Se ha preguntado cuántas veces le ha desviado de su destino un llamativo cartel que anuncia un 50% de descuento? ¿Ha sido consciente alguna vez de la sensación de sed que genera una publicidad de un refresco, hasta el punto de comprarse uno por puro instinto? O ese afán de gastar en Navidad: los regalos para la familia, los amigos, un capricho para usted, y que en Nochevieja no falten las gambas, el besugo, el jamón, el cava, ... España se ha contagiado de esa mala costumbre anglosajona de acumular bienes innecesarios. Esta tendencia ha quedado constatada en la reciente campaña del Black Friday, una tradición comercial estadounidense que comienza a echar raíces en la Península, seducidos por un atractivo precio.