvenes. En un platillo estaban los pensamientos e
intereses que tendían hacia el cielo; en el otro se hallaban los pensamientos e intereses terrenales.
En este platillo se arrojaba toda la lectura de cuentos, los pensamientos dedicados a los vestidos, la
ostentación, la vanidad y el orgullo, etc. ¡Oh, cuán solemne momento! Los ángeles de Dios, de pie,
pesan con balanza los pensamientos de los que profesan ser hijos de Dios, de aquellos que aseveran
haber muerto al mundo y estar vivos para Dios. El platillo lleno de los pensamientos terrenales, la
vanidad y el orgullo, bajaba rápidamente a pesar de que se sacaba pesa tras pesa de la balanza. El
que contenía los pensamientos e intereses referentes al cielo, subía mientras que el otro bajaba.
¡Qué liviano era! Puedo relatar esto como lo vi, pero nunca podré producir la solemne y vívida
impresión que se grabó en mi mente, al ver al ángel que tenía la balanza donde se pesaban los
pensamientos e intereses del pueblo de Dios. Dijo el ángel: “¿pueden los tales entrar en el cielo?
No, no, nunca. Diles que la esperanza que ahora poseen es vana, y que a menos que se arrepientan
prestamente, y obtengan la salvación, perecerán”.
Una forma de piedad no salvará a nadie. Todos deben tener una experiencia profunda y viva.
Esto es lo único que los salvará en el tiempo de angustia. Entonces será probada su obra para ver
de qué clase es; si es de oro, plata y piedras preciosas, serán escondidos como en lo secreto del
pabellón de Jehová. Pero si su obra es de madera, paja y hojarasca, nada podrá protegerlos del
fuego de la ira de Jehová.
Vi que muchos se miden entre sí y comparan su vida con la vida de otros. Esto no debe ser.
Nadie sino Cristo nos es dado como ejemplo. Él es nuestro verdadero modelo, y cada uno debe
luchar para distinguirse por su imitación de él. Somos colaboradores de Cristo, o colaboradores del
enemigo. O juntamos para Cristo, o dispersamos contra él. Somos cristianos decididos y de todo
corazón, o no lo somos en absoluto. Dice Cristo: “¡ojalá fueses frío, o caliente! Mas porque eres tibio,
y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Apocalipsis 3: 15, 16.
Vi que algunos apenas saben lo que es la abnegación o el sacrificio, o lo que significa sufrir
por causa de la verdad. Pero nadie entrará en el cielo sin hacer un sacrificio. Debemos tener espíritu
de abnegación y sacrificio. Algunos no se han ofrecido a sí mismos ni a sus propios cuerpos sobre
12. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 12 de 66
el altar de Dios. Conservan un genio impulsivo y arrebatado. Satisfacen sus apetitos y atienden sus
propios intereses, sin tener en cuenta la causa de Dios. Los que están dispuestos a hacer cualquier
sacrificio para obtener la vida eterna, la tendrán, y vale la pena sufrir por ella, crucificar el yo, y
sacrificar todo ídolo. El más excelso y eterno peso de gloria, supera todo lo demás, y eclipsa todo
placer terreno.
Ellen G. White, Consejos para la Iglesia, 72-74
6.3. La teología de la última generación
Este es un tema algo complicado, pues ha dividido a los teólogos adventistas, que lamentablemente
discuten un tema que ha sido claramente establecido por la Sierva del Señor, sin lugar a duda, esto, por
supuesto, en adición a lo que la Santa Biblia enseña
sobre el tema. “La cita que dice que Jesús no va a
venir antes que “el carácter de Cristo sea
perfectamente reproducido en su pueblo” (Ellen G.
White, Eventos de los últimos días, 36), revela que
el carácter perfecto de Cristo no se ha reproducido aún
en esta época”. El tema pude ser discutido, pero es
una discusión estéril, pues el resultado teológico de la
discusión ya está definido.
Tenemos que responder a estas
preguntas, porque hay un número de teólogos
que están negando que la última generación
será diferente de las anteriores. Sin embargo,
algunas de las citas que vimos de Ellen G.
White sobre el llamado divino al pueblo
adventista de vindicar la ley de Dios, apuntan
al último acto del drama en el que Dios quiere
ser vindicado por la última generación como no
lo fue por ninguna otra. La cita que dice que
Jesús no va a venir antes que “el carácter de
Cristo sea perfectamente reproducido en su
pueblo” (Ellen G. White, Eventos de los
últimos días, 36), revela que el carácter perfecto de Cristo no se ha reproducido aún en esta época.
Y aunque en el pasado hubo gente que individualmente reveló ese carácter en forma notable, el
desarrollo de la fe cristiana debía crecer hasta el final, cuando ese carácter tan ansiado por Cristo
se cumpliría en forma plena en los sobrevivientes del último cuerpo de creyentes fieles.
¿Tiene esto fundamentación bíblica, o se basa sólo en las declaraciones del Espíritu de
Profecía? ¡Sí, tiene fundamentación bíblica! Esa tensión entre el “ya” y el “no aún” que vimos, se
encontraba en el ritual del santuario que tenía una purificación inaugural del altar y del pueblo en el
primer mes (el “ya”: Levítico 8: 15; 9: 3, 15), y una purificación final del santuario y del pueblo en el
séptimo y último mes eclesial, en sus lugares interiores (Levítico 16: 16-19, 33). Así también Jesús
inauguró el santuario celestial con su sangre y nos da entrada en su reino por su sangre también
(Hebreos 1: 3). Pero debemos esperar a la consumación cuando el Nombre de Dios será vindicado
en su etapa final (Daniel 8: 14; Hebreos 9: 23).
Alberto R. Treiyer,
Teología de la Vindicación Final de Dios, Teodicea bíblica y adventista, 22
La teología de la última generación, como se ha dado a llamar, enseña que la “misma imagen de
Dios se ha de reproducir en la humanidad [en los santos, se entiende]. El honor de Dios, el honor de Cristo,
están comprometidos en la perfección del carácter de su pueblo”. Si el carácter de Cristo será
“perfectamente reproducido en su pueblo” pues es seguro que estarán en un estado de relación con Dios y
espiritualidad que supera a la de los que estamos hoy con vida, y se asemeja a algunos grandes personajes
de la Biblia.
Vemos así que lo que escribió E. de White sobre la condición del pueblo de Dios en su etapa
final se basa en la Biblia. Vimos también que Jesús no va a venir antes que “el carácter de Cristo
sea perfectamente reproducido en su pueblo” (Ellen G. White, Eventos de los últimos días, 36).
Leamos algunas citas más.
“Ahora, mientras que nuestro gran Sumo Sacerdote está haciendo propiciación por nosotros,
debemos tratar de llegar a la perfección en Cristo. Nuestro Salvador no pudo ser inducido a ceder a
la tentación ni siquiera en pensamiento… Cristo declaró al hablar de sí mismo: ‘viene el príncipe de
este mundo; mas no tiene nada en mí’ (Juan 14: 30). Satanás no pudo encontrar nada en el Hijo de
Dios que le permitiese ganar la victoria. Cristo guardó los mandamientos de su Padre y no hubo en
13. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 13 de 66
él ningún pecado de que Satanás pudiese sacar ventaja. Esta es la condición en que deben
encontrarse los que han de poder subsistir en el tiempo de angustia” (Ellen G. White, El Conflicto
de los Siglos, 680).
“La misma imagen de Dios se ha de reproducir en la humanidad. El honor de Dios, el honor
de Cristo, están comprometidos en la perfección del carácter de su pueblo” (Ellen G. White, El
Deseado de Todas las Gentes, 625). “No hay nada que Cristo desee tanto como agentes que
representen al mundo su Espíritu y carácter” (Ellen G. White, Palabras de Vida del Gran Maestro,
345).
