El documento enfatiza la importancia de aprovechar el tiempo con los seres queridos mientras aún están vivos, en lugar de lamentarse después de su muerte. Prefiere pequeños gestos de afecto y atención ahora en vida, como compartir unos minutos, estrechar la mano, hacer una llamada o regalar una flor, en vez de grandes demostraciones póstumas como velorios, poemas o serenatas fúnebres. Exhorta a valorar a las personas cercanas mientras están presentes.