Extrait du roman Eveil de Cetro
On pourrait qualifier ce roman de post apocalyptique... sauf que le grand boom nucléaire n'a pas eu lieu.
La seule explosion à déplorer ici, est celle des consciences et des valeurs, annihilées par la folie des médias. Le monde vire au cauchemar, à grands coups d'émissions barbares, télé ou internet, ne vantant les mérites que de ceux qui agressent, dénigrant les victimes.
Plus de règles établies, la boucherie est ouverte, et le plus gros scandale ne sera pas chevalin ni même Findusien. Autrui n'est plus qu'objet, et la cruauté de divertissement est omniprésente.
Ceux qui ont connu le Cetro des forum consacrés aux psittacidés retrouveront ici sa plume (ben ouais) et toute son excentricité, sa volubilité.
A ne surtout pas confier à un enfant. J'aurais même tendance à dire qu'il est déconseillé aux moins de 16 ans.
Pour ceux qui auraient lu les premiers romans de Cetro, qui étaient écrits pour correspondre à tout public, celui-ci est tout à fait différent. Vous retrouverez bien sûr par moment l'écriture connue et usitée dans la série Astimov, mais dans beaucoup de chapitres, elle traduit les pensées et paroles d'hommes dérangés, n'éprouvant pas la pitié. Autant dire qu'ils ne s'expriment pas comme le duc de Montmorency ou la baronne de mes deux fibres. Ici, les belles princesses ne font plus de jolis enfants ni de vieux os. Leurs princes charmants seraient plus enclin à leur distribuer du GHB qu'à leur prodiguer de chastes baisers.
Tom a tout pour être heureux. Une femme aimante et d'une beauté à saigner du nez, un enfant intelligent et beau comme un astre, un succès mérité en tant qu'écrivain.
Jusqu'au jour où, emportés par un accident de la route, sa famille disparaît, et lui tombe dans un profond Coma.
Lorsqu'il se réveille, 12 ans plus tard, bien des choses ont changé. Il va alors vivre un cauchemar éveillé.
Entre éclats de pleurs, de sang et de rire. Y a d'la tripe qui vole, de la barbaque sur les murs. De la tendresse malgré tout, des moments d'émotion. Des lecteurs test ont pleuré, d'émotion et de rire. Ils ont aussi tremblé, d'effroi et de stupeur.
Attention, ça risque de piquer.
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1. Cerrando Capítulos... Lo importante es poder dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.¿Terminó tu trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje? ¿La amistad se acabó?. Puedes pasar mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués, en regresar el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito porque en la vida, tú, tus amigos, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos. A pasar. A pasar la hoja.
2. Al terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir para adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, hecho está. Y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. No, los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
3. Por eso a veces es tan importante romper fotos, quemar cartas, destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa. Papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir solo lo que tenemos en el presente.
4. El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de "quien eres". Debes aprender a soltar y seguir adelante. La vida esta para adelante, nunca para atrás. Porque si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso; nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.
5. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. Si puedes enfrentarlos ¡hazlo ahora! Si no, déjalo ir, cierra capítulos. Convéncete, que no vuelve. Pero no por orgullo ni por soberbia sino porque tú ya no encajas allí: en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio, ya no eres el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo.
6. Ni tu serás el mismo ni el entorno al que regreses será igual porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, despréndete de lo que ya no esta en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, porque cuando llegaste a este mundo lo hiciste sin ese adhesivo, por lo tanto es costumbre vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
7. Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, te repito, nada ni nadie nos es indispensable. Solo es costumbre, apego, necesidad. Pero, cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacude, suelta. Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida! Comparto esto contigo porque estoy seguro que tienes más de un capítulo por cerrar.