“Cristo vino a nuestro mundo para remodelar el carácter deformado de la humanidad. Era un
carácter muy torcido. Dios quiere que seamos sus hijos e hijas. Quiere que durante las horas de
prueba aquí, seamos hechos …copartícipes de la naturaleza divina” (Ellen G. White, El Cristo
triunfante, 206).
En su investigación de los escritos del Espíritu de Profecía, Kritzinger [Armin Kritzinger,
adventista, doctor en teología y joven autor de “The Doctrine of Last Generation Theology for
Seventh-day Adventist, A Defense”] concluye diciendo correctamente que “en todos los escritos
de E. de White no hay declaraciones que digan que el pecado es una parte inevitable de la vida
cristiana”, ni tampoco que prueben “que no es posible vivir sin pecado”.
Alberto R. Treiyer,
Teología de la Vindicación Final de Dios, Teodicea bíblica y adventista, 35
La Sierva del Señor dice que los “que reciban el sello del Dios vivo y sean protegidos en el tiempo
de angustia deben reflejar plenamente la imagen de Jesús… Vi que nadie podrá participar del ‘refrigerio’ a
menos que haya vencido todas las tentaciones y triunfado del orgullo, el egoísmo, el amor al mundo y toda
palabra y obra malas”. Ella además dice que “el curso del hombre que ha conservado la fragilidad y la
imperfección de la humanidad no será reivindicado. Para él no habrá lugar en el cielo. No podría disfrutar
de la perfección de los santos en luz. El que no tiene suficiente fe en Cristo para creer que Él puede
guardarlo de pecar, no tiene la fe que le dará una entrada en el reino de Dios”.
“Pero por muy profundo que sea el sentimiento que tiene de su indignidad, no tiene culpas
escondidas que revelar. Sus pecados han sido examinados y borrados en el juicio; y no puede
recordarlos” (Ellen G. White, El Conflicto de los Siglos, 678). “De nosotros está, pues, que
cooperemos con los factores que Dios emplea, en la tarea de conformar nuestros caracteres con el
modelo divino. Nadie puede descuidar o aplazar esta obra sin grave peligro para su alma” (Ellen G.
White, El Conflicto de los Siglos, 681).
“Vi que muchos ignoran lo que deben ser a fin de vivir a la vista del Señor durante el tiempo
de angustia, cuando no haya sumo sacerdote en el santuario. Los que reciban el sello del Dios vivo
y sean protegidos en el tiempo de angustia deben reflejar plenamente la imagen de Jesús… Vi que
nadie podrá participar del ‘refrigerio’ a menos que haya vencido todas las tentaciones y triunfado del
orgullo, el egoísmo, el amor al mundo y toda palabra y obra malas” (Ellen G. White, Primeros
Escritos, 70).
“Quienes se nieguen a ser tallados por los profetas y a purificar sus almas obedeciendo a
toda la verdad…, llegarán al tiempo en que caigan las plagas…, pero ya no habrá tiempo para ello
ni tampoco Mediador que abogue por ellos ante el Padre. Antes de ese tiempo se promulgó la
solemne declaración, ‘el que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo
todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía’” Ellen
G. White, Primeros Escritos, 71; Apocalipsis 22: 11).
“En el día del juicio, el curso del hombre que ha conservado la fragilidad y la imperfección de
la humanidad no será reivindicado. Para él no habrá lugar en el cielo. No podría disfrutar de la
perfección de los santos en luz. El que no tiene suficiente fe en Cristo para creer que Él puede
guardarlo de pecar, no tiene la fe que le dará una entrada en el reino de Dios” (Ellen G. White,
Manuscript 161…).
¡Qué elocuencia! ¡Qué manera tan extraordinaria de expresar estas verdades de tantas
maneras diferentes! Uno queda asombrado de la facilidad con la cual se expresa en estos temas,
una mujer que se educó con la dirección divina a lo largo de sus 70 años de ministerio público. No
podría expresarse de una manera tan consistente y de maneras tan variadas si no fuese asistida de
arriba.
No puedo entender por otro lado, ¡cómo puede haber quienes desprecien una manera tan
espiritual y segura de expresarse! Pero sé que sólo la mente que se humilla ante Dios y acepta su
revelación, puede apreciar sus escritos plenamente y llenarse de asombro. Para mí no hay duda
14. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 14 de 66
alguna. Hay una voluntad no santificada en los que quieren imponer sus ideas contrarias a la
revelación. Porque nadie puede discutir que estas citas no son claras, a menos que intente forzarlas
para ajustarlas a su visión particular.
Si nuestra fe es incapaz de hacernos creer que Dios puede guardarnos de pecar, esa fe no
nos dará entrada en el reino de Dios. Ya que “sabemos que cualquiera que es nacido de Dios, no
peca, porque el que es engendrado de Dios se guarda a sí mismo, y el maligno no lo toca” (1 Juan
5: 18). Yo prefiero creerle a Dios sobre lo que puede hacer para transformarnos, que a las
especulaciones incrédulas de los que no pueden mirar mucho más allá de su situación presente.
Alberto R. Treiyer,
Teología de la Vindicación Final de Dios, Teodicea bíblica y adventista, 39
El concepto de la santidad de la última generación no afecta en absoluto el concepto que todos como
pecadores necesitamos de la muerte vicaria de Jesús para obtener el perdón. Pero, por otro lado, esta
última generación con la ayuda del Espíritu Santo habrá desarrollado caracteres como el de Jesús, un
“pueblo que durante la culminación de la gran controversia honrará y glorificará a Dios observando todos
sus mandamientos aunque el mundo entero se vuelva contra ellos”. La crítica que algunos elevan
suponiendo que quienes creemos en la teología de la última generación suponemos que no necesitamos
un Salvador es totalmente injustificada. “Algunos descartan la perfección del carácter porque les parece
que nulifica al evangelio, en tanto que otros anulan el evangelio porque les parece que la perfección del
carácter los salva. Ambos están equivocados. El Señor Jesús perfeccionará los caracteres de una última
generación de fieles que le verán durante la
gloriosa culminación de la gran controversia y que
revelarán ante el universo lo que Dios siempre ha
sostenido: su ley puede obedecerse”.
No cabe duda de que esta última
generación constituirá un pueblo especial. Habrán
pasado por una experiencia de santificación
inigualable; serán personas que nunca morirán,
porque serán trasladados: serán el pueblo que
durante la culminación de la gran controversia
honrará y glorificará a Dios observando todos sus
mandamientos aunque el mundo entero se vuelva
contra ellos. ¡Sin embargo no es esa experiencia
la que los salva! No importa cuál haya sido su
experiencia en la práctica de la santidad, aun si
hubieran vivido veinte años sin pecar, en su vida
pasada persistirían los pecados que los
condenarían durante el juicio si no fuera por la
justicia perfecta de Cristo que los cubre y les ha
sido acreditada.
Los que vivan en la tierra cuando cese la
intercesión de Cristo en el santuario celestial
deberán estar en pie en la presencia del Dios santo
sin Mediador. Sus vestiduras deberán estar sin
mácula; sus caracteres, purificados de todo
pecado por la sangre de la aspersión.
Observemos en esta cita el elemento del
tiempo. Los nombres de estos individuos ya
tendrán que haber sido revisados en el juicio,
puesto que la obra de Cristo ha concluido. Ha cesado su intercesión en el santuario. Para entonces
sus pecados habrán sido borrados del mismo modo como ha sucedido con los de cada generación:
la presencia de Jesús delante de su Padre ofreciendo su propia justicia en favor de ellos.
