El documento discute las conexiones entre conflictos, violencia y degradación ambiental. Señala que las guerras, el terrorismo, el crimen organizado, las presiones migratorias y la especulación corporativa dañan el medio ambiente y se refuerzan mutuamente. También analiza encuestas que muestran que la mayoría de la población cree que el cambio climático puede conducir a más conflictos debido a la pérdida de tierras y recursos.