Una pareja catalana visita repetidamente a un terapeuta sexual en Sevilla para tener relaciones sexuales en su consulta, pagándole 42 euros por sesión. El médico inicialmente observa confundido, pero luego se da cuenta de que la pareja usa su consulta como un lugar barato para encontrarse, ya que ambos están casados y no pueden ir a sus respectivas casas, ahorrando dinero en comparación con los hoteles locales.