Este documento analiza el poderoso impacto del lenguaje político y cómo puede usarse para dividir y manipular. Explica que el lenguaje puede cambiar actitudes individuales y colectivas, y que en las campañas electorales a menudo se usa de forma irrespetuosa e inadecuada para descalificar ideas sin argumentos sólidos, a través de ofensas personales. Advierte que esto demuestra una intención de cambiar la realidad según el antojo de quien manipula el lenguaje.