El documento narra la historia de un hombre llamado Sr. Miller que durante la Gran Depresión en Estados Unidos realizaba trueques con niños pobres a cambio de productos de granja. Un día truecó una bolsa de arvejas por la canica más valiosa de un niño llamado Barry, prometiéndole que la próxima vez aceptaría una canica roja. Años después, durante el funeral del Sr. Miller, tres hombres que habían sido esos niños dejaron tres canicas rojas debajo de sus manos como agradecimiento.