Un patito negro nació entre una camada de patitos amarillos y fue ridiculizado por los demás animales de granja por su apariencia. El patito se fue llorando y se encontró solo en el campo, donde se durmió cansado. Al despertar, vio un estanque con cisnes que lo invitaron a unirseles. Al verse reflejado en el agua, el patito se dio cuenta de que ya no era feo, sino un hermoso cisne blanco. Desde entonces fue feliz nadando con los otros cisnes.