Un proyecto de investigación europeo estudia los puntos débiles de los sistemas biométricos como el reconocimiento facial y busca formas de hacerlos más seguros, ya que aunque son eficaces también son vulnerables si un intruso usa una máscara o foto. Los investigadores están desarrollando contramedidas como pedir al usuario parpadear o detectar el movimiento facial para distinguir una cara real de una máscara o foto.