El poema describe varias ocasiones en las que un hombre le pide a Dios que le hable, le deje verlo, le muestre un milagro o lo toque, pero el hombre no escucha, mira o entiende las señales que Dios le envía a través de la naturaleza, el nacimiento de un hijo o el toque de una mariposa. El poema concluye diciendo que Dios siempre está cerca aunque a veces no prestamos atención a Sus señales, incluso en la era moderna.