Dios creó a la mujer mezclando diversos atributos como la luna, las olas, las flores y las aves. Inicialmente, el hombre devolvió a la mujer a Dios quejándose de que no podía vivir con ella. Sin embargo, después de una semana solo, el hombre se dio cuenta de que la mujer le brindaba amor, ternura y compañía, por lo que le pidió a Dios que se la devolviera. Dios accedió bajo la condición de que el hombre cuidara y respetara a la mujer.