Se acabó. Ya han sido sellados. Lo que los sostuvo durante el juicio no fue la perfección de
su carácter, sino lo que llegaron a ser y son. Estas personas continuarán viviendo después que el
juicio haya terminado y se haya cerrado la gracia. “El que es injusto, sea injusto todavía; el que es
inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo,
santifíquese todavía” (Apocalipsis 22: 11).
Estas personas vivirán literalmente durante el fin del mundo. Todo se derrumba alrededor de
ellos a medida que el planeta se degenera y entra en “un tiempo de angustia cual nunca fue”. Esta
última generación habrá perdido todas sus posesiones materiales. Tendrán que habérselas con
hambre, privación, cansancio y persecución. Al escapar por sus vidas, esta gente -hambrienta,
15. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 15 de 66
cansada, temerosa, confiando exclusivamente en el Señor- no estará pensando en dormir con la
esposa del vecino ni en cualquier otra cosa semejante. Su situación será desesperada. Tendrán que
aferrarse tan estrechamente al Señor que no se atreverían a hacer nada que pudiera separarlos de
su único refugio y fuente de fortaleza.
Algunos descartan la perfección del carácter porque les parece que nulifica al evangelio, en
tanto que otros anulan el evangelio porque les parece que la perfección del carácter los salva. Ambos
están equivocados. El Señor Jesús perfeccionará los caracteres de una última generación de fieles
que le verán durante la gloriosa culminación de la gran controversia y que revelarán ante el universo
lo que Dios siempre ha sostenido: su ley puede obedecerse. No obstante, esta última generación es
justificada únicamente por lo que Jesucristo ha hecho por ellos, aparte de ellos, hace dos mil años
en el Calvario. Todo lo demás es salvación por obras. Verdaderamente, lejos de anular la obra de la
cruz, el juicio investigador la conduce a su culminación.
Clifford Goldstein, Desequilibrio Fatal, 147-149
La siguiente cita de Douglass es notable. Pues demuestra que lo que logrará la última generación
es algo que ya ha sido alcanzado por algunos personajes bíblicos que “fueron considerados dignos de ser
trasladados al cielo”. Además cuando la Santa Biblia dice “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
debemos entender que es todo, alcanzar el carácter que Dios espera, vencer el pecado. Estoy preocupado
por escuchar tantas veces desde nuestros púlpitos que no podemos vencer la tentación, que somos
pecadores y que no podemos dejar de hacer lo malo. Quienes sostienen esto “arrojan sobre Dios la
imputación de injusticia y falsedad”.
¿Nos da Dios pruebas sólidas para creer que real y verdaderamente podemos alcanzar la
perfección de carácter lista para la cosecha? Si ni siquiera Noé lo alcanzó, ¿cómo podemos esperar
hacerlo nosotros?
No sabemos si Noé no la alcanzó en última instancia, y sí sabemos que algunos gigantes
bíblicos lo hicieron. De hecho, según Ellen G. White, un buen número de personas a través de los
tiempos han alcanzado la perfección que Dios requiere para la traslación.
"Algunos pocos en cada generación desde Adán resistieron todos sus artificios [de Satanás]
y se destacaron como nobles representantes de lo que estaba en el poder del hombre para hacer y
ser: Cristo trabajando con los esfuerzos humanos, ayudando al hombre a vencer el poder de
Satanás. Enoc y Elías son los representantes correctos de lo que la raza podría ser por medio de la
fe en Jesucristo [siempre ha sido un
asunto de fe en Dios] si así lo
decidieran...Estos nobles y santos
hombres se mantuvieron incólumes...
perfeccionaron sus caracteres rectos,
y fueron considerados dignos de ser
trasladados al cielo" (Ellen G. White,
Review & Herald, 3 de marzo de
1874).
Ahí está. Y hay mucho más
para animarnos. Pero antes de irnos
del caso de Enoc, mira esto: "como
fue la de Enoc, así debe ser la
santidad de carácter de quienes
serán redimidos de entre los hombres
en la segunda venida del Señor"
(Ellen G. White, Obreros
Evangélicos, 54). El mandato es una
promesa. "Enoc fue un hombre
representativo... ¡Simplemente hizo lo
que todo hijo e hija de Adán puede
hacer!” (Ellen G. White, Mensajes
Selectos, Tomo I, 43…).
Pero se necesita tiempo para
llegar a ser así santificado. ¿Qué
pasa con las personas que se
convierten cerca del final del tiempo
de prueba? Es cierto que "el valor, la
fortaleza, la fe y la confianza implícita
en el poder de Dios para salvar no se
16. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 16 de 66
consiguen en un momento" (Ellen G. White, Testimonies, Volume 5, 213). Cuando el mensaje de
Laodicea fue emitido en la década de 1850, Dios reveló que "no haría su obra en unos pocos meses".
A medida que nos acercamos al final de la historia de la tierra, "o avanzamos rápidamente en el
crecimiento cristiano, o retrocedemos rápidamente hacia el mundo" (Ellen G. White, Review &
Herald, 13 de diciembre de 1892).
La Biblia dice: "todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4: 13). Dice: "para Dios
nada es imposible" (Lucas 1: 37). Dice: "bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados" (Mateo 5: 6). Dice que el Dios que habita la eternidad y mora "también con
el que tiene un espíritu contrito y humilde" (Isaías 57: 15).
Cuando Dios mora en el corazón
contrito y humilde de un hombre, ¿quién
se atreve a decir que ese hombre no
puede vencer a todos sus enemigos? Sin
duda, cuando miramos al hombre, sólo
vemos una mente embotada, músculos
rígidos y hábitos incapacitantes, un ser
que no puede obedecer a su Señor. Pero
cuando miramos al Dios interior, ¿no
vemos gloria, gracia, poder, salud, verdad
y éxito conquistador?
¿Puede Dios Creador fortalecer e
iluminar a un ser humano dispuesto hasta
el punto de que ese hombre pueda
obedecer la voluntad del Creador? ¿Entra
Dios en el hombre sólo como un visitante
casual, que se contenta con habitar
indiferente y temporalmente como en un
piso alquilado, o viene al corazón de un
hombre orante y sincero como
Redecorador, Rediseñador, Recreador?
La Biblia nos dice: "pondré mi espíritu
dentro de vosotros, y os haré andar en
mis estatutos, y guardaréis mis juicios y
los pondréis por obra" (Ezequiel 36: 27).
Eso, lector, es la perfección bíblica. Esa
es la Nueva Alianza. Ese es el Rey en
acción. Y si decimos que Dios no puede
darnos poder para obedecerle, entonces
nuestro Dios es demasiado pequeño.
¿Es Dios quien susurra en el
temor: "no importa; no puedes vencer, la
sangre de Jesús cubre todo"? ¿O es el enemigo de nuestras almas repitiendo sus conocidas
mentiras? "Se requiere una obediencia exacta, y los que dicen que no es posible vivir una vida
perfecta arrojan sobre Dios la imputación de injusticia y falsedad” (Ellen G. White, Review & Herald,
7 de febrero de 1957).
El propósito de Dios es que sus santos "tengan poder para resistir el mal, un poder que ni la
tierra, ni la muerte, ni el infierno puedan dominar, un poder que les permita vencer como venció
Cristo" (Ellen G. White, El Deseado de Todas las Gentes, 679, 680).
¿Pero no es cierto que "cuanto más te acerques a Jesús, más defectuoso parecerás a tus
propios ojos" (Ellen G. White, El Camino a Cristo, 64)? Sí, lo es; pero ¿significa esto que cuanto
más te acerques a Jesús, más culpable serás realmente? Por supuesto que no; cuanto más te
acerques a Jesús, más te parecerás a él, hasta que su carácter pueda ser perfectamente
reproducido en ti (Ellen G. White, Christ's Object Lessons, 69). Hay consuelo en recordar que es
Dios, y no nosotros mismos, quien es el juez de todas nuestras faltas y victorias.
