El padre Juan Rivas expresa su preocupación por el aumento de la violencia en México. Argumenta que la violencia se origina en una sociedad que ha rechazado a Dios y los valores espirituales. Recomienda que los obispos y las familias realicen actos públicos de fe, como procesiones y adoración eucarística, para contrarrestar la influencia del demonio y reducir la violencia.