SlideShare una empresa de Scribd logo
C A M B I A T U M U N D O C A M B I A N D O T U V I D A
LA NUEVA CREACIÓN
Renovación, regeneración
¿Dónde está la
terminal?
La evolución de mi fe
Escuchar por
las dos
Un singular invitado
1.	 V. Mateo 15:29–38
2.	 Mateo 16:16
3.	 V. Juan 8:12
4.	 V. Juan 10:11
5.	 V. Juan 10:30
6.	 V. Juan 15:15
7.	 Hechos 4:12
8.	 V. Isaías 54:10
Si deseas información sobre Conéctate o
estás interesado en otras publicaciones
de carácter inspirativo, visita nuestro sitio
web o comunícate con uno de nuestros
distribuidores, cuyos datos de contacto
aparecen más abajo.
www.activated.org/es/
www.audioconectate.org
México:
Conéctate A.C.
E-mail: conectate@conectateac.com
Tel: (01-800) 714 4790 (nº gratuito)
+52 (81) 8123 0605
Chile:
Casilla de Correos 14.702
Correo 21, Sucursal La Moneda
Santiago
Tel: (09) 469 7045
E-mail: conectateconosur@conectate.org
España:
Conéctate
Apdo.626
28080 Madrid
(34) 658 64 09 48
Resto de Europa:
Activated
Bramingham Pk. Bus. Ctr.
Enterprise Way
Luton, Beds. LU3 4BU
Inglaterra
E-mail: activatedeurope@activated.org
Tel: +44 (0) 845 838 1384
Estados Unidos:
Activated Ministries
PO Box 462805
Escondido, CA 92046–2805
E-mail: info@actmin.org
Tel: 1-877-862-3228 (nº gratuito)
Director	 Gabriel García V.
Diseño	 Gentian Suçi
Producción	 Samuel Keating
© Activated, 2014
Es propiedad. Impreso en Taiwán por Ji Yi Co., Ltd.
A menos que se indique otra cosa, los versículos citados
provienen de la versión RV, revisión de 1960, © 1960
Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado
1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizados con permiso.
Año 16, número 4
A NUESTROS AMIGOS
¿Quién es Él?
Poco después de sanar a «mucha gente» y dar de
comer a 4.000 personas con siete panes y unos pocos
pececillos1
, Jesús preguntó a Sus discípulos quién
decía la gente que era Él. Ellos le informaron que para
algunos Él era Juan el Bautista, y que otros pensaban
que era Elías, Jeremías o algún otro de los grandes
profetas que había resurgido de los muertos. Sus
respuestas revelaron que la gente en general tenía muy buen concepto de Jesús y
lo consideraba un gran profeta. Así y todo, sus hipótesis se quedaban cortas.
Jesús les preguntó entonces: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy?» No es
difícil imaginarse las caras que pusieron los discípulos. Quizás agacharon la
cabeza o se miraron unos a otros con extrañeza. Hasta que Simón Pedro —a
todas luces el más franco y locuaz de los apóstoles— se armó de valor y acertó
a señalar la verdadera identidad y razón de ser de Jesús: «Tú eres el Cristo, el
Hijo del Dios viviente»2
.
En sus páginas, la Biblia llama a Jesús la Luz del Mundo3
, el Buen Pastor4
,
el Dios viviente5
, nuestro amigo6
y nuestro Salvador7
.
Independientemente de cómo se lo retrate, lo extraordinario de Jesús es
que cada uno de nosotros lo puede experimentar a su manera. Él nos acepta
tal como somos y con frecuencia se nos manifiesta de la forma que más llena
nuestras necesidades, del modo que más nos permite identificarnos con Él
como individuos.
En lugar de presentar una visión particular de Jesús o de Su obra, con este
número de Conéctate esperamos ayudarte a profundizar en tu propia relación
con Aquel que nunca te deja de amar y siempre busca lo mejor para ti8
.
¿Quién dices tú que es Él?
Gabriel García V.
Director
2
Creo que una de las cosas
que más me motiva a permanecer lo
más cerca posible de Jesús son esos
gestos personalizados de cariño que
tiene conmigo.
Los tiene con cada uno de
nosotros. A veces nos percatamos de
ellos; otras, no. A veces los notamos,
pero los atribuimos a otras causas.
Me imagino que eso lo entristece.
Sin embargo, nos ama demasiado
como para darnos por perdidos. A lo
largo de toda nuestra vida insiste en
expresarnos Su amor y en repetirnos
las dos palabras más maravillosas
que hay: «¡Te amo!»
Durante mi adolescencia, etapa en
que me tocó lidiar con un sinnúmero
de emociones y conocer de cerca la
soledad, me hizo falta sentir ese amor
de la manera más palpable que fuese
posible. Un día vi la flor más divina
que te puedas imaginar, un precioso
pensamiento en miniatura que crecía
a la vera del camino. Como mucho
sería del tamaño de una de mis uñas,
y el tallito, del largo de mi dedo. Lo
recogí, lo llevé cuidadosamente a
mi casa y lo coloqué en un vaso des-
cartable junto a mi cama. Pasó una
semana entera, y la florcita seguía
en el agua como nueva, radiante y
hermosa. Yo estaba muy contenta.
Entonces ocurrió algo curiosí-
simo, un fenómeno que yo nunca
había visto ni he vuelto a ver. De
aquel diminuto tallo brotaron raíces,
que al poco tiempo se extendieron y
se hicieron más robustas. La planté
en una maceta y la vi crecer hasta
que echó muchas flores. Me asom-
bró, y al mismo tiempo me inspiró
confianza en que Mi Creador —que
había hecho crecer aquel diminuto
pensamiento— estaba conmigo, a
mi lado, moldeándome por medio de
los vaivenes de la vida y salpicando
mi camino con flores de alegría.
Con el paso de los días, los meses,
los años y, ¿por qué no?, también los
decenios he aprendido a conocerlo
mejor y a amarlo más gracias a los
innumerables detalles y gestos de
cariño que ha tenido conmigo.
Muchos de esos detalles pueden
parecer totalmente insignificantes
comparados con las transformacio-
nes y los milagros que hacen falta
en el mundo entero. Para mí, no
obstante, han sido determinantes. Él
me ha demostrado que para Él soy
importante y de esa manera me ha
conquistado para siempre. «Nosotros
lo amamos a Él, porque Él nos amó
primero»1
.
Chalsey Dooley vive en
Australia. Escribe textos
motivacionales para niños y
educadores y se dedica de lleno
a la formación de sus hijos. Este
es su sitio web: http://www
.nurture-inspire-teach.com/. ■
DETALLES
de AMOR
Chalsey Dooley
1.	 1 Juan 4:19
3
ESCUCHAR
POR LAS DOS
Estábamos en las postrime-
rías de la temporada. Miami
Heat aventajaba por 2 a 1 a los Lakers
en el campeonato de baloncesto. El
cuarto partido se iba a jugar aquella
tarde. Yo andaba atareada. Siempre
lo estaba, pero aquel día ella había
invitado a alguien a almorzar, así que
yo estaba más ocupada que nunca.
Ella tenía muchos amigos.
Curioso, ¿verdad?, que a una le
parezca que su hermana menor
ha tenido siempre más amigos. Al
fin y al cabo, sus amigos no me
importaban mucho. No siempre
había simpatizado con ellos. Claro
que una siempre quiere causar buena
impresión, y eso requiere esfuerzo.
La ensalada estaba lista. Era
una ensalada mixta de bolsa, pero
no pensé que se darían cuenta. Sin
embargo, los bistecs todavía estaban
congelados, las hornillas de la cocina
daban asco, las papas estaban sin
tocar en el mesón y a alguien se le
había olvidado lavar los platos del
desayuno.
En todo caso, lo primero es lo
primero. Murmuré una bendición
para el inventor del microondas,
me colgué mi delantal favorito —el
rosado— y empecé a revolver los
cajones repletos de utensilios
buscando el pelador de papas. Aquel
día las cosas habían ido mal desde el
principio, pero abrigaba la esperanza
de que el partido de la tarde me
devolviera la alegría. No me lo quería
perder por nada del mundo. Algunos
me decían que más bien debía ver los
partidos de la WNBA (liga femenina
de baloncesto) o distraerme con el
Home Shopping Network (cadena
de TV de compras). Pero yo siempre
había sido más aficionada a las cosas
de hombres.
En algún momento, mientras
destapaba el lavaplatos o buscaba la
escoba, la oí entrar tranquilamente
y arrellanarse en el sofá al lado de su
amigo. Sabía que lo correcto sería
salir a saludarlos, acompañarlos y al
menos intercambiar unas palabras
sobre algún tema banal; pero estaba
Joe Johnston
4
Para un cristiano, el Cielo es donde está Jesús. No tenemos por qué
especular sobre las características del Cielo. Nos basta con saber que esta-
remos siempre con Jesús. Cuando amamos a alguien de todo corazón, la
vida empieza en el momento en que estamos con esa persona. Solo en
su compañía nos sentimos verdaderamente vivos. Eso mismo nos pasa
con Cristo. En este mundo nuestro contacto con Él es impreciso porque
vemos la realidad borrosamente, como por un espejo. Es espasmódico,
pues somos pobres criaturas y no podemos vivir siempre en las alturas. La
mejor definición del Cielo es ese estado de permanente unión con Jesús
en el que ya nada podrá separarnos de Él. William Barclay (1907–1978)
muy ocupada. Además, conozco
a mi hermana y sé que ella puede
escuchar por las dos. No es que ella
sea perezosa; no lo es. Pero cada vez
que él se aparece, de pronto a ella le
pica el bicho de la pereza y se sustrae
de todo para estar con él.
Yo no. Sé bien que una no deja la
casa hecha un desastre para estar con
un tipo. Además, cualquier hombre
que valga la pena debería apreciar a
una mujer hacendosa.
La ensaladera se me escapó de la
mano y se hizo añicos. «¿Y ahora qué
hago? ¿Estará bien servir la ensalada
en una fuente de plástico?» El vidrio
anaranjado crujía bajo mis zapatos.
¡Seguía sin encontrar la escoba! Me
agaché para recoger los pedazos más
grandes, y uno de ellos se me clavó
en un dedo. La sangre corrió hasta la
muñeca y me manchó la manga. Las
risitas de María llegaban flotando
desde la sala. Evidentemente estaba
pasando un rato lindo con su amigo.
El paño para secar los platos
estaba empapado y sucio. Una o
dos papas cayeron rodando al suelo
cuando lo agarré de un zarpazo para
limpiarme la sangre. El lavaplatos
empezó a rebalsarse; el agua se
extendía sobre el mesón y ya estaba
cayendo al piso. Mi mundo se
desmoronaba. «¿Por qué me sale todo
mal?»
—Marta.
«¿Qué querrá?» Entré atropellada-
mente al living.
—¡Maestro! ¿Te parece bien que
mi hermana me haya dejado sola para
atenderte? —exclamé gesticulando
hacia ella—. ¿No podrías, qué sé yo,
pedirle que me ayudara un poquitín?
—Marta —me respondió al
tiempo que se levantaba y me tocaba
la muñeca—. Estás muy agitada.
Sé que andas pensando en mil
cosas; pero lo más importante en
este momento no es atenderme, sino
escucharme, y eso justamente es lo que
tu hermana ha escogido. No querrás
que le quite esa satisfacción, ¿verdad?
Le indiqué que no con la cabeza y
me quedé mirando el suelo.
—No, supongo que no —con-
testé atragantada.
Ya no tenía trazas de sangre en
la mano. La herida se había cerrado
milagrosamente.
—Siéntate. Escucha lo que te voy
a contar —dijo sonriendo, arrugando
las comisuras de los ojos—, ¿bueno?
Nuestro hermano iba a volver en
cualquier momento del Hospital San
Lázaro, donde le estaban realizando
un tratamiento, y la cocina seguía
patas arriba. Pero lo más importante
era…
Me acomodé en el sofá de dos
plazas con mi hermana y su amigo, y
lo escuché hablar.
Ni siquiera advertí el pitido del
microondas. Me olvidé por completo
de que el partido iba a comenzar en
unos minutos.
Estaba ocupada.
Joe Johnston es columnista y
consejero. Vive en México. Este
relato es una adaptación de
Lucas 10:38–42. ■
5
El nombre lo
dice todo
Sukanya Kumar-Sinha
Hace poco leí un artículo
que explicaba que el sonido de
ciertas palabras puede afectarnos
emocionalmente. No es de sorpren-
derse que términos como aceptar,
abundante, abrazar, dichoso, humor
o jugar inspiren optimismo. De
igual modo, oír el nombre de una
persona querida nos produce alegría.
¡Haz la prueba! Cierra los ojos y
di el nombre de alguien a quien
ames entrañablemente. ¿No te hace
sonreír?
Cuando oigo decir Jesús no puedo
menos que sonreír. El puro sonido
de Su nombre evoca todo lo que Él
es: mi mejor amigo, mi guía, una
conciencia omnipresente, mi fuente
de fortaleza y un íntimo confidente
que conoce mis más recónditos
temores, esperanzas y pensamientos.
La Biblia nos recomienda orar
por todo1
. Yo procuro seguir ese
consejo bastante al pie de la letra;
de ahí que Jesús desempeñe muchos
papeles en mi vida. Hace las veces
de asesor económico y me ayuda a
ahorrar cuando quiero realizar una
importante adquisición; asume el
papel de agente inmobiliario cuando
busco una casa que se ajuste a mis
necesidades; hasta se convierte en
chef cuando tengo que cocinar para
un grupo grande. Me parece que eso
es lo que Él desea: participar en cada
pequeño aspecto de mi vida.