Cristo ha "proporcionado todas las facilidades, para que el hombre pueda poseer la plenitud
de carácter...El hombre puede ser vencedor de sí mismo, vencedor de sus propias inclinaciones"
(Ellen G. White, Ministry of Healing, 131). “Sed, pues, perfectos... Este mandato es una promesa...
Como el Hijo del Hombre fue perfecto en su vida, así sus seguidores deben ser perfectos en su vida"
(Ellen G. White, El Deseado de Todas las Gentes, 311). "Si consentimos, Él se identificará de tal
manera con nuestros pensamientos y objetivos, mezclará de tal manera nuestros corazones y
17. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 17 de 66
mentes en conformidad con su voluntad, que al obedecerle no haremos más que llevar a cabo
nuestros propios impulsos”. Como Cristo vivió la ley en la humanidad, así podemos hacerlo nosotros
si nos aferramos al Fuerte como fuerza" (Ellen G. White, El Deseado de Todas las Gentes, 668).
Mediante la fe podemos "apagar todos los dardos de fuego" del enemigo (Efesios 6: 16).
Sin Cristo no podemos hacer nada. Con Cristo, podemos hacerlo todo. "Ni siquiera por un
pensamiento cedió a la tentación. Así puede ser con nosotros" (Ellen G. White, El Deseado de
Todas las Gentes, 123).
Herbert E. Douglass, Perfección, La Posibilidad Imposible,
Cuatro perspectivas soteriológicas en el adventismo, 275-278
Si desea profundizar sobre este tema por favor lea mi tratado sobre la santificación y si le place
también el de la apostasía final, para identificar la tendencia errónea actual, de algunos teólogos incluso
adventistas, de pensar que no podemos dejar de pecar.
6.4. Los momentos anteriores
Es importante analizar los momentos anteriores al inicio del tiempo de angustia, o lo que es lo mismo
decir, anteriores al fin del tiempo de gracia. En los tratados precedentes hemos hablado de los eventos que
ocurren antes del fin del tiempo de gracia, incluido, al menos en parte, el tiempo de angustia previo y el
inicio de la persecución. Nos concentraremos ahora en lo expandir un poco lo que ocurre durante el tiempo
de angustia previo hasta el fin del tiempo de gracia. Lea la cita siguiente y dígame si no es algo que está
ocurriendo delante de nuestros ojos cada vez más.
Nos estamos acercando al fin del tiempo. Me ha sido mostrado que los juicios retributivos de
Dios ya están sobre la tierra. El Señor nos ha advertido de los acontecimientos que están por
suceder. Resplandece la luz de su Palabra, y sin embargo, las tinieblas cubren la tierra y densa
obscuridad los pueblos: “qué cuando digan: paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos
destrucción repentina... y no escaparán”. 1 Tesalonicenses 5: 3.
El Señor está eliminando sus restricciones de la tierra, y pronto habrá muerte y destrucción,
aumento de la delincuencia, y crueles y malas acciones contra los ricos que se han ensalzado contra
los pobres. Los que no tengan la protección de Dios no hallarán seguridad en ningún lugar o posición.
Los agentes humanos se adiestran y usan su poder inventivo para poner en funcionamiento la
maquinaria más poderosa para herir y matar.
Los juicios de Dios están en la tierra. Las guerras y los rumores de guerras, la destrucción
por fuego e inundación, dicen claramente que el tiempo de angustia, el cual irá en aumento hasta el
fin, está cerca, a las puertas.
Pronto se producirán entre las naciones graves dificultades, que no cesarán hasta que venga
Cristo. Como nunca antes necesitamos unirnos para servir a Aquel que ha preparado su trono en
los cielos, y cuyo reino rige sobre todos. Dios no ha abandonado a su pueblo, y nuestra fuerza estriba
en no abandonarle a él.
Ellen G. White, Consejos para la Iglesia, 613, 614
Hace unas horas vimos las noticias del inexplicable
fuego que consumió una parte de Maui, Hawaii, Un lugar
turístico y casi paradisíaco en pocas horas, con más de un
centenar de muertos que no pudieron siquiera alcanzar el mar
que les rodea para salvar sus vidas. Inexplicable. Inundaciones
inesperadas, contrarias a las estadísticas de precipitaciones,
nevadas en épocas totalmente distantes del invierno.
Pronto, cuando la ley dominical sea impuesta se
acusará a los fieles al Sábado “como si fueran causa de las
terribles convulsiones de la naturaleza y de las luchas
sangrientas entre los hombres, que llenarán la tierra de
aflicción”. Nuestro deseo de dar al mundo “la última
amonestación enfurecerá a los malvados; su ira se ensañará
contra todos los que hayan recibido el mensaje, y Satanás
despertará el espíritu de odio y persecución en un grado de
intensidad aún mayor”.
Los que honran la ley de Dios han sido acusados de atraer los castigos de Dios sobre la
tierra, y se los mirará como si fueran causa de las terribles convulsiones de la naturaleza y de las
18. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 18 de 66
luchas sangrientas entre los hombres, que llenarán la tierra de aflicción. El poder que acompañe la
última amonestación enfurecerá a los malvados; su ira se ensañará contra todos los que hayan
recibido el mensaje, y Satanás despertará el espíritu de odio y persecución en un grado de intensidad
aún mayor.
Ellen G. White, El Conflicto Inminente, 87
El argumento de Caifás para pedir la muerte del santo Nazareno será la misma que se esgrimirá
para extirpar violentamente a la “secta” que se opone a guardar el domingo y que está atrayendo sobre el
mundo todas las desgracias. Es mejor que unos pocos sufran para que los demás sean librados de las
grandes catástrofes que sacudirán al mundo. La furia de Satanás y la acción de los demonios se dejará ver
e irá arreciando hasta alcanzar su clímax durante el tiempo de angustia. Cuando el decreto de muerte sea
lanzado ya el tiempo de gracia habrá terminado… ya será tarde para reaccionar. Debemos estar preparados
para diferenciar las señales proféticas del último tiempo.
Una vez que el sábado llegue a ser el punto especial de controversia en toda la cristiandad y
las autoridades religiosas y civiles se unan para imponer la observancia del domingo, la negativa
persistente, por parte de una pequeña minoría, de ceder a la exigencia popular, la convertirá en
objeto de execración universal. Se demandará con insistencia que no se tolere a los pocos que se
oponen a una institución de la iglesia y a una ley del estado; pues vale más que esos pocos sufran
y no que naciones enteras sean precipitadas a la confusión y anarquía. Este mismo argumento fué
presentado contra Cristo hace mil ochocientos años [calculados para la época de Ellen G. White] por
los “príncipes del pueblo”. “Nos conviene -dijo el astuto Caifás- que un hombre muera por el pueblo,
y no que toda la nación se pierda”. Juan 11: 50. Este argumento parecerá concluyente y finalmente
se expedirá contra todos los que santifiquen el sábado un decreto que los declare merecedores de
las penas más severas y autorice al pueblo para que, pasado cierto tiempo, los mate. El romanismo
en el Viejo Mundo y el protestantismo apóstata en la América del Norte actuarán de la misma manera
contra los que honren todos los preceptos divinos.
El pueblo de Dios se verá entonces sumido en las escenas de aflicción y angustia descritas
por el profeta y llamadas el tiempo de la apretura de Jacob: “porque así ha dicho Jehová: hemos
oído voz de temblor: espanto, y no paz… Hanse tornado pálidos todos los rostros. ¡Ah, cuán grande
es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él: tiempo de angustia para Jacob; mas de ella será
librado”. Jeremías 30: 5-7.
