Karina, una niña que vivía en el campo con su familia y su perro Oso, se perdió mientras jugaba. Oso, su fiel amigo, la buscó por todo el campo hasta encontrarla al borde de un precipicio, salvándole la vida al sujetar su mano y ayudarla a subir a un lugar seguro. Karina y Oso regresaron con sus padres y amigos, y continuaron jugando felizmente en el campo.