1. DÍA DEL NIÑO<br />El Día del Niño o Día Universal del Niño es un día consagrado a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo y destinado a actividades para la promoción del bienestar y de los derechos de los niños del mundo.En 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal del Niño y sugirió a los gobiernos estatales que celebraran dicho Día, en la fecha que cada uno de ellos estimara conveniente.[1] La ONU celebra dicho día el 20 de noviembre, en conmemoración a la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y de la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989. A través del tiempo el concepto de niño ha ido evolucionando, desde que se lo considerara como un adulto en miniatura hasta el concepto actual en que se lo valora como una entidad biopsíquica con caracteres y estructura propia y definida. Aparte de esta conceptualización biopsíquica del niño (a), es maravilloso referirnos a él o ella en su día, ya que niño (a) es una mágica palabra que encierra tanta sabiduría, inocencia, candor, virtud, dulzura, energía, sencillez, sinceridad, vitalidad y sobre todo ternura y mucho, mucho amor. Por ello, al celebrar el Día del Niño (a), es importante que los adultos nos comprometamos a brindarles ambientes óptimos donde puedan desarrollar todas sus potencialidades y aptitudes físicas, intelectuales y emotivas, ya que son seres únicos, candorosos y creativos que necesitan de las manos sabias y cariñosas de los padres y maestros para encausar adecuadamente en la consecución de sus metas, ya que desde el medio ambiente en que viven les llegan modelos y estímulos que influyen en el comportamiento infantil, siendo éste el resultado de la historia vivida por el niño. Debemos además protegerlos y cuidarlos de todos los peligros que existen en nuestra sociedad (delincuencia, drogas, abandono, etc.) y cumplir a cabalidad con sus derechos, especialmente al amor y cuidado de sus padres, a la salud y a la educación. Enseñémosles la solidaridad humana, el amor al prójimo, la belleza de la naturaleza, a gustar de la buena música y de la lectura de un buen libro. Sembremos en su tierno y receptivo corazón la idea de que los bienes materiales no son todo en la vida, que existen valores más grandes como tener un buen amigo, una familia unida, ser ciudadanos ejemplares, tener una patria llena de valores culturales y principalmente tener principios y valores morales que les harán hombres y mujeres de bien. Tenemos que proteger la inocencia de su alma, tenemos que ayudarles a atesorar en su corazón de cristal sus sueños de colores, sus viajes imaginarios y sus ideales. Juguemos con ellos, cantemos con ellos, leamos con ellos, hagamos muchas cosas juntos, sólo así tendremos niños (as) felices. Los niños deben ser nuestro mayor empeño, nuestra fuente de inspiración, cuidemos su alma y su mente, mostrémosles el camino del amor, la justicia y la paz, caminemos de su mano hacia el futuro, que esperamos sea más justo y digno para todos.<br />