Hace unos días estuve rumiando
una decisión importante. Mi
determinación —cualquiera que
fuera— tendría consecuencias irre-
vocables a largo plazo. La presión y
la responsabilidad me pesaban cada
vez más. Mientras trataba de llegar
a una conclusión, de golpe escuché
una voz interior que me decía:
«¿Para qué te preocupas? Jesús está
aquí». El eco de Su nombre alteró
completamente mi perspectiva.
Entendí que Él quería ayudarme a
tomar la decisión y que podía tener
la tranquilidad de que me guiaría
por buen rumbo, siempre y cuando
consultara con Él.
A veces tarareo una canción que
aprendí de niña. La frase que más
me gusta dice: «Hay poder, poder
en el nombre de Jesús». Con el
transcurso de los años me he ido
dando cuenta de lo cierto que es
eso. Todos tenemos lindos nombres.
Nuestros padres nos los pusieron
con la esperanza de que hiciéramos
honor a ellos. Pero el nombre de
Jesús encierra en sí la misión que Él
tuvo. Jesús —que significa «Dios con
nosotros»— refleja Su identidad, Su
divinidad y Su razón de ser como
Salvador de nuestro mundo.
Por eso Su nombre es tan pre-
ciado. Jesús, ¡el nombre lo dice todo!2
Sukanya Kumar-Sinha es
lectora de Conéctate. Vive en
Gurgaon (India) y trabaja como
directora de programas de una
legación diplomática en Nueva
Delhi. ■
1.	 V. 1 Tesalonicenses 5:17
2.	 V. Filipenses 2:10,11; Hebreos 13:15;
1 Juan 2:12
6
Se
interesa
POR MÍ
Koos Stenger
Amada
Evelyn Sichrovsky
Amada…
no por las cimas que he alcanzado,
ni por logros muy celebrados;
no por los instantes de gloria,
fruto de una fe meritoria;
no por insistir con porfía,
a oscuras, hasta que raya el día.
Amada…
por lo que soy, alguien que a tientas,
vacilante, busca su senda;
que abriga sueños y temores
entre triunfos y sinsabores;
de lustre y genio, poco o nada;
pecadora, pero salvada.
Evelyn Sichrovsky vive con su
familia en Taiwán y estudia
lengua inglesa. Además
participa como voluntaria en
labores misioneras. ■
—¿Tienes unos minutos
para conversar? Es importante
—dijo el joven que se me acercó con
una gran sonrisa.
«¿Conversar conmigo? ¿Por
qué?» Tuve que admitir que parecía
simpático, pero yo no estaba de
humor para conversar, cualquiera que
fuera el tema. De golpe advertí que
llevaba una Biblia. Ahí creí entender
de qué se trataba el asunto: el chico
se proponía convertir almas y tenía
pensado que yo fuera su próxima
víctima. «¡Ni hablar! A otro perro con
ese hueso».
Lo miré con aire de superioridad.
Me parecía tan presuntuoso de su
parte que pensara que tenía algo que
yo necesitaba. ¿Acaso había leído
—como yo— el Libro tibetano de los
muertos? ¿Había estudiado medita-
ción y yoga como yo? ¡Si yo hasta
tenía experiencia con el consumo
de drogas psicotrópicas! No había
ninguna posibilidad de que aquel
muchacho pudiera ilustrarme.
—¿Sabes que Dios se interesa por
ti? —me preguntó.
—Yo sé mucho de Dios —res-
pondí altaneramente—. Yo soy
Dios, y tú también. Todos lo somos.
1.	 Isaías 41:10 (nvi)
Todos formamos parte del universo
cósmico.
Por un momento lo vi descon-
certado; pero luego se le dibujó una
gran sonrisa.
—No estoy muy seguro de eso,
amigo. No me da la impresión de
que tú seas Dios.
Puse los ojos en blanco y me fui.
La cosa es que el muchacho tenía
razón. Yo no guardaba ningún
parecido con Dios.
Recorrí el mundo durante
muchos años más en busca de
respuestas, hasta que en la soledad
de mi propia confusión escuché una
voz: «No temas, porque Yo estoy
contigo; no te angusties, porque Yo
soy tu Dios»1
.
Pasando por un pueblo me
encontré con otro joven. Él también
lucía una gran sonrisa.
—¿Sabes que Dios se interesa por
ti?
Para entonces yo había cambiado
de actitud.
—Cuéntame.
Eso fue hace casi cuarenta años;
desde entonces, Él nunca ha dejado
de estar a mi lado.
Koos Stenger es escritor indepen-
diente. Vive en los Países Bajos. ■
7
La nueva
creación
Adaptación de un artículo de Peter Amsterdam
La resurrección de Jesús fue la primera fase de la nueva creación de Dios.
Con ese acto Dios instituyó un nuevo género de existencia: un cuerpo humano se
transformó mediante el poder divino en uno sobre el cual la muerte, la descomposi-
ción y la corrupción no tienen incidencia. ¡Nada parecido había sucedido en toda la
Historia! «Sabemos que Cristo, por haber sido levantado de entre los muertos, ya no
puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre Él»1
.
El cuerpo glorioso de Jesús no se resentía de la tortura que había sufrido: la
espalda desgarrada por los azotes; la cabeza ensangrentada por la corona de espinas;
las manos, los pies y el costado atravesados. No estaba lleno de magulladuras ni
exhausto por todo lo que había aguantado.
El cuerpo glorioso de Jesús no era espiritual, sino físico. Sus discípulos podían tocarlo. En ese estado Él los
instruyó2
, anduvo con ellos3
, cocinó para ellos4
y comió con ellos5
. En una ocasión estuvo con 500 de ellos6
.
Luego de 40 días7
, ascendió al Cielo8
, donde está sentado a la diestra de Dios9
.
Por ser cristianos, nosotros también formamos parte de la nueva creación de Dios. Esperamos con ilusión el
momento en que Jesús regrese y reviva nuestro cuerpo10
. El apóstol Pablo compara la resurrección del cuerpo
con el nacimiento de toda una planta a partir de una semilla11
. Luego explica que esos nuevos cuerpos serán
imperecederos, resucitados en gloria y poder a modo de cuerpos espirituales12
.
Por ser imperecederos, nuestros cuerpos no tendrán las debilidades que ahora los aquejan. No se verán
afectados como ahora por la edad, las enfermedades y el cansancio. Un autor los describe así: «En esos cuerpos
gloriosos veremos claramente plasmada la humanidad tal como Dios la concibió»13
.
Desde el momento en que uno acepta a Jesús como su Salvador y el Espíritu de Dios entra en él, uno se
renueva y se regenera. La renovación consiste en una transformación positiva del creyente; la regeneración,
1.	 Romanos 6:9 (nvi)
2.	 V. Lucas 24:27
3.	 V. Lucas 24:13–15
4.	 V. Juan 21:9–13
5.	 V. Lucas 24:41–43
6.	 V. 1 Corintios 15:6
7.	 V. Hechos 1:3
8.	 V. Hechos 1:9–11
9.	 V. Marcos 16:19
10.	V. 1 Tesalonicenses 4:16,17; 1 Corintios 15:51,52
11.	V. 1 Corintios 15:35–38
12.	V. 1 Corintios 15:42–44,49
13.	Wayne Grudem, Teología sistemática, p. 874
14.	Tito 3:4,5 (nvi)
15.	V. Gálatas 5:22,23
16.	El Jesús que nunca conocí (Vida, 1996)
8
He llegado a la conclusión de que hay
dos maneras de ver la historia de la
humanidad. Una es centrarse en las
guerras y la violencia, en la sordidez y
el dolor, la tragedia y la muerte. Desde
ese punto de vista, la Pascua parece
un cuento de hadas, una excepción a
la regla, una contradicción absoluta
en el nombre de Dios. Solo nos da
algo de consuelo, aunque debo confe-
sar que cuando murieron mis amigos,
tan profunda fue mi tristeza que toda
esperanza en la otra vida parecía
pobre e insubstancial. Pero hay otra
manera de mirar el mundo. Si tomo la
Pascua como punto de partida, como
único hecho incontrovertible sobre
el trato que Dios dispensa a quienes
ama, lo que resulta contradictorio
entonces es la historia de la humani-
dad. La Pascua, en cambio, pasa a ser
una suerte de anticipo de la realidad
máxima. Entonces la esperanza fluye
como lava bajo la corteza de la vida
cotidiana.
Tal vez eso describa el cambio de
perspectiva de los discípulos tras
varios días de encierro deliberando
sobre los incomprensibles sucesos del
Domingo de Pascua. En cierto aspecto
nada había cambiado: Roma seguía
ocupando Palestina, las autoridades
religiosas todavía ofrecían recom-
pensa por sus cabezas, la muerte y la
maldad continuaban reinando en la
calle. No obstante, gradualmente el
impacto de esa toma de conciencia
dio lugar a una contracorriente de
gozo. Si Dios podía hacer algo así…
Philip Yancey16
(n. 1949)
en la manifestación de una nueva vida consagrada a Dios, con
un cambio radical de mentalidad. «Cuando se manifestaron la
bondad y el amor de Dios nuestro Salvador, Él nos salvó, no por
nuestras propias obras de justicia sino por Su misericordia. Nos
salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renova-
ción por el Espíritu Santo14
.
Siendo nosotros parte de la nueva creación, el Espíritu de
Dios nos transforma y nos ayuda a asumir la mente de Cristo.
Así vamos desarrollando y manifestando algunos de los atributos
de Dios, a medida que crecemos en amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio
propio15
.
Por eso tenemos mucho que celebrar: que Dios habita en
nosotros y nos ayuda, nos guía y nos renueva; que somos parte de
Su nueva creación; que viviremos eternamente en nuestro cuerpo
glorioso, disfrutando de perfecta salud y sin sufrir los efectos de
la vejez, libres de enfermedades y dolencias. Esa es la buena nueva
del Evangelio: el amor que Dios abriga por cada ser humano, la
oferta de vida eterna, la resurrección de los muertos, la posibili-
dad de ser hoy mismo nuevas criaturas en Jesucristo y de formar
parte eternamente de la nueva creación universal.
Que la belleza del don de Dios por medio de Jesús nos incen-
tive a comunicar ese don y las bendiciones que conlleva a todas
las personas que podamos.
Peter Amsterdam y su
esposa, María Fontaine,
dirigen el movimiento
cristiano La Familia
Internacional. ■
9
BORRÓN Y
CUENTA NUEVA
La pasada Semana Santa
andaba decepcionado conmigo
mismo. Me quedaba grande el man-
damiento bíblico de amar al prójimo
como a mí mismo y llevar una vida
desinteresada. Simplemente no daba
la talla. Me parecía que mis intereses
se enfocaban más en lo material, y me
propuse a toda costa mejorar.
Tuve entonces una curiosa expe-
riencia mientras regresaba a casa en
un autobús del malhadado sistema de
transportes de la ciudad, que iba ates-
tado de gente a la hora punta. Cuando
mi esposa y yo subimos al vehículo,
dos muchachos nos ofrecieron amable-
mente sus puestos. Sally, que iba muy
cansada, aceptó; pero yo no.
—Gracias —le dije a uno de
ellos—. Quédate tranquilo. Te veo
más agotado que yo.
Un poco pagado de mí mismo
me felicité por mi buena obra.
Rumié mi acierto unos minutos
hasta que una chica sentada a mi
lado me dio un toquecito en el
brazo y algo irritada me dijo:
—Caballero, hace rato que me
está golpeando con su maletín.
¿Podría sujetarlo mejor?
¡Y yo que pensaba que tenía
buenos modales! Le ofrecí discul-
pas, pero me sentí pésimo. Pablo
debía de sentirse igual cuando
afirmó: «Quisiera hacer el bien que
deseo y, sin embargo, hago el mal
que detesto»1
.
Se acercaba la Pascua de
Resurrección y, mientras preparaba
el tema que quería desarrollar con
nuestro grupo de estudio bíblico,
caí en la cuenta de lo paradójico
que era abrigar sentimientos de
condenación por mis imperfeccio-
nes ¡cuando todo el propósito de
la muerte de Jesús en la cruz fue
salvarnos de nuestros pecados y
defectos, y potenciarnos para amar
a Dios y amarnos unos a otros!
Otro día, viendo la pasión de
Cristo en la película Hijo de Dios2
, de
repente se me despertó de nuevo un
principio que tenía dormido desde
hacía años: al momento de Su muerte
en la cruz, Jesús hizo con nosotros
borrón y cuenta nueva3
. Por primera
vez en mucho tiempo vi lo inútiles
que eran mis esfuerzos por cumplir
un modelo de conducta inalcanzable.
Clavado en la cruz, Jesús me decía:
«Ya pagué por ti. Ve nomás y vive Mi
nueva ley lo mejor que puedas. Te
ayudaré y obraré por medio de ti».
¡Fue liberador! Con el tiempo
había ido perdiendo esa sencillez y esa
convicción de que es todo por gracia
y no por obras, esfuerzo, aplicación
o ejercicios de bondad4
. Fue un bál-
samo entender de nuevo que el único
bueno es Dios5
, y que nosotros somos
Sus instrumentos imperfectos.
Gabriel García Valdivieso
es director de la revista
Conéctate. Vive en Chile y
está afiliado a La Familia
Internacional. ■
1.	 Romanos 7:19 (blph)
2.	 Christopher Spencer. 20th Century Fox,
2014
3.	 V. Colosenses 2:13,14
4.	 V. Efesios 2:8,9
5.	 V. Mateo 19:17
Gabriel García Valdivieso
10
UNA APUESTA SEGURA
Luis Azcuénaga
Soy una persona muy com-
petitiva y siempre he sentido una
marcada atracción por los riesgos.
La idea de invertir poco con el fin de
obtener grandes ganancias o dividen-
dos siempre me produjo fascinación.
