El documento habla sobre la importancia de que nuestras palabras sean como aguas mansas que dan vida a través de su fluir constante y paciente. Advierte que también pueden ser como aguas turbulentas y destructivas si no son dichas con amor. Propone transformar nuestros pensamientos y palabras en hielo cuando no sean positivos, en agua cuando queramos compartir, y en vapor para que lleguen a las alturas y se distribuyan como lluvia a todos.