Saddam Hussein cometió una serie de matanzas en la región kurda del norte de Irak entre 1986-1989 que han sido calificadas como genocidio. La campaña de exterminio, conocida como Operación Al-Anfal, resultó en la destrucción de 4,500 poblaciones y aldeas y el asesinato de aproximadamente 180,000 civiles kurdos a través de ofensivas directas, bombardeos aéreos, destrucción de ciudades, deportaciones y fusilamientos.