El documento critica el uso excesivo y superficial de los Blackberry en Venezuela, donde se han convertido más en un símbolo de estatus que en una herramienta de trabajo. Señala que la mayoría de usuarios no necesitan realmente sus funciones profesionales y los usan principalmente para jugar y enviar mensajes de texto a un alto costo, aun cuando existen alternativas más baratas con las mismas capacidades. Concluye que este fenómeno demuestra lo ridículo que es el afán de algunos venezolanos por aparentar éxito a través de mar