Este poema describe al amor como algo efímero y fugaz que llega y se va rápidamente, sin dejar rastros. Compara al amor con cosas pasajeras como las nubes, el fuego y las olas, que están presentes solo por un momento. Aunque el amor trae felicidad mientras dura, es inevitable que pase y sea imposible retenerlo, por lo que lo mejor es dejarlo ir sin apego cuando toca seguir su curso.