La princesa llorona estaba triste porque nadie quería jugar con ella debido a que era llorona, enfadona y no le gustaba perder. Cuando perdía algún juego, encerraba a los demás en el calabozo por varios días sin comer. La gente del pueblo le tenía miedo y desprecio. Entonces, la princesa tuvo la idea de liberar a los esclavos encerrados y dejar de ser mala, para que la gente la mirara de otra forma, amable y simpática.