Este documento discute diferentes perspectivas sobre el valor de la tecnología. Argumenta que la tecnología influye en la sociedad humana pero no la determina. También sugiere que la tecnología debe usarse para promover el desarrollo humano integral y respetar la dignidad humana. Concluye citando el Catecismo de la Iglesia Católica, que dice que la ciencia y la tecnología deben ponerse al servicio del ser humano y promover su desarrollo, pero no pueden definir el sentido de la existencia humana