Los flamencos fueron a una fiesta de disfraces de las viboras en la selva sin disfrazarse. Buscando medias para disfrazarse, fueron con su amiga la lechuza, quien les dio cueros de viboras envenenadas para que bailen. Cansados, los flamencos cayeron y las viboras se dieron cuenta que no eran medias, sino la piel de sus hermanas, y envenenaron sus patas. Por eso, los flamencos ahora siempre están en el agua para aliviar el ardor