Aunque soy un buen deportista
y me gustan los juegos, para mí
una partida de tenis, ping-pong,
parqués o de lo que fuera en la que
no hubiera una apuesta de por medio
carecía del incentivo necesario para
emplearme a fondo y disfrutarla
al máximo. Posteriormente, ya de
adulto, disfrutaba mucho de los
juegos de póker los fines de semana
con amigos, que a veces se prolonga-
ban hasta muy entrada la noche.
Más adelante y de la forma
más inesperada, mi vida tuvo un
giro radical. Jesús entró en mi
vida, y Sus Palabras empezaron
a calar muy hondo en mí. Poco a
poco fueron transformando mis
perspectivas, mis metas, valores y
prioridades. Entonces comprendí
que las verdaderas recompensas no
son terrenales, sino celestiales, y que
tenía asegurado lo más valioso que
alguien puede poseer: la salvación.
Se trataba de aquella perla de valor
incalculable por la que el hombre de
la parábola de Jesús lo vendió todo
con tal de obtenerla1
.
Sabía que era una apuesta segura,
pues ofrecía las mejores garantías
posibles, recompensas eternas
basadas en las promesas de la Palabra
de Dios: «No os hagáis tesoros en
la tierra, donde la polilla y el orín
corrompen, y donde ladrones minan
y hurtan, sino haceos tesoros en el
cielo, donde ni la polilla ni el orín
corrompen, y donde ladrones no
minan ni hurtan. Buscad primera-
mente el reino de Dios y Su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas»2
.
Desde cuando tomé la decisión
de seguir a Jesús e invertir en lo
eterno, mi afición por las apuestas se
desvaneció como por arte de magia.
Disfruto mucho de los mismos
deportes y juegos, pero jamás volví
a sentir la necesidad de apostar.
Se debe al cumplimiento en mi
vida de otra promesa maravillosa:
«Conocerán la verdad y la verdad los
hará libres»3
.
Luis Azcuénaga vive en Bogotá,
Colombia. Está afiliado a La
Familia Internacional. ■
1.	 V. Mateo 13:45,46
2.	 Mateo 6:19,20,33
3.	 Juan 8:32 (blph)
11
¿
D
Ó
N
D
E ESTÁ LA TER
M
I
N
A
L
?
Joyce Suttin
De niña, la fe estuvo siem-
pre presente en mi vida.
Nunca dudé de la existencia de un
Dios amoroso que se preocupaba
por mí, respondía mis oraciones y
me ayudaba todos los días. Empecé
a rezar en el momento en que fui
capaz de articular palabras. Cantaba
canciones sobre Jesús y lo amaba.
Él era una constante en mi vida. El
fallecimiento de mis tíos abuelos
no fue un acontecimiento doloroso;
más bien celebramos su paso a mejor
vida.
Por desdicha, en la adolescencia
comencé a cuestionar los principios
de la fe que me habían enseñado
desde pequeña. Veía a mis padres
y su fe en Dios y en la Biblia como
elementos falibles, y así comencé a
deslizarme por la pendiente que lleva
a una persona de fe a caer en la duda
y finalmente en el agnosticismo.
Lo que oía y veía a mi alrededor no
tenía sentido a la luz de la sencilla fe
infantil que me habían inculcado.
Cuando declaraba enérgicamente
mi nuevo ideario, mis padres se
limitaban a sonreír y me decían
que estaban dispuestos a escuchar,
pero que no se apartarían de lo que
consideraban la verdad.
Mi búsqueda espiritual coincidió
con mi mudanza desde una pequeña
localidad a la ciudad de Boston.
Un día debía tomar el tren para ir
a pasar las vacaciones a la casa de
mis padres. Ya había llamado con
antelación y reservado mi pasaje.
Estaba segura de que tomando el
metro sabría llegar a la Terminal Sur.
Luego de un rato en los túneles de
la T —como denominan los bosto-
nianos al metro de la ciudad— me
bajé en la estación correspondiente,
subí por una larga escalera y, al
llegar al nivel de la calle, me quedé
encandilada con el resplandor del
sol. Sabía que la estación de trenes
tenía que estar ahí; pero mirara por
donde mirara, no la veía. Me refugié
a la sombra de un gran arco, pero
seguía sin ver la estación. Consulté
varias veces el reloj y me empecé a
poner nerviosa, pues temía perder el
tren. Pregunté a un transeúnte, que
me miró extrañado y siguió de largo
presuroso.
Terminé pasando al otro
lado de la calle. Ya empezaba a
12
desesperarme. Entonces dirigí la
mirada hacia el lugar donde había
estado antes de cruzar y vi unas
letras gigantescas, a tres metros de
altura, que decían: «Terminal Sur».
La entrada a la estación de trenes
estaba en el mismísimo lugar donde
yo había salido del metro, bajo aquel
enorme arco donde minutos antes
me había refugiado mientras mis
ojos se acostumbraban a la luz. El
letrero era tan grande que desde
donde estaba no lo había visto.
Únicamente cuando me aparté y
levanté la vista me di cuenta de que
el lugar donde me había sentido
perdida era ni más ni menos el que
andaba buscando.
Poco después de aquella expe-
riencia empecé a entender que yo era
distinta de mis amigos no creyentes.
Por ejemplo, me gustaba almorzar en
un pintoresco cementerio de la calle
Tremont en el que había lápidas que
databan del siglo xvii. Un día un
amigo se encontró allí conmigo y me
comentó:
—¿No te parece un poco raro
venir a un cementerio a relajarte?
¿No te hace pensar en la muerte?
¿No te da miedo?
Me quedé reflexionando mientras
terminaba mi sándwich.
—La verdad es que no me da
ningún miedo —respondí—. Estoy
convencida de que la muerte no es
sino un corredor que lleva de este
mundo a otro, algo así como un
renacer. Creo que cuando muera me
iré a un mundo más extenso y mejor.
Lo que me distinguía de mis
amigos era que en el fondo todavía
conservaba la fe. Aún creía en Dios
y en Jesús.
Unos días después escribí a mis
padres y les relaté mi experiencia en
la Terminal Sur. La relacioné con mi
reciente incursión en el agnosticismo
y mi retorno a la fe. Desde mi nueva
perspectiva, ya no tenía ninguna
duda sobre lo que realmente creía.
Les agradecí que me hubieran
impartido su fe y que hubieran sido
pacientes y comprensivos conmigo.
Ellos ya sabían que lo único que
me hacía falta era cruzar la calle y
levantar la mirada.
Con el tiempo tuve ocho hijos.
Algunos de ellos han tenido dudas y
se han apartado de la fe. He tratado
de ser comprensiva como lo fueron
mis padres, imaginándome que mis
hijos están debajo de la arcada de la
Terminal Sur, buscando la entrada.
Ruego a Dios por ellos y sé que la
estación está allí, aunque ellos no lo
crean. Rezo para que miren hacia
arriba y se den cuenta de dónde se
encuentran.
Todos pasamos por épocas de
desconcierto en que nos pregun-
tamos dónde está Dios. Buscamos
aquí y allá la fe y el sentido de la
vida sin darnos cuenta de que se
hallan delante mismo de nosotros,
en señales enormes. Como me
ocurrió aquella vez en la Terminal
Sur, estamos justo en la entrada; solo
nos hace falta ver las cosas desde otra
perspectiva para darnos cuenta de
que nos encontramos precisamente
donde debemos estar.
Joyce Suttin es maestra y
escritora. Vive en San Antonio
(Estados Unidos). ■
13
UN AMIGO
COMO NINGUNO
Momentos de sosiego
Abi May
Tengo un gran amigo en el que
puedo confiar plenamente. Él me
abre su corazón, y yo me siento bien
haciendo lo propio con Él. Conoce
mis pensamientos y entiende lo que
es importante para mí.
Los he llamado amigos, porque todo
lo que a Mi Padre le oí decir se lo he
dado a conocer a ustedes.
Jesús en Juan 15:15 (nvi)
Declaro lo siguiente acerca del
Señor: «Solo Él es mi refugio, mi
lugar seguro; Él es mi Dios y en Él
confío». Salmo 91:2 (ntv)
La palabra de Dios es viva y poderosa.
Es más cortante que cualquier espada
de dos filos […]. Deja al descubierto
nuestros pensamientos y deseos más
íntimos. Hebreos 4:12 (ntv)
Yo meto la pata con bastante
frecuencia: soy esa clase de persona.
Sin embargo, mi amigo nunca me
censura. Siempre me apoya. Esa es la
clase de amigo que es.
Aun si nos sentimos culpables, Dios
es superior a nuestros sentimientos y
Él lo sabe todo. 1 Juan 3:20 (ntv)
Yo no juzgo a nadie.
Jesús en Juan 8:15
Si fuéremos infieles, Él permanece
fiel; Él no puede negarse a Sí mismo.
2 Timoteo 2:13
Me ayuda cuando estoy en un
brete. A veces, cuando no sé en qué
dirección ir, me da consejos. En
algunos casos Él mismo echa a andar
para que yo pueda seguirlo; en otros,
me alumbra el camino para que vea
por dónde voy.
Una vez que ha sacado a todas sus
ovejas, va delante de ellas; y las
ovejas lo siguen, porque conocen su
voz. Juan 10:4 (rvc)
Lámpara es a mis pies Tu palabra, y
lumbrera a mi camino.
Salmo 119:105
Hace poco atravesé una temporada
bastante difícil. Yo ya no podía
más. Él estuvo a mi lado, siempre
dispuesto a ayudarme.
Mi ayuda proviene del Señor,
creador del cielo y de la tierra.
Salmo 121:2 (nvi)
Yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene
tu mano derecha; Yo soy quien te
dice: «No temas, Yo te ayudaré».
Isaías 41:13 (nvi)
Sin embargo, no solo me acompaña
cuando la estoy pasando mal; tam-
bién da gusto celebrar con Él, pues
tiene muy claro lo que es disfrutar
14
D E S D E H OY
Y PA R A S I E M P R E
Jesús, Tú nos dijiste: «Creéis en
Dios, creed también en Mí»1
. Creo
firmemente que eres el Hijo de
Dios, que moriste por mí y que
resucitaste para vencer a la muerte2
.
Te ruego que perdones mis faltas y
errores, que entres en mi vida y que
me guardes y me cuides desde hoy
y para siempre.
Con tan buen amigo presente
—nuestro Señor Jesucristo—, con
tan buen capitán, que se puso en lo
primero en el padecer, todo se puede
sufrir. Él ayuda y da esfuerzo, nunca
falta, es amigo verdadero.
Santa Teresa de Ávila (1515–1582)
Hay un solo fundamento seguro:
una relación profunda y genuina con
Jesucristo, la cual nos sostiene en
toda turbulencia. Cualesquiera que
sean las tormentas que arrecien a
nuestro alrededor, nos mantendre-
mos firmes si nos apoyamos en Su
amor. Charles Stanley (n. 1932)
Hambriento de amor, te mira.
Sediento de ternura, te implora.
Desnudo de lealtad, pone Sus
esperanzas en ti. Carente de hogar,
busca albergue en tu corazón. ¿Serás
esa persona para Él?
Madre Teresa (1910–1997)
Dios colma de paz al alma que se
entrega a Él sin reservas. Mientras
más nos acercamos a Él, más fuertes,
firmes y tranquilos nos volvemos.
Jean Grou (1731–1803) ■
de la vida. Sabe bien cuándo reír
y estar contento, y cuándo llorar y
empatizar.
Hay un tiempo para llorar y un
tiempo para reír; un tiempo para
hacer duelo y un tiempo para bailar.
Eclesiastés 3:4 (blph)
Yo sé muy bien los planes que
tengo para ustedes —afirma el
Señor—, planes de bienestar y no
de calamidad, a fin de darles un
futuro y una esperanza.
Jeremías 29:11 (nvi)
Yo he venido para que tengan vida,
y para que la tengan en abundancia.
Jesús en Juan 10:10
No es mi único amigo. Mis demás
amigos hacen algunas de las cosas
que hace Él. Pero no hay nadie,
absolutamente nadie tan constante
como Él.
He aquí Yo estoy con vosotros todos
los días, hasta el fin del mundo.
Mateo 28:20
No es exclusivista. No se fija en
nuestro tamaño, edad, sexo, raza o
extracción social. Acepta a todos los
que acuden a Él.
Le pido que, por medio del Espíritu y
con el poder que procede de Sus glo-
riosas riquezas, los fortalezca a ustedes
en lo íntimo de su ser, para que por
fe Cristo habite en sus corazones. Y
pido que, arraigados y cimentados
en amor, puedan comprender, junto
con todos los santos, cuán ancho y
largo, alto y profundo es el amor de
Cristo; en fin, que conozcan ese amor
que sobrepasa nuestro conocimiento,
para que sean llenos de la plenitud de
Dios. Efesios 3:16–19 (nvi)
Abi May es docente y escritora.
Vive en el Reino Unido. ■
1.	 Juan 14:1
2.	 V. 1 Tesalonicenses 5:10
15
¡V ivamos!
Quien me conoce ha descubierto el secreto para gozar de la vida al máximo. Soy
mucho más que un personaje histórico que vivió hace 2.000 años. El hecho de que
resucitara significa que hoy en día estoy aún más vivo y activo que cuando anduve
por la Tierra. Y porque Yo vivo, tú también puedes disfrutar de la vida y del amor
como debe ser, tanto ahora en este mundo como en la eternidad sin límites. No hay
sufrimiento que Yo sea incapaz de aliviar. No hay tristeza que no pueda cambiar en
gozo, ni necesidad que no pueda satisfacer, ni vacío que no sea capaz de llenar.
Hoy en día estoy presente en cada corazón que me recibe. Soy activo y dinámico.
Siempre que me dan una oportunidad, me pongo a renovar, restaurar, reabastecer,
mejorar y embellecer las cosas. ¡Permíteme vivir en ti!
De Jesús, con cariño

