El documento compara el concepto griego de eros y el bíblico de ágape. Explica que eros se refiere al deseo humano y carencia, mientras que ágape se refiere al amor desinteresado y gratuito de Dios por los hombres. También señala que según el cristianismo, no somos nosotros quienes amamos a Dios, sino que es Dios quien nos ama a nosotros y envió a su hijo por nuestros pecados. En resumen, contrasta eros como deseo humano y ágape como