La organización está considerando cambiar su estructura de liderazgo de una jerárquica a una más plana y colaborativa para promover la innovación y la flexibilidad. Esto requeriría menos niveles de gestión, mayor autonomía de los equipos, y una cultura enfocada en objetivos en lugar de controles. Si bien esto podría enfrentar resistencia inicial, reduciría costos a largo plazo y mejoraría la moral de los empleados.