Los ciberdelincuentes aprovechan noticias de gran relevancia como la muerte de Robin Williams para propagar virus informáticos. Un nuevo virus se propaga a través de Facebook prometiendo mostrar las últimas palabras de Williams, pero en realidad roba datos personales de los usuarios. De manera similar, un malware se ha distribuido al descargar supuestas fotos filtradas de Jennifer Lawrence, permitiendo a los atacantes controlar de forma remota los sistemas infectados.