El apóstol San Juan, estando en visión, oyó una gran voz que exclamaba en el cielo: “¡ay de
los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo grande ira,
sabiendo que tiene poco tiempo”. Apocalipsis 12: 12. Espantosas son las escenas que provocaron
esta exclamación de la voz celestial. La ira de Satanás crece a medida que se va acercando el fin,
y su obra de engaño y destrucción culminará durante el tiempo de angustia.
Pronto aparecerán en el cielo signos pavorosos de carácter sobrenatural, en prueba del poder
milagroso de los demonios. Los espíritus de los demonios irán en busca de los reyes de la tierra y
por todo el mundo para aprisionar a los hombres con engaños e inducirlos a que se unan a Satanás
19. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 19 de 66
en su última lucha contra el gobierno de Dios. Mediante estos agentes, tanto los príncipes como los
súbditos serán engañados. Surgirán entes que se darán por el mismo Cristo y reclamarán los títulos
y el culto que pertenecen al Redentor del mundo. Harán curaciones milagrosas y asegurarán haber
recibido del cielo revelaciones contrarias al testimonio de las Sagradas Escrituras.
El acto capital que coronará el gran drama del engaño será que el mismo Satanás se dará
por el Cristo. Hace mucho que la iglesia profesa esperar el advenimiento del Salvador como
consumación de sus esperanzas. Pues bien, el gran engañador simulará que Cristo habrá venido.
En varias partes de la tierra, Satanás se manifestará a los hombres como ser majestuoso, de un
brillo deslumbrador, parecido a la descripción que del Hijo de Dios da San Juan en el Apocalipsis.
Apocalipsis 1: 13-15. La gloria que le rodee superará cuanto hayan visto los ojos de los mortales.
El grito de triunfo repercutirá por los aires: “¡Cristo ha venido! ¡Cristo ha venido!” El pueblo [que no
conoce al Señor] se postrará en adoración ante él, mientras levanta sus manos y pronuncia una
bendición sobre ellos como Cristo bendecía a sus discípulos cuando estaba en la tierra. Su voz es
suave y acompasada aunque llena de melodía. En tono amable y compasivo, enuncia algunas de
las verdades celestiales y llenas de gracia que pronunciaba el Salvador; cura las dolencias del
pueblo, y luego, en su fementido carácter de Cristo, asegura haber mudado el día de reposo del
sábado al domingo y manda a todos que santifiquen el día bendecido por él. Declara que aquellos
que persisten en santificar el séptimo día blasfeman su nombre porque se niegan a oír a sus ángeles,
que les fueron enviados con la luz de la verdad. Es el engaño más poderoso y resulta casi irresistible.
Como los samaritanos fueron engañados por Simón el Mago, así también las multitudes, desde los
más pequeños hasta los mayores, creen en ese sortilegio y dicen: “este es el poder de Dios llamado
grande”. Hechos 8: 10 (NC).
Pero el pueblo de Dios no se extraviará. Las enseñanzas del falso Cristo no están de acuerdo
con las Sagradas Escrituras. Su bendición va dirigida a los que adoran la bestia y su imagen,
precisamente aquellos sobre quienes dice la Biblia que la ira de Dios será derramada sin mezcla.
Además, no se le permitirá a Satanás contrahacer la manera en que vendrá Jesús. El
Salvador previno a su pueblo contra este engaño y predijo claramente cómo será su segundo
advenimiento. “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y darán señales grandes y
prodigios; de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los escogidos... Así que, si os dijeren:
he aquí en el desierto está; no salgáis: he aquí en las cámaras; no creáis. Porque como el relámpago
que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre”.
Mateo 24: 24-27, 31; 25: 31; Apocalipsis 1: 7; 1 Tesalonicenses 4: 16, 17. No se puede remedar
semejante aparición. Todos la conocerán y el mundo entero la presenciará.
Sólo los que hayan estudiado diligentemente las Escrituras y hayan recibido el amor de la
verdad en sus corazones, serán protegidos de los poderosos engaños que cautivarán al mundo.
Merced al testimonio bíblico descubrirán al engañador bajo su disfraz. El tiempo de prueba llegará
para todos. Por medio de la criba de la tentación se reconocerá a los verdaderos cristianos. ¿Se
sienten los hijos de Dios actualmente bastante firmes en la Palabra divina para no ceder al testimonio
de sus sentidos? ¿Se atendrán ellos en semejante crisis a la Biblia y a la Biblia sola? Si ello le resulta
posible, Satanás les impedirá que logren la preparación necesaria para estar firmes en aquel día.
Dispondrá las cosas de modo que el camino les esté obstruido; los aturdirá con bienes terrenales,
les hará llevar una carga pesada y abrumadora para que sus corazones se sientan recargados con
los cuidados de esta vida y que el día de la prueba los sorprenda como ladrón.
Ellen G. White, El Conflicto Inminente, 88-91
Como Dios nos ha anticipado el “sábado será la gran piedra de toque de la lealtad; pues es el punto
especialmente controvertido. Cuando esta piedra de toque les sea aplicada finalmente a los hombres,
entonces se trazará la línea de demarcación entre los que sirven a Dios y los que no le sirven”. Esta es una
declaración muy importante, pues asegura que esto ocurrirá cuando la ley dominical y los hombres deban
decidir entre obedecer a Dios o a los hombres, y recibir entonces la marca de la bestia.
Terrible será la crisis a que llegará el mundo. Unidos los poderes de la tierra para hacer la
guerra a los mandamientos de Dios, decretarán que todos los hombres, “pequeños y grandes, ricos
y pobres, libres y siervos” (Apocalipsis 13: 16), se conformen a las costumbres de la iglesia y
observen el falso día de reposo. Todos los que se nieguen a someterse serán castigados por la
autoridad civil, y finalmente se decretará que son dignos de muerte. Por otra parte, la ley de Dios
que impone el día de reposo del Creador exige obediencia y amenaza con la ira de Dios a los que
violen sus preceptos.
Dilucidado así el asunto, cualquiera que pisotee la ley de Dios para obedecer una ordenanza
humana, recibe la marca de la bestia [no es que hoy una persona haya recibido la marca de la bestia
porque adora en domingo, sino que la recibiría cuando deba optar entre la obediencia o la rebelión];
20. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 20 de 66
acepta el signo de sumisión al poder al cual prefiere obedecer en lugar de obedecer a Dios. La
amonestación del cielo dice así: “¡si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su
frente, o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que está preparado sin mezcla
alguna en el cáliz de su ira!” Apocalipsis 14: 9, 10 (VM).
Pero nadie sufrirá la ira de Dios antes que la verdad haya sido presentada a su espíritu y a
su conciencia, y que la haya rechazado. Hay muchas personas que no han tenido jamás oportunidad
de oír las verdades especiales para nuestros tiempos. La obligación de observar el cuarto
mandamiento no les ha sido jamás presentada bajo su verdadera luz. Aquel que lee en todos los
corazones y prueba todos los móviles no dejará que nadie que desee conocer la verdad sea
engañado en cuanto al resultado final de la controversia. El decreto no será impuesto estando el
pueblo a ciegas. Cada cual tendrá la luz necesaria para tomar una resolución consciente.
