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SILVANA
Silvana una niña que tenía una familia grande, no era rica en dinero,
pero si rica en alegría y unión. Siempre tomaban tiempo para tener
conversaciones en la hora del desayuno. Todas las mañanas ella iba a
comprar frutas para llevarle a sus compañeros de clase, en un momento
ella ve entrar a un deambulante, este busca sin control algo que comer.
El dueño de la tienda se acerca de la peor manera al deambulante y le
grita: “Fuera de mi tienda, tu no debes estar aquí, apestoso, fuera, me
espantas a los clientes, tu comida esta en el basurero, no aquí. Silvana al
ver la forma en que el dueño de la tienda trata al deambulante decide
acercarse a él y le dice: “Señor, venga conmigo, yo le daré de comer.
Ambos se marchan, Silvana lo lleva a un parque cerca de su escuela y le
ofrece de las frutas que compró.
El deambulante comiendo sin miedo y con prisa le dice: “Gracias
señorita, hace cuatro días que no comía y estoy desesperado. Con
lágrimas en sus ojos, Silvana le contesta: No se preocupe Señor
disfrute que aquí hay muchas frutas y son todas para usted. Lo que
el deambulante le contesta: Gracias señorita nunca habían sido
amable conmigo, la última vez que alguien se me acercó fue un niño
que quiso saludarme y su mamá le dijo que yo no era nadie y que no
me tocara. Silvana se sintió muy mal al escuchar las palabras del
señor. Después de comer y compartir algunas palabras, lo invitó a su
casa.
Al llegar a la casa la mamá muy sorprendida le pregunta a
Silvana: Quién es él, y que hace aquí?, está muy sucio. Silvana le
cuenta todo lo sucedido en la tienda y luego la mamá al pensar por
un momento le dice: Vamos hija, yo te ayudaré a que se bañe, coma,
y se pueda vestir. Al pasar unas horas el deambulante queda limpio,
y pudo comer una deliciosa comida hecha por la mamá de Silvana. El
señor se quedó dormido, en ese tiempo, la mamá de Silvana se
acerca a ella y le dice: Estoy muy orgullosa de ti, lo que has hecho ha
sido un buen gesto de caridad eso demuestra el gran ser humano que
eres.
Debo confesarte algo, yo fui deambulante por muchos años, me
apedreaban, no me dejaban entrar a las tiendas ni para ir al baño. Mi
vida en un momento fue gris. Decidí hasta quitarme la vida, lo más
difícil fue que me violaron, después de ese suceso me enteré que
estaba embarazada. Tu hija mía, me cambiaste la vida. Y por tal
razón decidí cambiar mi vida para ofrecerte no lo mejor sino, algo
estable. Busqué ayuda y aunque me tomó tiempo pude cambiar y
fue gracias a ti porque desde que te sentí en mi vientre sabía que tu
serias alguien más que especial.
Al escuchar estas palabras lo único que sintió Silvana fueron unas
ganas enormes de abrazar a su madre. Ambas llaman a un lugar
donde ayudan a las personas sin hogar. Al pasar un tiempo se
levanta el señor y les dice: “Me siento muy agradecido por lo que
hicieron por mi, soy Mateo y soy deambulante hace 10 años y ya
había olvidado lo que se sentía tener un hogar. Ambas le comunican
lo del lugar para personas sin hogar. Él entusiasmado acepta ir.
Llegan al lugar y los orientan a los tres. Mateo se quedó en el
lugar donde le ofrecían comida, ropa, ayuda profesional y lo más
importante un techo. Al despedirse Mateo le dice a Silvana: “Gracias
señorita, se necesitan personas como usted, que cree en dar
oportunidades, gracias por que usted me dio de comer, me vistió y
me dio un lugar para dormir. Bueno fue entrar a la tienda de frutas y
que ese señor me haya tratado tan mal, porque ahí fue donde conocí
a mi Ángel, una vez más gracias. Silvana lo abraza fuertemente y le
dice, yo estoy feliz de haber tomado de mi tiempo y ayudarlo porque
usted es un ser humano como cualquier otro, vendré a visitarlo para
conocerlo más y crear una buena relación, aquí estaremos para ti
Mateo. Todos se despiden.
Cada tres semanas Silvana visitaba a Mateo. El comenzó a
sentir más confianza en si mismo, en tener amistades del mismo
lugar y a comenzar a salir a la calle no siendo un deambulante sino
una persona con otro estilo de vida. Así siguió la comunicación al
pasar dos años, Mateo se convirtió en ayudante del mismo lugar y
ofrecía conferencias sobre la dura realidad de los deambulantes.
