Este documento define los delitos informáticos como acciones que tienen como objetivo dañar ordenadores, medios electrónicos y redes de Internet. Explica que el terrorismo virtual consiste en atacar masivamente los computadores de empresas y oficinas, mientras que el spam son mensajes no solicitados y publicitarios enviados en grandes cantidades. Finalmente, recomienda ser precavido al compartir información en línea, estar alerta al descargar programas y avisar a la familia sobre ciberacoso.