Siete monjes fueron secuestrados de su monasterio en Tibhirine, Argelia en marzo de 1996. Sus cuerpos decapitados fueron encontrados en mayo de 1996. Antes de su muerte, los monjes dejaron testamentos expresando su compromiso con Argelia y el Islam, y perdonando a sus captores. El documento incluye extractos de los testamentos de los siete monjes asesinados.