La leyenda cuenta que cuando Dios creó a la mujer, tomó varias cualidades de la naturaleza como la luna, las olas, las flores y las aves y las mezcló para formar a la mujer. Originalmente, el hombre se quejó de que la mujer requería demasiada atención y lo hacía sufrir, pero luego se dio cuenta que no podía vivir sin ella y su compañía, belleza y ternura.