El documento habla sobre Job, un hombre de Dios que sufrió grandes pérdidas pero continuó adorando a Dios con humildad rasgando su manto, rasurando su cabeza y postrándose en tierra. Aunque Job sufrió aflicciones, la adoración a Dios lo llevó a entender los propósitos divinos y produjo nuevas actitudes en él que lo restauraron. El documento insta al lector a elegir alabar y adorar a Dios en medio de las propias pruebas.