Los romanos estuvieron en la península ibérica durante siete siglos, desde el siglo I a.C. hasta el siglo V d.C. Trajeron la guerra inicialmente pero luego la paz, estableciendo una sociedad legalista con leyes y construyendo infraestructuras como acueductos, teatros, ciudades como Itálica, basílicas y aprovechando cultivos rentables como el olivo.