Alcalá del Júcar es un pueblo excavado en la montaña con casas cueva. Sus casas parecen normales por fuera pero por dentro tienen cuevas que forman las habitaciones. Antiguamente fue una aduana del Camino Real de Castilla a Levante y ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico. Una cueva cercana servía como puesto de centinelas para controlar el paso hacia Levante y cobrar tributos.