La Restauración en España estableció una monarquía constitucional tras la Revolución de 1868 que derrocó a Isabel II. Alfonso XII asumió el trono en 1875 y gobernó hasta su muerte en 1885, cuando su viuda María Cristina se convirtió en regente de su hijo Alfonso XIII, que era menor de edad. Cánovas del Castillo y Práxedes Mateo Sagasta establecieron un sistema de turnos pacíficos entre los partidos Liberal y Conservador.