El documento describe conductas adecuadas e inadecuadas en las rutinas diarias como lavarse los dientes, colaborar en el baño, comer con autonomía y ayudar a poner la mesa. Muestra que cuando los niños realizan estas conductas adecuadas, los padres se sienten contentos, pero cuando realizan conductas inadecuadas como tirar cosas al suelo, pegar o gritar, los padres se sienten enfadados.