Este poema habla sobre cómo los sueños y deseos de los reyes a menudo son demasiado grandes y ambiciosos, y cómo los artesanos y escultores tienen la tarea de transformar esas quimeras en realidades más pequeñas y alcanzables. El poema describe cómo el rey sueña con grandeza pero luego es reducido a su tamaño real por el trabajo de los canteros y escultores, quienes toman los restos del sueño y lo transforman en una obra de arte tangible a través de su habilidad y trabajo manual.