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Domingo implicado
Domingo implicadoDomingo implicado
Domingo implicado
dominicosweb
 
Habla Jesús
Habla JesúsHabla Jesús
Habla JesúsHebert
 
Domingo soñador
Domingo soñadorDomingo soñador
Domingo soñador
dominicosweb
 
Domingo viajero
Domingo viajeroDomingo viajero
Domingo viajero
dominicosweb
 
Domingo pobre
Domingo pobreDomingo pobre
Domingo pobre
dominicosweb
 
Espacio k 4 2016
Espacio k 4 2016Espacio k 4 2016
Espacio k 4 2016
Rsm San Martín
 
Carta de Jon Sobrino a Ellacuría
Carta de Jon Sobrino a EllacuríaCarta de Jon Sobrino a Ellacuría
Carta de Jon Sobrino a EllacuríaCamilo Muñoz
 
Domingo amigo
Domingo amigoDomingo amigo
Domingo amigo
dominicosweb
 
Domingo libre
Domingo libreDomingo libre
Domingo libre
dominicosweb
 
Mensaje De Benedicto Xvi Por La Jornada Mundial De La Juventud 2010
Mensaje De Benedicto Xvi Por La Jornada Mundial De La Juventud 2010Mensaje De Benedicto Xvi Por La Jornada Mundial De La Juventud 2010
Mensaje De Benedicto Xvi Por La Jornada Mundial De La Juventud 2010
Javier Cristaldo
 
Domingo cuida
Domingo cuidaDomingo cuida
Domingo cuida
dominicosweb
 
El Camino Hacia la Cruz (dinamica)
El Camino Hacia la Cruz (dinamica)El Camino Hacia la Cruz (dinamica)
El Camino Hacia la Cruz (dinamica)
Claudia Sánchez
 
Boletin mhj febrero 2016
Boletin mhj febrero 2016Boletin mhj febrero 2016
Boletin mhj febrero 2016
Misioneras Hermanas De Jesus
 
LA MARCA DEL CRISTIANO. José Jaime Sánchez F.
LA MARCA  DEL CRISTIANO.  José Jaime Sánchez F.LA MARCA  DEL CRISTIANO.  José Jaime Sánchez F.
LA MARCA DEL CRISTIANO. José Jaime Sánchez F.
Calvary Chapel Tunja Colombia
 
7 jesus y los desechados sociales ptr nic garza
7 jesus y los desechados sociales ptr nic garza7 jesus y los desechados sociales ptr nic garza
7 jesus y los desechados sociales ptr nic garzaPt. Nic Garza
 
El libro de mormón como instrumento de enseñanza familiar
El libro de mormón como instrumento de enseñanza familiarEl libro de mormón como instrumento de enseñanza familiar
El libro de mormón como instrumento de enseñanza familiar
Jorge Eduardo Trujillo H. PhD
 
Vigilia no amemos de palabras sino con obras
Vigilia  no amemos de palabras sino con obrasVigilia  no amemos de palabras sino con obras
Vigilia no amemos de palabras sino con obras
franfrater
 

La actualidad más candente (20)

Domingo implicado
Domingo implicadoDomingo implicado
Domingo implicado
 
Habla Jesús
Habla JesúsHabla Jesús
Habla Jesús
 
60 cosas q dios dice sonbre el sexo
60 cosas q dios dice sonbre el sexo60 cosas q dios dice sonbre el sexo
60 cosas q dios dice sonbre el sexo
 
Domingo soñador
Domingo soñadorDomingo soñador
Domingo soñador
 
Domingo viajero
Domingo viajeroDomingo viajero
Domingo viajero
 
Domingo pobre
Domingo pobreDomingo pobre
Domingo pobre
 
Espacio k 4 2016
Espacio k 4 2016Espacio k 4 2016
Espacio k 4 2016
 
Carta de Jon Sobrino a Ellacuría
Carta de Jon Sobrino a EllacuríaCarta de Jon Sobrino a Ellacuría
Carta de Jon Sobrino a Ellacuría
 
Esquema
EsquemaEsquema
Esquema
 
púlpito 9-02-2014
púlpito 9-02-2014púlpito 9-02-2014
púlpito 9-02-2014
 
Domingo amigo
Domingo amigoDomingo amigo
Domingo amigo
 
Domingo libre
Domingo libreDomingo libre
Domingo libre
 
Mensaje De Benedicto Xvi Por La Jornada Mundial De La Juventud 2010
Mensaje De Benedicto Xvi Por La Jornada Mundial De La Juventud 2010Mensaje De Benedicto Xvi Por La Jornada Mundial De La Juventud 2010
Mensaje De Benedicto Xvi Por La Jornada Mundial De La Juventud 2010
 
Domingo cuida
Domingo cuidaDomingo cuida
Domingo cuida
 
El Camino Hacia la Cruz (dinamica)
El Camino Hacia la Cruz (dinamica)El Camino Hacia la Cruz (dinamica)
El Camino Hacia la Cruz (dinamica)
 
Boletin mhj febrero 2016
Boletin mhj febrero 2016Boletin mhj febrero 2016
Boletin mhj febrero 2016
 
LA MARCA DEL CRISTIANO. José Jaime Sánchez F.
LA MARCA  DEL CRISTIANO.  José Jaime Sánchez F.LA MARCA  DEL CRISTIANO.  José Jaime Sánchez F.
LA MARCA DEL CRISTIANO. José Jaime Sánchez F.
 
7 jesus y los desechados sociales ptr nic garza
7 jesus y los desechados sociales ptr nic garza7 jesus y los desechados sociales ptr nic garza
7 jesus y los desechados sociales ptr nic garza
 
El libro de mormón como instrumento de enseñanza familiar
El libro de mormón como instrumento de enseñanza familiarEl libro de mormón como instrumento de enseñanza familiar
El libro de mormón como instrumento de enseñanza familiar
 
Vigilia no amemos de palabras sino con obras
Vigilia  no amemos de palabras sino con obrasVigilia  no amemos de palabras sino con obras
Vigilia no amemos de palabras sino con obras
 

Similar a Conéctate: La nueva creacion

Conéctate: ¡Está vivo!
Conéctate: ¡Está vivo!Conéctate: ¡Está vivo!
Conéctate: ¡Está vivo!
Spiritualibrary
 
Conéctate: Seremos transformados
Conéctate: Seremos transformadosConéctate: Seremos transformados
Conéctate: Seremos transformados
Spiritualibrary
 
Numero 078 Abril 2007 ResurreccióN
Numero 078   Abril 2007 ResurreccióNNumero 078   Abril 2007 ResurreccióN
Numero 078 Abril 2007 ResurreccióNAudioconéctate.org
 
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Católica - Diciembre...
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Católica - Diciembre...Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Católica - Diciembre...
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Católica - Diciembre...
Carlos Mujica
 
Numero 065 Marzo 2006 Alegria Fe Amor
Numero 065   Marzo 2006 Alegria Fe AmorNumero 065   Marzo 2006 Alegria Fe Amor
Numero 065 Marzo 2006 Alegria Fe AmorAudioconéctate.org
 
31-01-2016
31-01-201631-01-2016
Conéctate; Tradiciones Pascuales
Conéctate; Tradiciones PascualesConéctate; Tradiciones Pascuales
Conéctate; Tradiciones Pascuales
Spiritualibrary
 
Hojita Noviembre 2013
Hojita Noviembre 2013Hojita Noviembre 2013
Hojita Noviembre 2013
Colegiata de Sar
 
Boletin Cruse 26.pdf
Boletin Cruse 26.pdfBoletin Cruse 26.pdf
Boletin Cruse 26.pdf
franfrater
 
Leccion joven Vivir como cristo
Leccion joven Vivir como cristoLeccion joven Vivir como cristo
Leccion joven Vivir como cristo
https://gramadal.wordpress.com/
 
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Catolica - Septiembr...
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Catolica - Septiembr...Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Catolica - Septiembr...
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Catolica - Septiembr...
Carlos Mujica
 
Palabra de vida oct.2011 pps
Palabra de vida oct.2011 ppsPalabra de vida oct.2011 pps
Palabra de vida oct.2011 ppsRoger Carrasco
 
Escribe hermano leon nº 111
Escribe hermano leon nº 111Escribe hermano leon nº 111
Escribe hermano leon nº 111
Gines García
 
Pd v oct11-esplat
Pd v oct11-esplatPd v oct11-esplat
Pd v oct11-esplat
Giorgiodue
 
12 ____formación_permanente__scor_septiembre_2014
12  ____formación_permanente__scor_septiembre_201412  ____formación_permanente__scor_septiembre_2014
12 ____formación_permanente__scor_septiembre_2014José Gracia Cervera
 
Hunter, james la paradoja
Hunter, james la paradojaHunter, james la paradoja
Hunter, james la paradoja
Juan Manuel Aguirre
 
33049097 max-lucado-cuando-cristo-venga
33049097 max-lucado-cuando-cristo-venga33049097 max-lucado-cuando-cristo-venga
33049097 max-lucado-cuando-cristo-venga
kiko pdf
 

Similar a Conéctate: La nueva creacion (20)

Conéctate: ¡Está vivo!
Conéctate: ¡Está vivo!Conéctate: ¡Está vivo!
Conéctate: ¡Está vivo!
 
Conéctate: Seremos transformados
Conéctate: Seremos transformadosConéctate: Seremos transformados
Conéctate: Seremos transformados
 
Numero 078 Abril 2007 ResurreccióN
Numero 078   Abril 2007 ResurreccióNNumero 078   Abril 2007 ResurreccióN
Numero 078 Abril 2007 ResurreccióN
 
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Católica - Diciembre...
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Católica - Diciembre...Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Católica - Diciembre...
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Católica - Diciembre...
 
