Pepe sufría del problema de "la reidez", que le hacía reírse sin parar. Para curarse, emprendió un viaje para encontrar a Biorewa. En el camino, se encontró con otro hombre que también reía sin parar, luego con unos lobos gigantes que resultaron ser sus abuelos, y finalmente con dos ranas que se convirtieron en rey y reina después de que las besara. Llegó a la casa de Biorewa, quien curó su problema de la reidez.