El poema enseña a los niños sobre la seguridad vial como peatones. Explica que deben respetar las señales de tráfico, cruzar solo en los pasos de cebra y mirar a ambos lados. También habla sobre caminar por la acera con cuidado y no correr por la calle. Además, enfatiza la importancia de pedir ayuda a un guardia urbano si se necesita.