Numero 065 Marzo 2006 Alegria Fe Amor
Numero 065   Marzo 2006 Alegria Fe AmorNumero 065   Marzo 2006 Alegria Fe Amor
Numero 065 Marzo 2006 Alegria Fe Amor
 
CONECTATE 065: ALEGRIA, FE, AMOR
CONECTATE 065: ALEGRIA, FE, AMOR CONECTATE 065: ALEGRIA, FE, AMOR
CONECTATE 065: ALEGRIA, FE, AMOR
 
31-01-2016
31-01-201631-01-2016
31-01-2016
 
Conéctate; Tradiciones Pascuales
Conéctate; Tradiciones PascualesConéctate; Tradiciones Pascuales
Conéctate; Tradiciones Pascuales
 
Hojita Noviembre 2013
Hojita Noviembre 2013Hojita Noviembre 2013
Hojita Noviembre 2013
 
Rescatados Nº40
Rescatados Nº40Rescatados Nº40
Rescatados Nº40
 
Boletin Cruse 26.pdf
Boletin Cruse 26.pdfBoletin Cruse 26.pdf
Boletin Cruse 26.pdf
 
Leccion joven Vivir como cristo
Leccion joven Vivir como cristoLeccion joven Vivir como cristo
Leccion joven Vivir como cristo
 
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Catolica - Septiembr...
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Catolica - Septiembr...Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Catolica - Septiembr...
Revista Iglesia y Vida Salvatorianos Venezuela - Iglesia Catolica - Septiembr...
 
Palabra de vida oct.2011 pps
Palabra de vida oct.2011 ppsPalabra de vida oct.2011 pps
Palabra de vida oct.2011 pps
 
09-08-2015
09-08-201509-08-2015
09-08-2015
 
Escribe hermano leon nº 111
Escribe hermano leon nº 111Escribe hermano leon nº 111
Escribe hermano leon nº 111
 
Pd v oct11-esplat
Pd v oct11-esplatPd v oct11-esplat
Pd v oct11-esplat
 
12 ____formación_permanente__scor_septiembre_2014
12  ____formación_permanente__scor_septiembre_201412  ____formación_permanente__scor_septiembre_2014
12 ____formación_permanente__scor_septiembre_2014
 
Hunter, james la paradoja
Hunter, james la paradojaHunter, james la paradoja
Hunter, james la paradoja
 
33049097 max-lucado-cuando-cristo-venga
33049097 max-lucado-cuando-cristo-venga33049097 max-lucado-cuando-cristo-venga
33049097 max-lucado-cuando-cristo-venga
 

Más de Spiritualibrary

上帝的圣诞礼物
上帝的圣诞礼物上帝的圣诞礼物
上帝的圣诞礼物
Spiritualibrary
 
耶稣的诞生
耶稣的诞生耶稣的诞生
耶稣的诞生
Spiritualibrary
 
最好的礼物
最好的礼物最好的礼物
最好的礼物
Spiritualibrary
 
敲响钟声
敲响钟声敲响钟声
敲响钟声
Spiritualibrary
 
圣诞节的盼望
圣诞节的盼望圣诞节的盼望
圣诞节的盼望
Spiritualibrary
 
Natal - Precisam-se Anjos de Natal
Natal - Precisam-se Anjos de NatalNatal - Precisam-se Anjos de Natal
Natal - Precisam-se Anjos de Natal
Spiritualibrary
 
Contato - A lista de pedidos de Jesus para o Natal
Contato - A lista de pedidos de Jesus para o NatalContato - A lista de pedidos de Jesus para o Natal
Contato - A lista de pedidos de Jesus para o Natal
Spiritualibrary
 
Contato - A Maravilha do Natal
Contato - A Maravilha do NatalContato - A Maravilha do Natal
Contato - A Maravilha do Natal
Spiritualibrary
 
Contato - Alegria ao mundo
Contato - Alegria ao mundoContato - Alegria ao mundo
Contato - Alegria ao mundo
Spiritualibrary
 
Contato - Deus se Supera!
Contato - Deus se Supera!Contato - Deus se Supera!
Contato - Deus se Supera!
Spiritualibrary
 
Contato - E tudo uma questao de amor.pdf
Contato - E tudo uma questao de amor.pdfContato - E tudo uma questao de amor.pdf
Contato - E tudo uma questao de amor.pdf
Spiritualibrary
 
Contato - O Principe da Paz
Contato - O Principe da PazContato - O Principe da Paz
Contato - O Principe da Paz
Spiritualibrary
 
Contato - Nosso Jesus.pdf
Contato - Nosso Jesus.pdfContato - Nosso Jesus.pdf
Contato - Nosso Jesus.pdf
Spiritualibrary
 
Contato - O Verdadeiro Natal
Contato - O Verdadeiro NatalContato - O Verdadeiro Natal
Contato - O Verdadeiro Natal
Spiritualibrary
 
Contato - Pressão ou emoção
Contato - Pressão ou emoçãoContato - Pressão ou emoção
Contato - Pressão ou emoção
Spiritualibrary
 
Uno spiraglio sul Cielo
Uno spiraglio sul CieloUno spiraglio sul Cielo
Uno spiraglio sul Cielo
Spiritualibrary
 
Da Gesù con amore - Dedicato alla coppia
Da Gesù con amore - Dedicato alla coppiaDa Gesù con amore - Dedicato alla coppia
Da Gesù con amore - Dedicato alla coppia
Spiritualibrary
 
I mille volti dell'amore
I mille volti dell'amoreI mille volti dell'amore
I mille volti dell'amore
Spiritualibrary
 
转折点: 目击者 - 改变一切的24小时
转折点: 目击者 - 改变一切的24小时转折点: 目击者 - 改变一切的24小时
转折点: 目击者 - 改变一切的24小时
Spiritualibrary
 
活出美好: 目擊者 - 改變一切的24小
活出美好:  目擊者 - 改變一切的24小活出美好:  目擊者 - 改變一切的24小
活出美好: 目擊者 - 改變一切的24小
Spiritualibrary
 

Más de Spiritualibrary (20)

上帝的圣诞礼物
上帝的圣诞礼物上帝的圣诞礼物
上帝的圣诞礼物
 
耶稣的诞生
耶稣的诞生耶稣的诞生
耶稣的诞生
 
最好的礼物
最好的礼物最好的礼物
最好的礼物
 
敲响钟声
敲响钟声敲响钟声
敲响钟声
 
圣诞节的盼望
圣诞节的盼望圣诞节的盼望
圣诞节的盼望
 
Natal - Precisam-se Anjos de Natal
Natal - Precisam-se Anjos de NatalNatal - Precisam-se Anjos de Natal
Natal - Precisam-se Anjos de Natal
 
Contato - A lista de pedidos de Jesus para o Natal
Contato - A lista de pedidos de Jesus para o NatalContato - A lista de pedidos de Jesus para o Natal
Contato - A lista de pedidos de Jesus para o Natal
 
Contato - A Maravilha do Natal
Contato - A Maravilha do NatalContato - A Maravilha do Natal
Contato - A Maravilha do Natal
 
Contato - Alegria ao mundo
Contato - Alegria ao mundoContato - Alegria ao mundo
Contato - Alegria ao mundo
 
Contato - Deus se Supera!
Contato - Deus se Supera!Contato - Deus se Supera!
Contato - Deus se Supera!
 
Contato - E tudo uma questao de amor.pdf
Contato - E tudo uma questao de amor.pdfContato - E tudo uma questao de amor.pdf
Contato - E tudo uma questao de amor.pdf
 
Contato - O Principe da Paz
Contato - O Principe da PazContato - O Principe da Paz
Contato - O Principe da Paz
 
Contato - Nosso Jesus.pdf
Contato - Nosso Jesus.pdfContato - Nosso Jesus.pdf
Contato - Nosso Jesus.pdf
 
Contato - O Verdadeiro Natal
Contato - O Verdadeiro NatalContato - O Verdadeiro Natal
Contato - O Verdadeiro Natal
 
Contato - Pressão ou emoção
Contato - Pressão ou emoçãoContato - Pressão ou emoção
Contato - Pressão ou emoção
 
Uno spiraglio sul Cielo
Uno spiraglio sul CieloUno spiraglio sul Cielo
Uno spiraglio sul Cielo
 
Da Gesù con amore - Dedicato alla coppia
Da Gesù con amore - Dedicato alla coppiaDa Gesù con amore - Dedicato alla coppia
Da Gesù con amore - Dedicato alla coppia
 
I mille volti dell'amore
I mille volti dell'amoreI mille volti dell'amore
I mille volti dell'amore
 
转折点: 目击者 - 改变一切的24小时
转折点: 目击者 - 改变一切的24小时转折点: 目击者 - 改变一切的24小时
转折点: 目击者 - 改变一切的24小时
 
活出美好: 目擊者 - 改變一切的24小
活出美好:  目擊者 - 改變一切的24小活出美好:  目擊者 - 改變一切的24小
活出美好: 目擊者 - 改變一切的24小
 

Último

Mensaje - El Cristiano y la Vana Gloria de la Vida.pptx
Mensaje - El Cristiano y la Vana Gloria de la Vida.pptxMensaje - El Cristiano y la Vana Gloria de la Vida.pptx
Mensaje - El Cristiano y la Vana Gloria de la Vida.pptx
MiguelButron5
 
Retiro de junio #DesdeCasa (2024)
Retiro de junio #DesdeCasa (2024)Retiro de junio #DesdeCasa (2024)
Retiro de junio #DesdeCasa (2024)
Opus Dei
 
RESUMEN HISTORIA DE LOS BAUTISTAS (1).docx
RESUMEN HISTORIA DE LOS BAUTISTAS  (1).docxRESUMEN HISTORIA DE LOS BAUTISTAS  (1).docx
RESUMEN HISTORIA DE LOS BAUTISTAS (1).docx
ssuser28affa
 
CURSO PRÁCTICO DEL TAROT Una Ventana Abierta al Conocimiento de uno Mismo (Ji...
CURSO PRÁCTICO DEL TAROT Una Ventana Abierta al Conocimiento de uno Mismo (Ji...CURSO PRÁCTICO DEL TAROT Una Ventana Abierta al Conocimiento de uno Mismo (Ji...
CURSO PRÁCTICO DEL TAROT Una Ventana Abierta al Conocimiento de uno Mismo (Ji...
Mark457009
 
Ojos De La Fe Verdad Vrs Realidad 2024.pptx
Ojos De La Fe Verdad Vrs Realidad 2024.pptxOjos De La Fe Verdad Vrs Realidad 2024.pptx
Ojos De La Fe Verdad Vrs Realidad 2024.pptx
jenune
 
Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de san Vicente
Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de san VicenteAnunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de san Vicente
Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de san Vicente
Famvin: the Worldwide Vincentian Family
 
Nightmare-Before-Christmas Tarot en español
Nightmare-Before-Christmas Tarot en españolNightmare-Before-Christmas Tarot en español
Nightmare-Before-Christmas Tarot en español
brianatatianaselfene
 
LA NECESIDAD DE SER LLENOS DEL ESPIRITU SANTO.pptx
LA NECESIDAD DE SER LLENOS DEL ESPIRITU SANTO.pptxLA NECESIDAD DE SER LLENOS DEL ESPIRITU SANTO.pptx
LA NECESIDAD DE SER LLENOS DEL ESPIRITU SANTO.pptx
EagleWar
 
Tarea 4 - Evaluacion final. Laura Llanos
Tarea 4 - Evaluacion final. Laura LlanosTarea 4 - Evaluacion final. Laura Llanos
Tarea 4 - Evaluacion final. Laura Llanos
LauraCristina88
 
Esdras 7 - Un corazón apasionado por Dios.pptx
Esdras 7 - Un corazón apasionado por Dios.pptxEsdras 7 - Un corazón apasionado por Dios.pptx
Esdras 7 - Un corazón apasionado por Dios.pptx
MiguelButron5
 

Último (10)

Mensaje - El Cristiano y la Vana Gloria de la Vida.pptx
Mensaje - El Cristiano y la Vana Gloria de la Vida.pptxMensaje - El Cristiano y la Vana Gloria de la Vida.pptx
Mensaje - El Cristiano y la Vana Gloria de la Vida.pptx
 
Retiro de junio #DesdeCasa (2024)
Retiro de junio #DesdeCasa (2024)Retiro de junio #DesdeCasa (2024)
Retiro de junio #DesdeCasa (2024)
 
RESUMEN HISTORIA DE LOS BAUTISTAS (1).docx
RESUMEN HISTORIA DE LOS BAUTISTAS  (1).docxRESUMEN HISTORIA DE LOS BAUTISTAS  (1).docx
RESUMEN HISTORIA DE LOS BAUTISTAS (1).docx
 
CURSO PRÁCTICO DEL TAROT Una Ventana Abierta al Conocimiento de uno Mismo (Ji...
CURSO PRÁCTICO DEL TAROT Una Ventana Abierta al Conocimiento de uno Mismo (Ji...CURSO PRÁCTICO DEL TAROT Una Ventana Abierta al Conocimiento de uno Mismo (Ji...
CURSO PRÁCTICO DEL TAROT Una Ventana Abierta al Conocimiento de uno Mismo (Ji...
 
