Las rocas ígneas se utilizan ampliamente en la construcción. El granito se emplea para arcos, esculturas, suelos, paredes y pavimentación. El basalto sirve para rellenar carreteras, puertos y presas, así como en enrocados y triturado. Otras rocas como la pumita, perlita, gabros y ofita se utilizan en la ornamentación, adoquinado, hormigones y procesos de filtrado.