La contaminación acústica puede tener efectos nocivos para la salud humana y animal. Algunas fuentes comunes de ruido urbano son el tráfico, las obras de construcción y los aeropuertos, cuyos altos niveles de decibelios se han relacionado con posibles problemas cardíacos. Se han llevado a cabo campañas para crear conciencia sobre los riesgos de la contaminación acústica y proteger a las personas y la vida silvestre de la invasión del ruido.