Ojos De La Fe Verdad Vrs Realidad 2024.pptx
Ojos De La Fe Verdad Vrs Realidad 2024.pptxOjos De La Fe Verdad Vrs Realidad 2024.pptx
Ojos De La Fe Verdad Vrs Realidad 2024.pptx
 
Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de san Vicente
Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de san VicenteAnunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de san Vicente
Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de san Vicente
 
Nightmare-Before-Christmas Tarot en español
Nightmare-Before-Christmas Tarot en españolNightmare-Before-Christmas Tarot en español
Nightmare-Before-Christmas Tarot en español
 
LA NECESIDAD DE SER LLENOS DEL ESPIRITU SANTO.pptx
LA NECESIDAD DE SER LLENOS DEL ESPIRITU SANTO.pptxLA NECESIDAD DE SER LLENOS DEL ESPIRITU SANTO.pptx
LA NECESIDAD DE SER LLENOS DEL ESPIRITU SANTO.pptx
 
Tarea 4 - Evaluacion final. Laura Llanos
Tarea 4 - Evaluacion final. Laura LlanosTarea 4 - Evaluacion final. Laura Llanos
Tarea 4 - Evaluacion final. Laura Llanos
 
Esdras 7 - Un corazón apasionado por Dios.pptx
Esdras 7 - Un corazón apasionado por Dios.pptxEsdras 7 - Un corazón apasionado por Dios.pptx
Esdras 7 - Un corazón apasionado por Dios.pptx
 