El sábado será la gran piedra de toque de la lealtad; pues es el punto especialmente
controvertido. Cuando esta piedra de toque les sea aplicada finalmente a los hombres, entonces se
trazará la línea de demarcación entre los que sirven a Dios y los que no le sirven. Mientras la
observancia del falso día de reposo (domingo), en obedecimiento a la ley del estado y en oposición
al cuarto mandamiento, será una declaración de obediencia a un poder que está en oposición a Dios,
la observancia del verdadero día de reposo (sábado), en obediencia a la ley de Dios, será señal
evidente de la lealtad al Creador. Mientras que una clase de personas, al aceptar el signo de la
sumisión a los poderes del mundo, recibe la marca de la bestia, la otra, por haber escogido el signo
de obediencia a la autoridad divina, recibirá el sello de Dios…
Ellen G. White. El Conflicto de los Siglos, 662, 663
A pesar de lo tremendo de las pruebas, el pueblo de Dios tendrá la última oportunidad de dar el
mensaje de salvación. El Señor proveerá a los suyos con el poder suficiente para completar la obra, a pesar
de que en ese momento la gran apostasía de muchos que eran parte del pueblo de Dios se manifestará y
debilitará como nunca antes al ejército del Maestro.
Así también será proclamado el
mensaje del tercer ángel. Cuando llegue el
tiempo de hacerlo con el mayor poder, el
Señor obrará por conducto de humildes
instrumentos, dirigiendo el espíritu de los que
se consagren a su servicio. Los obreros
serán calificados más bien por la unción de
su Espíritu que por la educación en institutos
de enseñanza. Habrá hombres de fe y de
oración que se sentirán impelidos a declarar
con santo entusiasmo las palabras que Dios
les inspire. Los pecados de Babilonia serán
denunciados. Los resultados funestos y
espantosos de la imposición de las
observancias de la iglesia por la autoridad
civil, las invasiones del espiritismo, los
progresos secretos pero rápidos del poder
papal -todo será desenmascarado. Estas
solemnes amonestaciones conmoverán al
pueblo. Miles y miles de personas que nunca
habrán oído palabras semejantes, las
escucharán. Admirados y confundidos, oirán el testimonio de que Babilonia es la iglesia que cayó
por sus errores y sus pecados, porque rechazó la verdad que le fué enviada del cielo. Cuando el
pueblo acuda a sus antiguos conductores espirituales a preguntarles con ansia: ¿son esas cosas
así? los ministros aducirán fábulas, profetizarán cosas agradables para calmar los temores y
tranquilizar las conciencias despertadas. Pero como muchas personas no se contentan con las
meras razones de los hombres y exigen un positivo “así dice Jehová”, los ministros populares, como
los fariseos de antaño, airándose al ver que se pone en duda su autoridad, denunciarán el mensaje
como si viniese de Satanás e incitarán a las multitudes dadas al pecado a que injurien y persigan a
los que lo proclaman.
Satanás se pondrá alerta al ver que la controversia se extiende a nuevos campos y que la
atención del pueblo es dirigida a la pisoteada ley de Dios. El poder que acompaña a la proclamación
del mensaje sólo desesperará a los que se le oponen. El clero hará esfuerzos casi sobrehumanos
para sofocar la luz por temor de que alumbre a sus rebaños. Por todos los medios a su alcance los
ministros tratarán de evitar toda discusión sobre esas cuestiones vitales. La iglesia apelará al brazo
poderoso de la autoridad civil y en esta obra los papistas y los protestantes irán unidos. Al paso que
21. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 21 de 66
el movimiento en favor de la imposición del domingo se vuelva más audaz y decidido, la ley será
invocada contra los que observan los mandamientos. Se los amenazará con multas y
encarcelamientos; a algunos se les ofrecerán puestos de influencia y otras ventajas para inducidos
a que renuncien a su fe. Pero su respuesta constante será la misma que la de Lutero en semejante
trance: “pruébesenos nuestro error por la Palabra de Dios”. Los que serán emplazados ante los
tribunales defenderán enérgicamente la verdad, y algunos de los que los oigan serán inducidos a
guardar todos los mandamientos de Dios. Así la luz llegará ante millares de personas que de otro
modo no sabrían nada de estas verdades.
A los que obedezcan con toda conciencia a la Palabra de Dios se les tratará como rebeldes.
Cegados por Satanás, padres y madres habrá que serán duros y severos para con sus hijos
creyentes; los patrones o patronas oprimirán a los criados que observen los mandamientos. Los
lazos del cariño se aflojarán; se desheredará y se expulsará de la casa a los hijos. Se cumplirán a
la letra las palabras de San Pablo: “todos los que quieren vivir píamente en Cristo Jesús, padecerán
persecución”. 2 Timoteo 3: 12. Cuando los defensores de la verdad se nieguen a honrar el domingo,
unos serán echados en la cárcel, otros serán desterrados y otros aún tratados como esclavos. Ante
la razón humana todo esto parece ahora imposible; pero a medida que el espíritu refrenador de Dios
se retire de los hombres y éstos sean dominados por Satanás, que aborrece los principios divinos,
se verán cosas muy extrañas. Muy cruel puede ser el corazón humano cuando no está animado del
temor y del amor de Dios.
Conforme vaya acercándose la tempestad, muchos que profesaron creer en el mensaje del
tercer ángel, pero que no fueron santificados por la obediencia a la verdad, abandonarán su fe, e
irán a engrosar las filas de la oposición. Uniéndose con el mundo y participando de su espíritu,
llegarán a ver las cosas casi bajo el mismo aspecto; así que cuando llegue la hora de prueba estarán
preparados para situarse del lado más fácil y de mayor popularidad. Hombres de talento y de
elocuencia, que se gozaron un día en la verdad, emplearán sus facultades para seducir y descarriar
almas. Se convertirán en los enemigos más encarnizados de sus hermanos de antaño. Cuando los
observadores del sábado sean llevados ante los tribunales para responder de su fe, estos apóstatas
serán los agentes más activos de Satanás para calumniarlos y acusarlos y para incitar a los
magistrados contra ellos por medio de falsos informes e insinuaciones.
Ellen G. White. El Conflicto de los Siglos, 664-666
A pesar de todas las condiciones existentes, mientras las huestes adventistas parecen menguar por
la galopante apostasía final, el mensaje conclusivo, con poder, de la lluvia tardía y el fuerte pregón hará
que muchos “sinceros hijos de Dios romperán las
ligaduras que los tenían sujetos” a sus iglesias, por las
presiones de grupo o familia y se unirán al pueblo
perseguido y terminarán de dar el mensaje final.
En aquel tiempo de persecución la fe de los
siervos de Dios será probada duramente. Proclamaron
fielmente la amonestación mirando tan sólo a Dios y a
su Palabra. El Espíritu de Dios, que obraba en sus
corazones, les constriñó a hablar. Estimulados por santo
celo e impulso divino, cumplieron su deber y declararon
al pueblo las palabras que de Dios recibieran sin
detenerse en calcular las consecuencias. No
consultaron sus intereses temporales ni miraron por su
reputación o sus vidas. Sin embargo, cuando la
tempestad de la oposición y del vituperio estalle sobre
ellos, algunos, consternados, estarán listos para
exclamar: “si hubiésemos previsto las consecuencias de
nuestras palabras, habríamos callado”. Estarán
rodeados de dificultades. Satanás los asaltará con
terribles tentaciones. La obra que habrán emprendido
parecerá exceder en mucho sus capacidades. Los
amenazará la destrucción. El entusiasmo que los
animara se desvanecerá; sin embargo no podrán retroceder. Y entonces, sintiendo su completa
incapacidad, se dirigirán al Todopoderoso en demanda de auxilio. Recordarán que las palabras que
hablaron no eran las suyas propias, sino las de Aquel que les ordenara dar la amonestación al
mundo. Dios había puesto la verdad en sus corazones, y ellos, por su parte, no pudieron hacer otra
cosa que proclamarla.
