Los Reyes Magos escriben una carta a Juanma Jurado para expresar su frustración con los pedidos constantes de poner fin a problemas como la crisis y el hambre sin que la gente actúe para crear un cambio. Los Reyes Magos dicen que solo los ciudadanos pueden arreglar los problemas en su comunidad tomando parte e impugnando las injusticias en lugar de quedarse inactivos. Ellos instan a Juanma a elegir de qué lado quiere estar y sumarse a quienes alzan la voz.

1. 6 de enero de 2012
Los Reyes Magos de Oriente
A la atención de Juanma Jurado
Queridos Reyes Magos: Juanma
Aprovechando que esta noche hemos pasado a visitar varias casas
vecinas a la tuya, y a pesar de que nos consta que no nos has pedido
nada (ni siquiera te has puesto en contacto con nosotros), hemos
decidido dejarte este "regalito". Ignoramos si el descrédito en el que se
encuentra la monarquía tiene algo que ver con tu decisión pero, como
entenderás, no todos somos iguales. Hay reyes y reyes (y ninguno de
nosotros tiene yernos). Como también hay políticos y políticos (ya sabes
que unos mienten y traicionan mientras otros intentan ser honrados).
Pero, al final, todos terminamos en el mismo, injusto y desafortunado
saco.
Aunque te sorprenda que seamos nosotros quienes estemos
escribiéndote a ti, no nos ha quedado más remedio que hacerlo. Porque,
Juanma, estamos hasta las pelotas. Estamos hasta las mismísimas
narices de recibir una y otra vez las mismas peticiones: "Quiero que se
termine la crisis" (y nosotros, no te jode, si hemos tenido que hacer un
ERE de pajes y hasta para esta carta hemos tenido que usar el sobre y el
papel que hicimos para los niños), "Que haya paz en el mundo", "Que se
acabe el hambre"... ¿Pero es que os merecéis algo de lo que pedís?
Somos magos, no imbéciles. No podemos hacerlo todo y, aunque
pudiéramos, ¿cuánto os iban a durar esos deseos si os los
concediéramos? Nada. No tenemos (ni nadie nos pide) pastillas contra la

2. avaricia, la usura, la explotación, el odio o la rapiña. Si acabáramos con
la crisis, rápidamente los bancos, los mercados y las agencias de
descalificación volverían a buscar nuevos caminos para su
enriquecimiento; al día siguiente de poner fin a las guerras aparecerían
otras mil excusas para invadir países, asesinar a sus pueblos y arruinar
sus economías apoderándose de su petróleo, de sus materias primas o
de sus territorios... Cuando el último hambriento quedara saciado, los
intereses de las grandes empresas, de los dictadores y sus ejércitos
dedicados a mantener viva la muerte producida por el hambre, volverían
a aliarse para descontrolar los precios de los alimentos básicos y
negociar con la destrucción y la explotación hasta hacer reventar sus
cuentas en los bancos. ¿De verdad, os lo merecéis?
Pero igual que hay reyes y reyes o políticos y políticos, también hay
personas y personas. Unas, inmerecedoras de ese apelativo, constituyen
esa minoría que roba, expolia, asesina o denigra. Y las auténticas
personas sois más, muchas más las robadas, expoliadas, asesinadas o
denigradas. Pedir está bien, pero actuar está mucho mejor. Señalar la
injusticia es necesario, pero lo es más aún dar la cara contra ella. Por
eso estamos hartos de que los que viven con los brazos caídos y han
renunciado a alzar la cabeza nos pidan que solucionemos mágicamente
sus problemas. Hartos de ver como las voluntades se hacen maleables y
cómplices del silencio, la inacción y el conformismo. Hartitos estamos.
Y no es necesario acudir a los "grandes problemas" de la humanidad
para llegar a la misma conclusión. Mira en tu pueblo, en Almansa, en tu
región. Mira como os están quitando derechos sanitarios, de defensa de
la mujer, de apoyo a jóvenes y mayores, como os amenazan con
convertiros en ciudadanos de segunda, como los que más ayuda
necesitan cada vez reciben menos. Mira como cada vez pagas más
impuestos y, a la vez, tienes menos beneficios. Mira como los que no

3. fueron elegidos por el pueblo venden lo que es tuyo, lo que es de todos:
el agua. Mira como tus gobiernos piensan antes en resolver los intereses
bancarios que en poner coto a los problemas de la ciudadanía.
Juanma, estamos hasta arriba de la hipocresía. De los que toman
decisiones contra el interés de sus vecinos y de los vecinos que terminan
aceptándolas. Tú sabrás de que lado quieres colocarte. Y como tú, cada
ciudadano y ciudadana ha de elegir. O renunciar y dejar que sean otros
los que tomen las iniciativas en las que deberías participar, o exigir y
sumarte a quienes alzan la voz. Por eso te hemos escrito esta carta,
Juanma. No sigáis pidiéndonos que arreglemos los desatinos que
suceden a vuestro alrededor. No lo vamos a hacer. Sólo vosotros,
tomando partido, decidiendo y actuando podéis arreglarlo.
Recibe un cordial saludo,
Melchor, Gaspar y Baltasar.