Conéctate: La nueva creacion

  • 1. C A M B I A T U M U N D O C A M B I A N D O T U V I D A LA NUEVA CREACIÓN Renovación, regeneración ¿Dónde está la terminal? La evolución de mi fe Escuchar por las dos Un singular invitado
  • 2. 1. V. Mateo 15:29–38 2. Mateo 16:16 3. V. Juan 8:12 4. V. Juan 10:11 5. V. Juan 10:30 6. V. Juan 15:15 7. Hechos 4:12 8. V. Isaías 54:10 Si deseas información sobre Conéctate o estás interesado en otras publicaciones de carácter inspirativo, visita nuestro sitio web o comunícate con uno de nuestros distribuidores, cuyos datos de contacto aparecen más abajo. www.activated.org/es/ www.audioconectate.org México: Conéctate A.C. E-mail: conectate@conectateac.com Tel: (01-800) 714 4790 (nº gratuito) +52 (81) 8123 0605 Chile: Casilla de Correos 14.702 Correo 21, Sucursal La Moneda Santiago Tel: (09) 469 7045 E-mail: conectateconosur@conectate.org España: Conéctate Apdo.626 28080 Madrid (34) 658 64 09 48 Resto de Europa: Activated Bramingham Pk. Bus. Ctr. Enterprise Way Luton, Beds. LU3 4BU Inglaterra E-mail: activatedeurope@activated.org Tel: +44 (0) 845 838 1384 Estados Unidos: Activated Ministries PO Box 462805 Escondido, CA 92046–2805 E-mail: info@actmin.org Tel: 1-877-862-3228 (nº gratuito) Director Gabriel García V. Diseño Gentian Suçi Producción Samuel Keating © Activated, 2014 Es propiedad. Impreso en Taiwán por Ji Yi Co., Ltd. A menos que se indique otra cosa, los versículos citados provienen de la versión RV, revisión de 1960, © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizados con permiso. Año 16, número 4 A NUESTROS AMIGOS ¿Quién es Él? Poco después de sanar a «mucha gente» y dar de comer a 4.000 personas con siete panes y unos pocos pececillos1 , Jesús preguntó a Sus discípulos quién decía la gente que era Él. Ellos le informaron que para algunos Él era Juan el Bautista, y que otros pensaban que era Elías, Jeremías o algún otro de los grandes profetas que había resurgido de los muertos. Sus respuestas revelaron que la gente en general tenía muy buen concepto de Jesús y lo consideraba un gran profeta. Así y todo, sus hipótesis se quedaban cortas. Jesús les preguntó entonces: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy?» No es difícil imaginarse las caras que pusieron los discípulos. Quizás agacharon la cabeza o se miraron unos a otros con extrañeza. Hasta que Simón Pedro —a todas luces el más franco y locuaz de los apóstoles— se armó de valor y acertó a señalar la verdadera identidad y razón de ser de Jesús: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente»2 . En sus páginas, la Biblia llama a Jesús la Luz del Mundo3 , el Buen Pastor4 , el Dios viviente5 , nuestro amigo6 y nuestro Salvador7 . Independientemente de cómo se lo retrate, lo extraordinario de Jesús es que cada uno de nosotros lo puede experimentar a su manera. Él nos acepta tal como somos y con frecuencia se nos manifiesta de la forma que más llena nuestras necesidades, del modo que más nos permite identificarnos con Él como individuos. En lugar de presentar una visión particular de Jesús o de Su obra, con este número de Conéctate esperamos ayudarte a profundizar en tu propia relación con Aquel que nunca te deja de amar y siempre busca lo mejor para ti8 . ¿Quién dices tú que es Él? Gabriel García V. Director 2
  • 3. Creo que una de las cosas que más me motiva a permanecer lo más cerca posible de Jesús son esos gestos personalizados de cariño que tiene conmigo. Los tiene con cada uno de nosotros. A veces nos percatamos de ellos; otras, no. A veces los notamos, pero los atribuimos a otras causas. Me imagino que eso lo entristece. Sin embargo, nos ama demasiado como para darnos por perdidos. A lo largo de toda nuestra vida insiste en expresarnos Su amor y en repetirnos las dos palabras más maravillosas que hay: «¡Te amo!» Durante mi adolescencia, etapa en que me tocó lidiar con un sinnúmero de emociones y conocer de cerca la soledad, me hizo falta sentir ese amor de la manera más palpable que fuese posible. Un día vi la flor más divina que te puedas imaginar, un precioso pensamiento en miniatura que crecía a la vera del camino. Como mucho sería del tamaño de una de mis uñas, y el tallito, del largo de mi dedo. Lo recogí, lo llevé cuidadosamente a mi casa y lo coloqué en un vaso des- cartable junto a mi cama. Pasó una semana entera, y la florcita seguía en el agua como nueva, radiante y hermosa. Yo estaba muy contenta. Entonces ocurrió algo curiosí- simo, un fenómeno que yo nunca había visto ni he vuelto a ver. De aquel diminuto tallo brotaron raíces, que al poco tiempo se extendieron y se hicieron más robustas. La planté en una maceta y la vi crecer hasta que echó muchas flores. Me asom- bró, y al mismo tiempo me inspiró confianza en que Mi Creador —que había hecho crecer aquel diminuto pensamiento— estaba conmigo, a mi lado, moldeándome por medio de los vaivenes de la vida y salpicando mi camino con flores de alegría. Con el paso de los días, los meses, los años y, ¿por qué no?, también los decenios he aprendido a conocerlo mejor y a amarlo más gracias a los innumerables detalles y gestos de cariño que ha tenido conmigo. Muchos de esos detalles pueden parecer totalmente insignificantes comparados con las transformacio- nes y los milagros que hacen falta en el mundo entero. Para mí, no obstante, han sido determinantes. Él me ha demostrado que para Él soy importante y de esa manera me ha conquistado para siempre. «Nosotros lo amamos a Él, porque Él nos amó primero»1 . Chalsey Dooley vive en Australia. Escribe textos motivacionales para niños y educadores y se dedica de lleno a la formación de sus hijos. Este es su sitio web: http://www .nurture-inspire-teach.com/. ■ DETALLES de AMOR Chalsey Dooley 1. 1 Juan 4:19 3
  • 4. ESCUCHAR POR LAS DOS Estábamos en las postrime- rías de la temporada. Miami Heat aventajaba por 2 a 1 a los Lakers en el campeonato de baloncesto. El cuarto partido se iba a jugar aquella tarde. Yo andaba atareada. Siempre lo estaba, pero aquel día ella había invitado a alguien a almorzar, así que yo estaba más ocupada que nunca. Ella tenía muchos amigos. Curioso, ¿verdad?, que a una le parezca que su hermana menor ha tenido siempre más amigos. Al fin y al cabo, sus amigos no me importaban mucho. No siempre había simpatizado con ellos. Claro que una siempre quiere causar buena impresión, y eso requiere esfuerzo. La ensalada estaba lista. Era una ensalada mixta de bolsa, pero no pensé que se darían cuenta. Sin embargo, los bistecs todavía estaban congelados, las hornillas de la cocina daban asco, las papas estaban sin tocar en el mesón y a alguien se le había olvidado lavar los platos del desayuno. En todo caso, lo primero es lo primero. Murmuré una bendición para el inventor del microondas, me colgué mi delantal favorito —el rosado— y empecé a revolver los cajones repletos de utensilios buscando el pelador de papas. Aquel día las cosas habían ido mal desde el principio, pero abrigaba la esperanza de que el partido de la tarde me devolviera la alegría. No me lo quería perder por nada del mundo. Algunos me decían que más bien debía ver los partidos de la WNBA (liga femenina de baloncesto) o distraerme con el Home Shopping Network (cadena de TV de compras). Pero yo siempre había sido más aficionada a las cosas de hombres. En algún momento, mientras destapaba el lavaplatos o buscaba la escoba, la oí entrar tranquilamente y arrellanarse en el sofá al lado de su amigo. Sabía que lo correcto sería salir a saludarlos, acompañarlos y al menos intercambiar unas palabras sobre algún tema banal; pero estaba Joe Johnston 4
  • 5. Para un cristiano, el Cielo es donde está Jesús. No tenemos por qué especular sobre las características del Cielo. Nos basta con saber que esta- remos siempre con Jesús. Cuando amamos a alguien de todo corazón, la vida empieza en el momento en que estamos con esa persona. Solo en su compañía nos sentimos verdaderamente vivos. Eso mismo nos pasa con Cristo. En este mundo nuestro contacto con Él es impreciso porque vemos la realidad borrosamente, como por un espejo. Es espasmódico, pues somos pobres criaturas y no podemos vivir siempre en las alturas. La mejor definición del Cielo es ese estado de permanente unión con Jesús en el que ya nada podrá separarnos de Él. William Barclay (1907–1978) muy ocupada. Además, conozco a mi hermana y sé que ella puede escuchar por las dos. No es que ella sea perezosa; no lo es. Pero cada vez que él se aparece, de pronto a ella le pica el bicho de la pereza y se sustrae de todo para estar con él. Yo no. Sé bien que una no deja la casa hecha un desastre para estar con un tipo. Además, cualquier hombre que valga la pena debería apreciar a una mujer hacendosa. La ensaladera se me escapó de la mano y se hizo añicos. «¿Y ahora qué hago? ¿Estará bien servir la ensalada en una fuente de plástico?» El vidrio anaranjado crujía bajo mis zapatos. ¡Seguía sin encontrar la escoba! Me agaché para recoger los pedazos más grandes, y uno de ellos se me clavó en un dedo. La sangre corrió hasta la muñeca y me manchó la manga. Las risitas de María llegaban flotando desde la sala. Evidentemente estaba pasando un rato lindo con su amigo. El paño para secar los platos estaba empapado y sucio. Una o dos papas cayeron rodando al suelo cuando lo agarré de un zarpazo para limpiarme la sangre. El lavaplatos empezó a rebalsarse; el agua se extendía sobre el mesón y ya estaba cayendo al piso. Mi mundo se desmoronaba. «¿Por qué me sale todo mal?» —Marta. «¿Qué querrá?» Entré atropellada- mente al living. —¡Maestro! ¿Te parece bien que mi hermana me haya dejado sola para atenderte? —exclamé gesticulando hacia ella—. ¿No podrías, qué sé yo, pedirle que me ayudara un poquitín? —Marta —me respondió al tiempo que se levantaba y me tocaba la muñeca—. Estás muy agitada. Sé que andas pensando en mil cosas; pero lo más importante en este momento no es atenderme, sino escucharme, y eso justamente es lo que tu hermana ha escogido. No querrás que le quite esa satisfacción, ¿verdad? Le indiqué que no con la cabeza y me quedé mirando el suelo. —No, supongo que no —con- testé atragantada. Ya no tenía trazas de sangre en la mano. La herida se había cerrado milagrosamente. —Siéntate. Escucha lo que te voy a contar —dijo sonriendo, arrugando las comisuras de los ojos—, ¿bueno? Nuestro hermano iba a volver en cualquier momento del Hospital San Lázaro, donde le estaban realizando un tratamiento, y la cocina seguía patas arriba. Pero lo más importante era… Me acomodé en el sofá de dos plazas con mi hermana y su amigo, y lo escuché hablar. Ni siquiera advertí el pitido del microondas. Me olvidé por completo de que el partido iba a comenzar en unos minutos. Estaba ocupada. Joe Johnston es columnista y consejero. Vive en México. Este relato es una adaptación de Lucas 10:38–42. ■ 5
  • 6. El nombre lo dice todo Sukanya Kumar-Sinha Hace poco leí un artículo que explicaba que el sonido de ciertas palabras puede afectarnos emocionalmente. No es de sorpren- derse que términos como aceptar, abundante, abrazar, dichoso, humor o jugar inspiren optimismo. De igual modo, oír el nombre de una persona querida nos produce alegría. ¡Haz la prueba! Cierra los ojos y di el nombre de alguien a quien ames entrañablemente. ¿No te hace sonreír? Cuando oigo decir Jesús no puedo menos que sonreír. El puro sonido de Su nombre evoca todo lo que Él es: mi mejor amigo, mi guía, una conciencia omnipresente, mi fuente de fortaleza y un íntimo confidente que conoce mis más recónditos temores, esperanzas y pensamientos. La Biblia nos recomienda orar por todo1 . Yo procuro seguir ese consejo bastante al pie de la letra; de ahí que Jesús desempeñe muchos papeles en mi vida. Hace las veces de asesor económico y me ayuda a ahorrar cuando quiero realizar una importante adquisición; asume el papel de agente inmobiliario cuando busco una casa que se ajuste a mis necesidades; hasta se convierte en chef cuando tengo que cocinar para un grupo grande. Me parece que eso es lo que Él desea: participar en cada pequeño aspecto de mi vida. Hace unos días estuve rumiando una decisión importante. Mi determinación —cualquiera que fuera— tendría consecuencias irre- vocables a largo plazo. La presión y la responsabilidad me pesaban cada vez más. Mientras trataba de llegar a una conclusión, de golpe escuché una voz interior que me decía: «¿Para qué te preocupas? Jesús está aquí». El eco de Su nombre alteró completamente mi perspectiva. Entendí que Él quería ayudarme a tomar la decisión y que podía tener la tranquilidad de que me guiaría por buen rumbo, siempre y cuando consultara con Él. A veces tarareo una canción que aprendí de niña. La frase que más me gusta dice: «Hay poder, poder en el nombre de Jesús». Con el transcurso de los años me he ido dando cuenta de lo cierto que es eso. Todos tenemos lindos nombres. Nuestros padres nos los pusieron con la esperanza de que hiciéramos honor a ellos. Pero el nombre de Jesús encierra en sí la misión que Él tuvo. Jesús —que significa «Dios con nosotros»— refleja Su identidad, Su divinidad y Su razón de ser como Salvador de nuestro mundo. Por eso Su nombre es tan pre- ciado. Jesús, ¡el nombre lo dice todo!2 Sukanya Kumar-Sinha es lectora de Conéctate. Vive en Gurgaon (India) y trabaja como directora de programas de una legación diplomática en Nueva Delhi. ■ 1. V. 1 Tesalonicenses 5:17 2. V. Filipenses 2:10,11; Hebreos 13:15; 1 Juan 2:12 6
  • 7. Se interesa POR MÍ Koos Stenger Amada Evelyn Sichrovsky Amada… no por las cimas que he alcanzado, ni por logros muy celebrados; no por los instantes de gloria, fruto de una fe meritoria; no por insistir con porfía, a oscuras, hasta que raya el día. Amada… por lo que soy, alguien que a tientas, vacilante, busca su senda; que abriga sueños y temores entre triunfos y sinsabores; de lustre y genio, poco o nada; pecadora, pero salvada. Evelyn Sichrovsky vive con su familia en Taiwán y estudia lengua inglesa. Además participa como voluntaria en labores misioneras. ■ —¿Tienes unos minutos para conversar? Es importante —dijo el joven que se me acercó con una gran sonrisa. «¿Conversar conmigo? ¿Por qué?» Tuve que admitir que parecía simpático, pero yo no estaba de humor para conversar, cualquiera que fuera el tema. De golpe advertí que llevaba una Biblia. Ahí creí entender de qué se trataba el asunto: el chico se proponía convertir almas y tenía pensado que yo fuera su próxima víctima. «¡Ni hablar! A otro perro con ese hueso». Lo miré con aire de superioridad. Me parecía tan presuntuoso de su parte que pensara que tenía algo que yo necesitaba. ¿Acaso había leído —como yo— el Libro tibetano de los muertos? ¿Había estudiado medita- ción y yoga como yo? ¡Si yo hasta tenía experiencia con el consumo de drogas psicotrópicas! No había ninguna posibilidad de que aquel muchacho pudiera ilustrarme. —¿Sabes que Dios se interesa por ti? —me preguntó. —Yo sé mucho de Dios —res- pondí altaneramente—. Yo soy Dios, y tú también. Todos lo somos. 1. Isaías 41:10 (nvi) Todos formamos parte del universo cósmico. Por un momento lo vi descon- certado; pero luego se le dibujó una gran sonrisa. —No estoy muy seguro de eso, amigo. No me da la impresión de que tú seas Dios. Puse los ojos en blanco y me fui. La cosa es que el muchacho tenía razón. Yo no guardaba ningún parecido con Dios. Recorrí el mundo durante muchos años más en busca de respuestas, hasta que en la soledad de mi propia confusión escuché una voz: «No temas, porque Yo estoy contigo; no te angusties, porque Yo soy tu Dios»1 . Pasando por un pueblo me encontré con otro joven. Él también lucía una gran sonrisa. —¿Sabes que Dios se interesa por ti? Para entonces yo había cambiado de actitud. —Cuéntame. Eso fue hace casi cuarenta años; desde entonces, Él nunca ha dejado de estar a mi lado. Koos Stenger es escritor indepen- diente. Vive en los Países Bajos. ■ 7
  • 8. La nueva creación Adaptación de un artículo de Peter Amsterdam La resurrección de Jesús fue la primera fase de la nueva creación de Dios. Con ese acto Dios instituyó un nuevo género de existencia: un cuerpo humano se transformó mediante el poder divino en uno sobre el cual la muerte, la descomposi- ción y la corrupción no tienen incidencia. ¡Nada parecido había sucedido en toda la Historia! «Sabemos que Cristo, por haber sido levantado de entre los muertos, ya no puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre Él»1 . El cuerpo glorioso de Jesús no se resentía de la tortura que había sufrido: la espalda desgarrada por los azotes; la cabeza ensangrentada por la corona de espinas; las manos, los pies y el costado atravesados. No estaba lleno de magulladuras ni exhausto por todo lo que había aguantado. El cuerpo glorioso de Jesús no era espiritual, sino físico. Sus discípulos podían tocarlo. En ese estado Él los instruyó2 , anduvo con ellos3 , cocinó para ellos4 y comió con ellos5 . En una ocasión estuvo con 500 de ellos6 . Luego de 40 días7 , ascendió al Cielo8 , donde está sentado a la diestra de Dios9 . Por ser cristianos, nosotros también formamos parte de la nueva creación de Dios. Esperamos con ilusión el momento en que Jesús regrese y reviva nuestro cuerpo10 . El apóstol Pablo compara la resurrección del cuerpo con el nacimiento de toda una planta a partir de una semilla11 . Luego explica que esos nuevos cuerpos serán imperecederos, resucitados en gloria y poder a modo de cuerpos espirituales12 . Por ser imperecederos, nuestros cuerpos no tendrán las debilidades que ahora los aquejan. No se verán afectados como ahora por la edad, las enfermedades y el cansancio. Un autor los describe así: «En esos cuerpos gloriosos veremos claramente plasmada la humanidad tal como Dios la concibió»13 . Desde el momento en que uno acepta a Jesús como su Salvador y el Espíritu de Dios entra en él, uno se renueva y se regenera. La renovación consiste en una transformación positiva del creyente; la regeneración, 1. Romanos 6:9 (nvi) 2. V. Lucas 24:27 3. V. Lucas 24:13–15 4. V. Juan 21:9–13 5. V. Lucas 24:41–43 6. V. 1 Corintios 15:6 7. V. Hechos 1:3 8. V. Hechos 1:9–11 9. V. Marcos 16:19 10. V. 1 Tesalonicenses 4:16,17; 1 Corintios 15:51,52 11. V. 1 Corintios 15:35–38 12. V. 1 Corintios 15:42–44,49 13. Wayne Grudem, Teología sistemática, p. 874 14. Tito 3:4,5 (nvi) 15. V. Gálatas 5:22,23 16. El Jesús que nunca conocí (Vida, 1996) 8