Hizo un libro el cual le puso: “Silvana… por una fruta”… pues por esa
razón fue que ambos se conocieron. Silvana y Mateo compartieron
por mucho tiempo. Y quedaron como buenos amigos. Silvana siguió
sus estudios con la ayuda de su mamá y Mateo llegó a ser presidente
de una organización para ayudar a las personas sin hogar. El cual le
puso Silvana.

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  • 3. El deambulante comiendo sin miedo y con prisa le dice: “Gracias señorita, hace cuatro días que no comía y estoy desesperado. Con lágrimas en sus ojos, Silvana le contesta: No se preocupe Señor disfrute que aquí hay muchas frutas y son todas para usted. Lo que el deambulante le contesta: Gracias señorita nunca habían sido amable conmigo, la última vez que alguien se me acercó fue un niño que quiso saludarme y su mamá le dijo que yo no era nadie y que no me tocara. Silvana se sintió muy mal al escuchar las palabras del señor. Después de comer y compartir algunas palabras, lo invitó a su casa.
  • 4. Al llegar a la casa la mamá muy sorprendida le pregunta a Silvana: Quién es él, y que hace aquí?, está muy sucio. Silvana le cuenta todo lo sucedido en la tienda y luego la mamá al pensar por un momento le dice: Vamos hija, yo te ayudaré a que se bañe, coma, y se pueda vestir. Al pasar unas horas el deambulante queda limpio, y pudo comer una deliciosa comida hecha por la mamá de Silvana. El señor se quedó dormido, en ese tiempo, la mamá de Silvana se acerca a ella y le dice: Estoy muy orgullosa de ti, lo que has hecho ha sido un buen gesto de caridad eso demuestra el gran ser humano que eres.
  • 5. Debo confesarte algo, yo fui deambulante por muchos años, me apedreaban, no me dejaban entrar a las tiendas ni para ir al baño. Mi vida en un momento fue gris. Decidí hasta quitarme la vida, lo más difícil fue que me violaron, después de ese suceso me enteré que estaba embarazada. Tu hija mía, me cambiaste la vida. Y por tal razón decidí cambiar mi vida para ofrecerte no lo mejor sino, algo estable. Busqué ayuda y aunque me tomó tiempo pude cambiar y fue gracias a ti porque desde que te sentí en mi vientre sabía que tu serias alguien más que especial.
  • 6. Al escuchar estas palabras lo único que sintió Silvana fueron unas ganas enormes de abrazar a su madre. Ambas llaman a un lugar donde ayudan a las personas sin hogar. Al pasar un tiempo se levanta el señor y les dice: “Me siento muy agradecido por lo que hicieron por mi, soy Mateo y soy deambulante hace 10 años y ya había olvidado lo que se sentía tener un hogar. Ambas le comunican lo del lugar para personas sin hogar. Él entusiasmado acepta ir.
  • 7. Llegan al lugar y los orientan a los tres. Mateo se quedó en el lugar donde le ofrecían comida, ropa, ayuda profesional y lo más importante un techo. Al despedirse Mateo le dice a Silvana: “Gracias señorita, se necesitan personas como usted, que cree en dar oportunidades, gracias por que usted me dio de comer, me vistió y me dio un lugar para dormir. Bueno fue entrar a la tienda de frutas y que ese señor me haya tratado tan mal, porque ahí fue donde conocí a mi Ángel, una vez más gracias. Silvana lo abraza fuertemente y le dice, yo estoy feliz de haber tomado de mi tiempo y ayudarlo porque usted es un ser humano como cualquier otro, vendré a visitarlo para conocerlo más y crear una buena relación, aquí estaremos para ti Mateo. Todos se despiden.
  • 8. Cada tres semanas Silvana visitaba a Mateo. El comenzó a sentir más confianza en si mismo, en tener amistades del mismo lugar y a comenzar a salir a la calle no siendo un deambulante sino una persona con otro estilo de vida. Así siguió la comunicación al pasar dos años, Mateo se convirtió en ayudante del mismo lugar y ofrecía conferencias sobre la dura realidad de los deambulantes. Hizo un libro el cual le puso: “Silvana… por una fruta”… pues por esa razón fue que ambos se conocieron. Silvana y Mateo compartieron por mucho tiempo. Y quedaron como buenos amigos. Silvana siguió sus estudios con la ayuda de su mamá y Mateo llegó a ser presidente de una organización para ayudar a las personas sin hogar. El cual le puso Silvana.