En todas las edades los hombres de Dios pasaron por las mismas pruebas. Wiclef, Hus,
Lutero, Tyndale, Baxter, Wesley, pidieron que todas las doctrinas fuesen examinadas a la luz de las
Escrituras, y declararon que renunciarían a todo lo que éstas condenasen. La persecución se ensañó
22. El Tiempo de Angustia Federico Salvador Wadsworth Página 22 de 66
entonces en ellos con furor; pero no dejaron de proclamar la verdad. Diferentes periodos de la
historia de la iglesia fueron señalados por el desarrollo de alguna verdad especial adaptada a las
necesidades del pueblo de Dios en aquel tiempo. Cada nueva verdad se abrió paso entre el odio y
la oposición; los que fueron favorecidos con su luz se vieron tentados y probados. El Señor envía al
pueblo una verdad especial para la situación en que se encuentra. ¿Quién se atreverá a publicarla?
Él manda a sus siervos a que dirijan al mundo el último llamamiento de la misericordia divina. No
pueden callar sin peligro de sus almas. Los embajadores de Cristo no tienen por qué preocuparse de
las consecuencias. Deben cumplir con su deber y dejar a Dios los resultados.
Conforme va revistiendo la oposición un carácter más violento, los siervos de Dios se ponen
de nuevo perplejos, pues les parece que son ellos mismos los que han precipitado la crisis; pero su
conciencia y la Palabra de Dios les dan la seguridad de estar en lo justo; y aunque sigan las pruebas
se sienten robustecidos para sufrirlas. La lucha se encona más y más, pero la fe y el valor de ellos
aumentan con el peligro. Este es el testimonio que dan: “no nos atrevemos a alterar la Palabra de
Dios dividiendo su santa ley, llamando parte de ella esencial y parte de ella no esencial, para obtener
el favor del mundo. El Señor a quien servimos puede librarnos. Cristo venció los poderes del mundo;
¿y nos atemorizaría un mundo ya vencido?”
En sus diferentes formas, la persecución es el desarrollo de un principio que ha de subsistir
mientras Satanás exista y el cristianismo conserve su poder vital. Un hombre no puede servir a Dios
sin despertar contra sí la oposición de los ejércitos de las tinieblas. Le asaltarán malos ángeles
alarmados al ver que su influencia les arranca la presa. Hombres malvados reconvenidos por el
ejemplo de los cristianos, se unirán con aquéllos para procurar separarlo de Dios por medio de
tentaciones sutiles. Cuando este plan fracasa, emplean la fuerza para violentar la conciencia.
Pero mientras Jesús siga intercediendo
por el hombre en el santuario celestial, los
gobernantes y el pueblo seguirán sintiendo la
influencia refrenadora del Espíritu Santo, la cual
seguirá también dominando hasta cierto punto
las leyes del país. Si no fuera por estas leyes, el
estado del mundo sería mucho peor de lo que es.
Mientras que muchos de nuestros legisladores
son agentes activos de Satanás, Dios tiene
también los suyos entre los caudillos de la
nación. El enemigo impele a sus servidores a que
propongan medidas encaminadas a poner
grandes obstáculos a la obra de Dios; pero los
estadistas que temen a Dios están bajo la
influencia de santos ángeles para oponerse a
tales proyectos con argumentos irrefutables. Es
así como unos cuantos hombres contienen una
poderosa corriente del mal. La oposición de los
enemigos de la verdad será coartada para que el
mensaje del tercer ángel pueda hacer su obra.
Cuando la amonestación final sea dada,
cautivará la atención de aquellos caudillos por
medio de los cuales el Señor está obrando en la
actualidad, y algunos de ellos la aceptarán y
estarán con el pueblo de Dios durante el tiempo
de angustia.
El ángel que une su voz a la proclamación
del tercer mensaje, alumbrará toda la tierra con su gloria. Así se predice una obra de extensión
universal y de poder extraordinario. El movimiento adventista de 1840 a 1844 fué una manifestación
gloriosa del poder divino; el mensaje del primer ángel fué llevado a todas las estaciones misioneras
de la tierra, y en algunos países se distinguió por el mayor interés religioso que se haya visto en país
cualquiera desde el tiempo de la Reforma del Siglo XVI; pero todo esto será superado por el
poderoso movimiento que ha de desarrollarse bajo la proclamación de la última amonestación del
tercer ángel.
Esta obra será semejante a la que se realizó en el día de Pentecostés. Como la “lluvia
temprana” fué dada en tiempo de la efusión del Espíritu Santo al principio del ministerio evangélico,
para hacer crecer la preciosa semilla, así la “lluvia tardía” será dada al final de dicho ministerio para
hacer madurar la cosecha. “Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová: como el alba
está aparejada su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la
tierra”. “Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha
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dado la primera lluvia arregladamente, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía
como al principio”. “Y será en los postreros días, dice Dios, derramaré de mí Espíritu sobre toda
carne”. “Y será que todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”. Oseas 6: 3; Joel 2:
23; Hechos 2: 17, 21.
La gran obra de evangelización no terminará con menor manifestación del poder divino que
la que señaló el principio de ella. Las profecías que se cumplieron en tiempo de la efusión de la lluvia
temprana, al principio del ministerio evangélico, deben volverse a cumplir en tiempo de la lluvia
tardía, al fin de dicho ministerio. Esos son los “tiempos de refrigerio” en que pensaba el apóstol Pedro
cuando dijo: “así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que
vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor, y enviará a Jesucristo”. Hechos 3: 19,
20.
Vendrán siervos de Dios con semblantes iluminados y resplandecientes de santa
consagración, y se apresurarán de lugar en lugar para proclamar el mensaje celestial. Miles de voces
predicarán el mensaje por toda la tierra. Se realizarán milagros, los enfermos sanarán y signos y
prodigios seguirán a los creyentes. Satanás también efectuará sus falsos milagros, al punto de hacer
caer fuego del cielo a la vista de los hombres. Apocalipsis 13: 13. Es así como los habitantes de la
tierra tendrán que decidirse en pro o en contra de la verdad.
El mensaje no será llevado adelante tanto con argumentos como por medio de la convicción
profunda inspirada por el Espíritu de Dios. Los argumentos ya fueron presentados. Sembrada está
la semilla, y brotará y dará frutos. Las publicaciones distribuidas por los misioneros han ejercido su
influencia; sin embargo, muchos cuyo espíritu fué impresionado han sido impedidos de entender la
verdad por completo o de obedecerla. Pero entonces los rayos de luz penetrarán por todas partes,
la verdad aparecerá en toda su claridad, y los sinceros hijos de Dios romperán las ligaduras que los
tenían sujetos. Los lazos de familia y las relaciones de la iglesia serán impotentes para detenerlos.
La verdad les será más preciosa que cualquier otra cosa. A pesar de los poderes coligados contra
la verdad, un sinnúmero de personas se alistará en las filas del Señor.
Ellen G. White. El Conflicto de los Siglos, 666-670
6.5. Librados del tiempo de angustia
Debo reconocer, como he mencionado en algún tratado anterior, que los eventos del último tiempo
me han generado muchas veces temor. Por un lado el temor de no estar preparado espiritualmente para
esos momentos, y también, conforme avanzan los años (ya tengo 70 y me conservo bien) por no poseer la
fortaleza física para enfrentar esas duras situaciones. También me preocupan los niños que deban
atravesar esas tremendas horas de prueba y que puedan ser separados de sus padres por la violencia
extrema que existirá durante la persecución final del pueblo de Dios. Pero luego recuerdo que Dios nunca
nos ha fallado en los largos años en que le hemos servido, no sin fallas nuestras, y me siento más confortado
para afrontar esos momentos que además traerán la bendición de ver a miles de miles que en la hora
undécima se unirán al pueblo de Dios y que luego vivirán eternamente. También encontré refugio para mi
preocupación al leer estos versos de Isaías, que tienen un doble significado para quienes estamos cerca
de estos tiempos y nos angustia saber si podremos atravesarlos con éxito.
Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo!
porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos. Anda, pueblo mío, entra en
tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa
la indignación. Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por
su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a
sus muertos.
Isaías 26: 19-21
En el día de la dura prueba [Cristo] dirá: “anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra
tras ti tus puertas; encóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación”.
¿Cuáles son las cámaras en las cuales habrán de esconderse? Son la protección de Cristo y sus
ángeles. El pueblo de Dios no estará en ese tiempo en un solo lugar. Formará grupos esparcidos
por toda la tierra.
Vi a los santos abandonar las ciudades y los pueblos, y juntarse en grupos para vivir en los
lugares más apartados. Los ángeles les proveían comida y agua, mientras que los impíos sufrían
hambre y sed.
Durante la noche pasó ante mí una escena sumamente impresionante. Parecía haber gran
confusión y lucha de ejércitos. Un mensajero del Señor se paró ante mí y dijo: “llama a tu familia. Yo
os conduciré; seguidme”. Me llevó por un oscuro pasaje a través de un bosque; luego por un
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desfiladero de las montañas, y dijo: “aquí estarás segura”. Había otros que habían sido llevados a
aquel retiro. El mensajero celestial dijo: “el tiempo de prueba vendrá como ladrón en la noche, como
el Señor anunció que vendría”.
En el período final de la historia de esta tierra, el Señor obrará poderosamente en favor de
los que se mantengan firmemente por lo recto... En medio del tiempo de angustia cual nunca hubo
desde que existiese nación, sus escogidos permanecerán inconmovibles. Satanás con toda la
hueste del mal, no puede destruir al más débil de los santos de Dios. Los protegerán ángeles
excelsos en fortaleza, y Jehová se
revelará en su favor como “Dios de
dioses”, que puede salvar hasta lo
sumo a los que ponen su confianza en
él.
En el tiempo de angustia que
vendrá inmediatamente antes de la
venida de Cristo, los justos serán
resguardados por el ministerio de los
santos ángeles; pero no habrá
seguridad para el transgresor de la ley
de Dios. Los ángeles no podrán
entonces proteger a los que estén
menospreciando uno de los
preceptos divinos.
Ellen G. White,
Dios nos cuida, 364
Puedo estar seguro de que el Señor
cuidará de mí y de los míos si nos toca
atravesar por estos tiempos. Puedo estar
seguro de que los poderosos guerreros
celestiales nos cuidarán de caer en manos
de las turbas enardecidas conformadas por
quienes decidieron rechazar la obra del
Espíritu Santo en sus vidas y que ya están
condenados a perecer por la eternidad.
Pero también es posible como
sostiene la cita siguiente que “los aposentos”
en los que algunos entrarán “en tanto que
pasa la indignación” se refieren a las tumbas.
“Muchos serán puestos en el sepulcro para
descansar en Cristo antes que llegue sobre
el mundo la rigurosa prueba del tiempo de
angustia. Esta es otra razón por la que
debiéramos decir, después de nuestra
ferviente petición, “sin embargo, no sea
hecha mi voluntad, sino la tuya, oh, Señor””.
Usted y yo no tenemos potestad para
definir lo que ocurrirá en ese entonces, pero debemos estar seguros de que el Señor obrará lo que sea
mejor para nosotros y los nuestros en dicha circunstancia. Ponga su confianza en Dios y ore para que el
Eterno actúe en su vida ahora y en especial durante el tiempo de prueba.
El Señor no aflige ni agravia voluntariamente a los hijos de los hombres. Como un padre se
compadece de sus hijos, así el Señor se compadece de quienes le temen. Pues Él conoce nuestra
condición, Él se acuerda que somos sino polvo. Él conoce nuestros corazones, pues Él lee cada
secreto del alma. Él sabe si los incluidos en las peticiones soportarían la prueba y examen que
vendría sobre ellos si vivieran. Él conoce el fin desde el principio.
Muchos serán puestos en el sepulcro para descansar en Cristo antes que llegue sobre el
mundo la rigurosa prueba del tiempo de angustia. Esta es otra razón por la que debiéramos decir,
después de nuestra ferviente petición, “sin embargo, no sea hecha mi voluntad, sino la tuya, oh,
Señor”. Tal petición nunca será registrada en el cielo como una de incredulidad. El apóstol fue
movido a escribir: “bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor; sí,
dice el Espíritu, para que descansen de sus trabajos; y sus obras les seguirán”. De esto podemos
ver que no a todos hemos de considerar como indignos de vida eterna. Si Jesús, el redentor del
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mundo, oró, “oh, Padre mío, si fuera posible, pase esta copa de mí”, y luego añadió, “sin embargo,
no como yo deseo, sino como deseas Tú”, entonces cuán apropiado es que pobres y finitos seres
mortales se rindan ante la sabiduría y voluntad de Dios.
Ellen G. White, Colección Spalding-Magan, 4
Ore también por sus pequeños. Tengo 4
nietos, 3 de ellos son niños aún e igual que usted
no sé cuándo vendrá el Señor, pero sé que Él
cuidará de mis pequeños, ya sea velando en ese
momento terrible o llevándolos al descanso.
En cualquier caso sé que ellos nos serán
devueltos muy pronto si somos fieles. Para ellos
será como un instante, como un pestañeo, para los
padres y familiares apenas lo que quede del tiempo
de angustia hasta la liberación (trataremos este
tema un poco más adelante).
Se me mostró el grupo presente en la
Conferencia. Dijo el ángel: “algunos serán alimento
para los gusanos, algunos sufrirán las siete últimas
plagas, algunos estarán vivos y permanecerán
sobre la tierra para ser trasladados en la venida de
Jesús”…
Puesto que el tiempo es corto, debiéramos
trabajar con diligencia y doblada energía. Nuestros
hijos quizás nunca entren en la universidad…
No es realmente sabio tener hijos ahora. El
tiempo es corto, están sobre nosotros los peligros
de los últimos días, y los hijos pequeños serán
mayormente arrebatados antes de esto…
En esta época del mundo, cuando las
escenas de la historia terrenal están por clausurarse pronto, y estamos por entrar en el tiempo de
angustia como nunca lo hubo, cuantos menos sean los casamientos contraídos, mejor para todos,
tanto hombres como mujeres…
Vendrá la hora, no está muy lejana, y algunos de nosotros que ahora creemos, estaremos
vivos sobre la tierra y veremos el cumplimiento de la predicción, y oiremos la voz del arcángel y la
trompeta de Dios que resuena desde la montaña, la llanura y el mar hasta las partes más distantes
de la tierra…
El tiempo de prueba está precisamente delante de nosotros, pues el fuerte pregón del tercer
ángel ya ha comenzado en la revelación de la justicia de Cristo, el Redentor que perdona los
pecados…
Ellen G. White, Eventos de los últimos días, 36, 37
El Señor me ha hecho saber con frecuencia que muchos pequeñitos morirán antes del tiempo
de angustia. Volveremos a ver a nuestros hijos. Los encontraremos y los reconoceremos en las
cortes celestiales. Confíe en el Señor y no tema.
Ellen G. White, Mensajes Selectos, Tomo II, 296
Antes de mucho nos encontraremos en situaciones estrechas y difíciles, y muchos de los
niños que han venido al mundo serán tomados por misericordia antes que llegue el tiempo de
angustia.
Ellen G. White, Mensajes Selectos, Tomo III, 479
6.6. El tiempo de angustia
Este es un periodo único en la historia de este mundo. No se puede definir cuándo empezará (esto
es, fijar una fecha) ni tampoco sabemos con certeza cuánto puede durar. Lo que sí podemos saber es que
“será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces”. Pero también sabemos
que se le dijo a Daniel que “en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el
libro”. La Biblia sostiene además, que la liberación ocurrirá mientras dure este tiempo, más que seguro más