  • 9. He llegado a la conclusión de que hay dos maneras de ver la historia de la humanidad. Una es centrarse en las guerras y la violencia, en la sordidez y el dolor, la tragedia y la muerte. Desde ese punto de vista, la Pascua parece un cuento de hadas, una excepción a la regla, una contradicción absoluta en el nombre de Dios. Solo nos da algo de consuelo, aunque debo confe- sar que cuando murieron mis amigos, tan profunda fue mi tristeza que toda esperanza en la otra vida parecía pobre e insubstancial. Pero hay otra manera de mirar el mundo. Si tomo la Pascua como punto de partida, como único hecho incontrovertible sobre el trato que Dios dispensa a quienes ama, lo que resulta contradictorio entonces es la historia de la humani- dad. La Pascua, en cambio, pasa a ser una suerte de anticipo de la realidad máxima. Entonces la esperanza fluye como lava bajo la corteza de la vida cotidiana. Tal vez eso describa el cambio de perspectiva de los discípulos tras varios días de encierro deliberando sobre los incomprensibles sucesos del Domingo de Pascua. En cierto aspecto nada había cambiado: Roma seguía ocupando Palestina, las autoridades religiosas todavía ofrecían recom- pensa por sus cabezas, la muerte y la maldad continuaban reinando en la calle. No obstante, gradualmente el impacto de esa toma de conciencia dio lugar a una contracorriente de gozo. Si Dios podía hacer algo así… Philip Yancey16 (n. 1949) en la manifestación de una nueva vida consagrada a Dios, con un cambio radical de mentalidad. «Cuando se manifestaron la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador, Él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino por Su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renova- ción por el Espíritu Santo14 . Siendo nosotros parte de la nueva creación, el Espíritu de Dios nos transforma y nos ayuda a asumir la mente de Cristo. Así vamos desarrollando y manifestando algunos de los atributos de Dios, a medida que crecemos en amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio15 . Por eso tenemos mucho que celebrar: que Dios habita en nosotros y nos ayuda, nos guía y nos renueva; que somos parte de Su nueva creación; que viviremos eternamente en nuestro cuerpo glorioso, disfrutando de perfecta salud y sin sufrir los efectos de la vejez, libres de enfermedades y dolencias. Esa es la buena nueva del Evangelio: el amor que Dios abriga por cada ser humano, la oferta de vida eterna, la resurrección de los muertos, la posibili- dad de ser hoy mismo nuevas criaturas en Jesucristo y de formar parte eternamente de la nueva creación universal. Que la belleza del don de Dios por medio de Jesús nos incen- tive a comunicar ese don y las bendiciones que conlleva a todas las personas que podamos. Peter Amsterdam y su esposa, María Fontaine, dirigen el movimiento cristiano La Familia Internacional. ■ 9
  • 10. BORRÓN Y CUENTA NUEVA La pasada Semana Santa andaba decepcionado conmigo mismo. Me quedaba grande el man- damiento bíblico de amar al prójimo como a mí mismo y llevar una vida desinteresada. Simplemente no daba la talla. Me parecía que mis intereses se enfocaban más en lo material, y me propuse a toda costa mejorar. Tuve entonces una curiosa expe- riencia mientras regresaba a casa en un autobús del malhadado sistema de transportes de la ciudad, que iba ates- tado de gente a la hora punta. Cuando mi esposa y yo subimos al vehículo, dos muchachos nos ofrecieron amable- mente sus puestos. Sally, que iba muy cansada, aceptó; pero yo no. —Gracias —le dije a uno de ellos—. Quédate tranquilo. Te veo más agotado que yo. Un poco pagado de mí mismo me felicité por mi buena obra. Rumié mi acierto unos minutos hasta que una chica sentada a mi lado me dio un toquecito en el brazo y algo irritada me dijo: —Caballero, hace rato que me está golpeando con su maletín. ¿Podría sujetarlo mejor? ¡Y yo que pensaba que tenía buenos modales! Le ofrecí discul- pas, pero me sentí pésimo. Pablo debía de sentirse igual cuando afirmó: «Quisiera hacer el bien que deseo y, sin embargo, hago el mal que detesto»1 . Se acercaba la Pascua de Resurrección y, mientras preparaba el tema que quería desarrollar con nuestro grupo de estudio bíblico, caí en la cuenta de lo paradójico que era abrigar sentimientos de condenación por mis imperfeccio- nes ¡cuando todo el propósito de la muerte de Jesús en la cruz fue salvarnos de nuestros pecados y defectos, y potenciarnos para amar a Dios y amarnos unos a otros! Otro día, viendo la pasión de Cristo en la película Hijo de Dios2 , de repente se me despertó de nuevo un principio que tenía dormido desde hacía años: al momento de Su muerte en la cruz, Jesús hizo con nosotros borrón y cuenta nueva3 . Por primera vez en mucho tiempo vi lo inútiles que eran mis esfuerzos por cumplir un modelo de conducta inalcanzable. Clavado en la cruz, Jesús me decía: «Ya pagué por ti. Ve nomás y vive Mi nueva ley lo mejor que puedas. Te ayudaré y obraré por medio de ti». ¡Fue liberador! Con el tiempo había ido perdiendo esa sencillez y esa convicción de que es todo por gracia y no por obras, esfuerzo, aplicación o ejercicios de bondad4 . Fue un bál- samo entender de nuevo que el único bueno es Dios5 , y que nosotros somos Sus instrumentos imperfectos. Gabriel García Valdivieso es director de la revista Conéctate. Vive en Chile y está afiliado a La Familia Internacional. ■ 1. Romanos 7:19 (blph) 2. Christopher Spencer. 20th Century Fox, 2014 3. V. Colosenses 2:13,14 4. V. Efesios 2:8,9 5. V. Mateo 19:17 Gabriel García Valdivieso 10
  • 11. UNA APUESTA SEGURA Luis Azcuénaga Soy una persona muy com- petitiva y siempre he sentido una marcada atracción por los riesgos. La idea de invertir poco con el fin de obtener grandes ganancias o dividen- dos siempre me produjo fascinación. Aunque soy un buen deportista y me gustan los juegos, para mí una partida de tenis, ping-pong, parqués o de lo que fuera en la que no hubiera una apuesta de por medio carecía del incentivo necesario para emplearme a fondo y disfrutarla al máximo. Posteriormente, ya de adulto, disfrutaba mucho de los juegos de póker los fines de semana con amigos, que a veces se prolonga- ban hasta muy entrada la noche. Más adelante y de la forma más inesperada, mi vida tuvo un giro radical. Jesús entró en mi vida, y Sus Palabras empezaron a calar muy hondo en mí. Poco a poco fueron transformando mis perspectivas, mis metas, valores y prioridades. Entonces comprendí que las verdaderas recompensas no son terrenales, sino celestiales, y que tenía asegurado lo más valioso que alguien puede poseer: la salvación. Se trataba de aquella perla de valor incalculable por la que el hombre de la parábola de Jesús lo vendió todo con tal de obtenerla1 . Sabía que era una apuesta segura, pues ofrecía las mejores garantías posibles, recompensas eternas basadas en las promesas de la Palabra de Dios: «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan, sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Buscad primera- mente el reino de Dios y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas»2 . Desde cuando tomé la decisión de seguir a Jesús e invertir en lo eterno, mi afición por las apuestas se desvaneció como por arte de magia. Disfruto mucho de los mismos deportes y juegos, pero jamás volví a sentir la necesidad de apostar. Se debe al cumplimiento en mi vida de otra promesa maravillosa: «Conocerán la verdad y la verdad los hará libres»3 . Luis Azcuénaga vive en Bogotá, Colombia. Está afiliado a La Familia Internacional. ■ 1. V. Mateo 13:45,46 2. Mateo 6:19,20,33 3. Juan 8:32 (blph) 11
  • 12. ¿ D Ó N D E ESTÁ LA TER M I N A L ? Joyce Suttin De niña, la fe estuvo siem- pre presente en mi vida. Nunca dudé de la existencia de un Dios amoroso que se preocupaba por mí, respondía mis oraciones y me ayudaba todos los días. Empecé a rezar en el momento en que fui capaz de articular palabras. Cantaba canciones sobre Jesús y lo amaba. Él era una constante en mi vida. El fallecimiento de mis tíos abuelos no fue un acontecimiento doloroso; más bien celebramos su paso a mejor vida. Por desdicha, en la adolescencia comencé a cuestionar los principios de la fe que me habían enseñado desde pequeña. Veía a mis padres y su fe en Dios y en la Biblia como elementos falibles, y así comencé a deslizarme por la pendiente que lleva a una persona de fe a caer en la duda y finalmente en el agnosticismo. Lo que oía y veía a mi alrededor no tenía sentido a la luz de la sencilla fe infantil que me habían inculcado. Cuando declaraba enérgicamente mi nuevo ideario, mis padres se limitaban a sonreír y me decían que estaban dispuestos a escuchar, pero que no se apartarían de lo que consideraban la verdad. Mi búsqueda espiritual coincidió con mi mudanza desde una pequeña localidad a la ciudad de Boston. Un día debía tomar el tren para ir a pasar las vacaciones a la casa de mis padres. Ya había llamado con antelación y reservado mi pasaje. Estaba segura de que tomando el metro sabría llegar a la Terminal Sur. Luego de un rato en los túneles de la T —como denominan los bosto- nianos al metro de la ciudad— me bajé en la estación correspondiente, subí por una larga escalera y, al llegar al nivel de la calle, me quedé encandilada con el resplandor del sol. Sabía que la estación de trenes tenía que estar ahí; pero mirara por donde mirara, no la veía. Me refugié a la sombra de un gran arco, pero seguía sin ver la estación. Consulté varias veces el reloj y me empecé a poner nerviosa, pues temía perder el tren. Pregunté a un transeúnte, que me miró extrañado y siguió de largo presuroso. Terminé pasando al otro lado de la calle. Ya empezaba a 12
  • 13. desesperarme. Entonces dirigí la mirada hacia el lugar donde había estado antes de cruzar y vi unas letras gigantescas, a tres metros de altura, que decían: «Terminal Sur». La entrada a la estación de trenes estaba en el mismísimo lugar donde yo había salido del metro, bajo aquel enorme arco donde minutos antes me había refugiado mientras mis ojos se acostumbraban a la luz. El letrero era tan grande que desde donde estaba no lo había visto. Únicamente cuando me aparté y levanté la vista me di cuenta de que el lugar donde me había sentido perdida era ni más ni menos el que andaba buscando. Poco después de aquella expe- riencia empecé a entender que yo era distinta de mis amigos no creyentes. Por ejemplo, me gustaba almorzar en un pintoresco cementerio de la calle Tremont en el que había lápidas que databan del siglo xvii. Un día un amigo se encontró allí conmigo y me comentó: —¿No te parece un poco raro venir a un cementerio a relajarte? ¿No te hace pensar en la muerte? ¿No te da miedo? Me quedé reflexionando mientras terminaba mi sándwich. —La verdad es que no me da ningún miedo —respondí—. Estoy convencida de que la muerte no es sino un corredor que lleva de este mundo a otro, algo así como un renacer. Creo que cuando muera me iré a un mundo más extenso y mejor. Lo que me distinguía de mis amigos era que en el fondo todavía conservaba la fe. Aún creía en Dios y en Jesús. Unos días después escribí a mis padres y les relaté mi experiencia en la Terminal Sur. La relacioné con mi reciente incursión en el agnosticismo y mi retorno a la fe. Desde mi nueva perspectiva, ya no tenía ninguna duda sobre lo que realmente creía. Les agradecí que me hubieran impartido su fe y que hubieran sido pacientes y comprensivos conmigo. Ellos ya sabían que lo único que me hacía falta era cruzar la calle y levantar la mirada. Con el tiempo tuve ocho hijos. Algunos de ellos han tenido dudas y se han apartado de la fe. He tratado de ser comprensiva como lo fueron mis padres, imaginándome que mis hijos están debajo de la arcada de la Terminal Sur, buscando la entrada. Ruego a Dios por ellos y sé que la estación está allí, aunque ellos no lo crean. Rezo para que miren hacia arriba y se den cuenta de dónde se encuentran. Todos pasamos por épocas de desconcierto en que nos pregun- tamos dónde está Dios. Buscamos aquí y allá la fe y el sentido de la vida sin darnos cuenta de que se hallan delante mismo de nosotros, en señales enormes. Como me ocurrió aquella vez en la Terminal Sur, estamos justo en la entrada; solo nos hace falta ver las cosas desde otra perspectiva para darnos cuenta de que nos encontramos precisamente donde debemos estar. Joyce Suttin es maestra y escritora. Vive en San Antonio (Estados Unidos). ■ 13
  • 14. UN AMIGO COMO NINGUNO Momentos de sosiego Abi May Tengo un gran amigo en el que puedo confiar plenamente. Él me abre su corazón, y yo me siento bien haciendo lo propio con Él. Conoce mis pensamientos y entiende lo que es importante para mí. Los he llamado amigos, porque todo lo que a Mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes. Jesús en Juan 15:15 (nvi) Declaro lo siguiente acerca del Señor: «Solo Él es mi refugio, mi lugar seguro; Él es mi Dios y en Él confío». Salmo 91:2 (ntv) La palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos […]. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos. Hebreos 4:12 (ntv) Yo meto la pata con bastante frecuencia: soy esa clase de persona. Sin embargo, mi amigo nunca me censura. Siempre me apoya. Esa es la clase de amigo que es. Aun si nos sentimos culpables, Dios es superior a nuestros sentimientos y Él lo sabe todo. 1 Juan 3:20 (ntv) Yo no juzgo a nadie. Jesús en Juan 8:15 Si fuéremos infieles, Él permanece fiel; Él no puede negarse a Sí mismo. 2 Timoteo 2:13 Me ayuda cuando estoy en un brete. A veces, cuando no sé en qué dirección ir, me da consejos. En algunos casos Él mismo echa a andar para que yo pueda seguirlo; en otros, me alumbra el camino para que vea por dónde voy. Una vez que ha sacado a todas sus ovejas, va delante de ellas; y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Juan 10:4 (rvc) Lámpara es a mis pies Tu palabra, y lumbrera a mi camino. Salmo 119:105 Hace poco atravesé una temporada bastante difícil. Yo ya no podía más. Él estuvo a mi lado, siempre dispuesto a ayudarme. Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra. Salmo 121:2 (nvi) Yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; Yo soy quien te dice: «No temas, Yo te ayudaré». Isaías 41:13 (nvi) Sin embargo, no solo me acompaña cuando la estoy pasando mal; tam- bién da gusto celebrar con Él, pues tiene muy claro lo que es disfrutar 14
  • 15. D E S D E H OY Y PA R A S I E M P R E Jesús, Tú nos dijiste: «Creéis en Dios, creed también en Mí»1 . Creo firmemente que eres el Hijo de Dios, que moriste por mí y que resucitaste para vencer a la muerte2 . Te ruego que perdones mis faltas y errores, que entres en mi vida y que me guardes y me cuides desde hoy y para siempre. Con tan buen amigo presente —nuestro Señor Jesucristo—, con tan buen capitán, que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir. Él ayuda y da esfuerzo, nunca falta, es amigo verdadero. Santa Teresa de Ávila (1515–1582) Hay un solo fundamento seguro: una relación profunda y genuina con Jesucristo, la cual nos sostiene en toda turbulencia. Cualesquiera que sean las tormentas que arrecien a nuestro alrededor, nos mantendre- mos firmes si nos apoyamos en Su amor. Charles Stanley (n. 1932) Hambriento de amor, te mira. Sediento de ternura, te implora. Desnudo de lealtad, pone Sus esperanzas en ti. Carente de hogar, busca albergue en tu corazón. ¿Serás esa persona para Él? Madre Teresa (1910–1997) Dios colma de paz al alma que se entrega a Él sin reservas. Mientras más nos acercamos a Él, más fuertes, firmes y tranquilos nos volvemos. Jean Grou (1731–1803) ■ de la vida. Sabe bien cuándo reír y estar contento, y cuándo llorar y empatizar. Hay un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para hacer duelo y un tiempo para bailar. Eclesiastés 3:4 (blph) Yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11 (nvi) Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Jesús en Juan 10:10 No es mi único amigo. Mis demás amigos hacen algunas de las cosas que hace Él. Pero no hay nadie, absolutamente nadie tan constante como Él. He aquí Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Mateo 28:20 No es exclusivista. No se fija en nuestro tamaño, edad, sexo, raza o extracción social. Acepta a todos los que acuden a Él. Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de Sus glo- riosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios. Efesios 3:16–19 (nvi) Abi May es docente y escritora. Vive en el Reino Unido. ■ 1. Juan 14:1 2. V. 1 Tesalonicenses 5:10 15
  • 16. ¡V ivamos! Quien me conoce ha descubierto el secreto para gozar de la vida al máximo. Soy mucho más que un personaje histórico que vivió hace 2.000 años. El hecho de que resucitara significa que hoy en día estoy aún más vivo y activo que cuando anduve por la Tierra. Y porque Yo vivo, tú también puedes disfrutar de la vida y del amor como debe ser, tanto ahora en este mundo como en la eternidad sin límites. No hay sufrimiento que Yo sea incapaz de aliviar. No hay tristeza que no pueda cambiar en gozo, ni necesidad que no pueda satisfacer, ni vacío que no sea capaz de llenar. Hoy en día estoy presente en cada corazón que me recibe. Soy activo y dinámico. Siempre que me dan una oportunidad, me pongo a renovar, restaurar, reabastecer, mejorar y embellecer las cosas. ¡Permíteme vivir en ti! De Jesús, con cariño