2. • En principio, los griegos hacían sus casas con
adobes. Se construían unas junto a otras
desordenadamente, y el número y la
distribución de las habitaciones obedecían a
los accidentes y extensión del terreno del que
disponían. La luz se obtenía a través de las
ventanas y claraboyas sin cristales, situadas a
una altura que protegía la intimidad familiar
de la vista de los viandantes.
3. • A menudo un patio interior
proporcionaba luz y aireación a las
habitaciones que daban a él. No eran
casas demasiado cómodas ni
agradables, pero eran suficientes para
satisfacer las necesidades de sus
inquilinos que, generalmente,
pasaban la mayor parte del día fuera
de la casa, en los grandes espacios
públicos al aire libre.
4.
5. • Finalmente, en época helenística, las casas se hacen
más lujosas. Las casas de los ricos están hechas a
base de materiales nobles.
En la casa griega, las habitaciones se
distribuyen alrededor de un patio
interior. Las salas dedicadas a recibir
visitas constan generalmente de un
vestíbulo y de un comedor, y suelen
estar en la parte más accesible de la
casa.
6.
7. En primer lugar, la casa tenía una puerta exterior
(πρόθυρον) que daba acceso a la puerta de la casa. A
continuación estaba la puerta que daba acceso al patio
(αὐλή) de la casa. Al parecer el patio (αὐλή) estaba
flanqueado por una columnata tras la cual se hallaban los
dormitorios y habitaciones de distintos tipos. En el patio
había un altar para ofrecer sacrificios. Entre las distintas
habitaciones que rodeaban al patio se encontraba el
ἀνδρῶν -ῶνος, en origen una habitación para el
entretenimiento de los invitados varones. A menudo
parece que fue usada como habitación para cenar.
Respecto a la posición de las estancias de hombres y de
mujeres en la casa, al parecer tenía una puerta
consistente que separaba las estancias masculinas de las
femeninas, pero la mujer tenía libertad para moverse por
la casa y compartir el patio, por ejemplo. Las estancias
femeninas ocupaban habitualmente el piso superior.
8. • Los muebles no eran complicados, y servían para
una vida social relativamente simple. Había baúles y
divanes para comer o dormir indistintamente. El
qrovno era un asiento honorífico, reservado al dueño
de la casa o al huésped más distinguido. La mesa en
que se servían las comidas era una especie de velador.
• En los barrios populares la mayoría de las casas era
muy pequeña y tenía solamente una planta baja con
dos o tres minúsculas habitaciones. Los alimentos se
cocinaban al aire libre, sobre un brasero, pues parece
que hasta el siglo IV a. de C. las casas carecían de
cocina.