Este documento presenta un contrato social implícito en el que se aceptan varios aspectos negativos del sistema actual como la competitividad despiadada, la exclusión social, la guerra, la destrucción ambiental y la priorización de la ganancia sobre el bienestar humano, alegando que no se puede hacer nada para cambiarlo. Se argumenta que este silencio y aceptación del statu quo es destructivo.