Una especie se considera en peligro de extinción cuando su existencia global está en riesgo, ya sea debido a la depredación directa, la pérdida de hábitat, desastres naturales o el cambio climático. Algunas de las especies más amenazadas mencionadas son el oso polar, debido a la pérdida de hielo marino; el tigre de Bengala por la pérdida de hábitat; y varias especies de pingüinos afectadas por el calentamiento global más rápido en la Antártica.