El poema describe cómo decir el nombre de María representa diferentes aspectos de la fe cristiana. Mencionar a María significa que la pobreza compra los ojos de Dios, que la promesa sabe a leche materna, y que nuestra carne viste el silencio del Verbo. También significa que el Reino de Dios camina con la historia humana, y que junto a la cruz y en el Espíritu Santo, todo nombre puede estar lleno de gracia y toda muerte puede ser la Pascua de Cristo.