El documento describe un premio imaginario en el que una persona recibe 86,400 euros depositados diariamente en su cuenta bancaria, con dos condiciones: el dinero no gastado al final del día es retirado por el banco y la cuenta puede ser cancelada en cualquier momento sin previo aviso. Luego compara esta situación hipotética con la vida real, en la que cada persona recibe 86,400 segundos cada día que no se acumulan y la "cuenta" puede ser cancelada en cualquier momento con la muerte. Exhorta al lector a disfrutar cada segundo de su vida.