El documento contrasta las filosofías racionalista y empirista de René Descartes y David Hume. Descartes era racionalista porque creía que la razón podía acceder a una realidad gobernada por principios inteligibles, mientras que Hume era empirista porque pensaba que la experiencia era la única fuente de conocimiento y que los humanos son como libros en blanco que se llenan con la experiencia.