Este documento describe diferentes frutos espirituales divididos en tres categorías: frutos para tener dentro del corazón como el amor, gozo y paz; frutos para compartir con los demás como la paciencia, benignidad y bondad; y frutos para dar a Dios como la fe, mansedumbre y templanza. Cada fruto se define brevemente y se cita un versículo bíblico relevante. El propósito es resaltar la importancia de cultivar estos frutos espirituales en la vida del creyente.