Los personajes vivían en un entorno social y económico difícil, donde no había suficiente agua ni alimentos como trigo y quesos. Las personas y perros se morían de hambre. Las mujeres tenían que buscar trabajo fuera de la ciudad, aunque los esposos se oponían a esto. El cuento también describe a un otomí llamado Juan que tenía una tienda de pulque, y un ingeniero que se mudó cerca e intentó comprar a la hija de Juan para "extender la especie", a lo que Juan se opuso.